sábado, 21 de julio de 2012

Poesía con tanques bajo la ventana


Agazapado en la frontera que delimita el hastío, el horror y la esperanza, el autor palestino de Estado de sitio y figura de las letras árabes habla de poesía, guerra y memoria con motivo de la publicación en España de su Poesía escogida.
En tiempos difíciles para la poesía, Mahmud Darwix, hombre al que le cuesta sonreír, resiste. El poeta por excelencia desde Marruecos hasta Irak, nacido en 1941 en el pueblo palestino de Birwa, muy cerca de Acre, borrado del mapa por las milicias judías siete años después, vive a caballo entre Ramala (Cisjordania) y Ammán, recita en estadios de Beirut o viaja a El Cairo.
Para regresar a su tierra necesita permiso del Gobierno hebreo. Rara vez se lo concede. "A veces voy a ver la tierra de mi memoria. El lugar de mi lengua está allí", comenta Darwix, que recibe a EL PAÍS en Ramala con motivo de la nueva edición española de su Poesía escogida(Pre-Textos), en traducción de Luz Gómez García.
"Los palestinos ríen, viven y hasta tienen una muerte normal, no sólo los matan"
"La poesía te hace sentirte libre; tal vez es una ilusión, pero es esencial"
Embargado por un acendrado pesimismo, le disgusta la evolución de los países musulmanes, cada día más anclados en la religión; detesta las políticas de Estados Unidos e Israel en la región, y no atisba solución al eterno conflicto. Sólo resta un resquicio al que aferrarse. Su sueño: "Mejorar mi poesía. Escribir poesía pura".
En su bello y pulcro a la par que modesto despacho del centro cultural Shakakini, Darwix explica que su poesía no es fácil. "Se necesita conocer la mitología de Oriente Medio. No me gusta escribir poemas unívocos, deben tener muchas interpretaciones". Y en permanente evolución, aborda ahora la causa palestina, de la que fue gran abanderado, de otro modo. "Creo que no hay una ruptura entre el pasado y el presente, que se pueden hallar las mismas semillas a lo largo de mi obra. Pero ahora me esfuerzo más en la estética, no sólo en reflejar la realidad. Intento humanizar nuestra causa. Los palestinos son seres humanos que ríen, viven, e incluso tienen una muerte normal. No sólo los matan".
Cuando se le sugiere que hay gente a la que no agrada su obra, responde: "Sí, pero también hay quien prefiere la poesía que escribo ahora. Me ruboriza decirlo, pero soy el poeta más famoso en el mundo árabe, tengo nuevos lectores, muchos son muy jóvenes, y compran mis libros. Todavía pertenezco al futuro, que está en las nuevas generaciones".
Tampoco las tendencias actuales, según él, abonan el campo para la creación poética. "Las nuevas tecnologías y los medios de comunicación han orillado a la poesía. Ya no ocupa el lugar que ocupaba antes en el mundo. No es una crisis exclusiva del ámbito árabe, sucede en todo el planeta. Ya no hay lectores de Lorca o Alberti".
No va a renunciar, por mucho que se impongan las tendencias modernas o por muchas críticas que pueda recibir de sus compatriotas. Es su sueño. "Para escribir poesía pura hay que liberarse de la presión de la Historia, aunque sé que no es posible. Quiero que mi poesía se acerque a la música, algo que todos pueden entender. Y que mi país sea libre. Entonces podré decir cosas buenas de Israel. Entonces podré elegir el exilio, si quiero. Deseo que mi país tenga una vida normal. No quiero ni héroes ni víctimas".
La poesía, como los territorios palestinos, sufre un asedio. El centro cultural que dirige el poeta fue tomado al asalto en 2002: "Los soldados israelíes destrozaron parte de los archivos. No lo perdí todo. Sólo fue una revancha porque había recibido a una delegación de escritores, entre ellos José Saramago, Wole Soyinka y Juan Goytisolo", explica. En esa época creó su obra Estado de sitio. "La escribí con los tanques debajo de mi casa. Fue una gran terapia para el alma. La poesía te hace sentirte libre, te conduce a otro sitio. Tal vez es una ilusión, pero es esencial", señala Darwix.
Desde su infancia conoció experiencias traumáticas: el despojo, la cárcel, el destierro. La familia fue expulsada de Galilea en 1948. Él regresó de forma clandestina al año. El activismo político en la izquierda le llevó a prisión. A comienzos de los setenta comenzó su peregrinaje. Marchó a Moscú. Más tarde a El Cairo. Después a Líbano. Y de nuevo, en 1982, ya bajo asedio israelí, a Beirut. "El exilio es parte de mí. Cuando vivo en el exilio llevo mi tierra conmigo. Cuando vivo en mi tierra, siento el exilio conmigo. La ocupación es el exilio. La ausencia de justicia es el exilio. Permanecer horas en un control militar es el exilio. Saber que el futuro no será mejor que el presente es el exilio. El porvenir es siempre peor para nosotros. Eso es el exilio"

Poesia desde Palestina ( Darwish)

MAHMUD DARWISH




Traducido del árabe por:



María Luisa Prieto







EL JARDÍN DORMIDO



Cuando el sueño la abrazó, yo robé mi mano,



Cubrí sus sueños,



Vi la miel ocultarse tras sus párpados,



Recé por dos piernas milagrosas,



Me incliné sobre los latidos de su corazón,



Vi trigo sobre mármol y sueño.



Una gota de mi sangre lloró,



Temblé...



El jardín duerme en mi lecho.







Fui hacia la puerta



Sin volverme hacia mi alma dormida,



Oí el tintineo antiguo de sus pasos y las campanas de mi corazón.







Fui hacia la puerta



- la llave está en su bolso



y ella duerme como un ángel después del amor-.



Noche sobre lluvia en la calle y ningún ruido



Salvo los latidos de su corazón y la lluvia.







Fui hacia la puerta.



Se abre,



Salgo.



Se cierra,



Mi sombra se desliza tras de mí.



¿Por qué digo adiós?



Desde ahora soy extraño a los recuerdos y a mi casa.



Bajé las escaleras.



Ni un ruido,



Salvo los latidos de su corazón, la lluvia



Y mis pasos sobre la escalera que desciende



Desde sus manos al deseo de viajar.







Llegué al árbol.



Allí, ella me abrazó,



Allí me golpearon los rayos de plata y clavel,



Allí comenzaba su universo,



Allí se terminaba.



Me detuve unos instantes hechos de azucenas y de invierno,



Me marché,



Dudé,



Luego me marché.



Recogí mis pasos y mi recuerdo salado



Y me marché en mi compañía.







Ni despedida ni árbol.



Los deseos se han dormido tras las ventanas,



Todas las historias de amor



Y todas las traiciones se han dormido tras las ventanas,



Y la policía secreta también...







Rita duerme... duerme y despierta sus sueños.



Por la mañana recogerá su beso



Y sus días,



Luego preparará mi café árabe



Y su café con leche.



Me preguntará, por milésima vez, por nuestro amor



Y responderé:



Soy el mártir de las manos que,



Cada mañana, me preparan el café.







Rita duerme... duerme y despierta sus sueños.



- ¿Nos casaremos?



- Sí.



- ¿Cuándo?



- Cuando crezcan violetas



En las gorras de los soldados.







He recorrido las calles, el edificio de correos,



Los cafés de las aceras, los clubes nocturnos



Y las ventanillas de venta de billetes.



Te amo, Rita. Te amo. Duerme, yo parto



Sin motivo, como los pájaros violentos, yo parto



Sin motivo, como los vientos débiles, yo parto.



Te amo, Rita. Te amo. Duerme.



Dentro de trece inviernos preguntaré:



¿Todavía duermes



o te has despertado?



¡Rita! Te amo, Rita,



te amo...

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CUATRO DIRECCIONES PERSONALES




1. Un metro cuadrado en la cárcel



Ésta es la puerta, y detrás el paraíso del corazón. Nuestras cosas, todo lo que nos pertenece se esfuma. La puerta es la puerta, puerta de la metáfora, puerta del cuento, puerta que purifica a septiembre, puerta que lleva los campos a la génesis del trigo. La puerta no tiene puerta, pero yo puedo acceder a mi salida, enamorado de lo que veo y no veo. ¿Tanta gracia y belleza en la tierra y la puerta no tiene puerta? Mi celda no ilumina más que mi interior. Que la paz sea conmigo, y paz al muro de la voz. Para alabar mi libertad he compuesto diez poemas, aquí y allí. Amo las migajas de cielo que se infiltran por el tragaluz de la cárcel, un metro de luz donde nadan los caballos y las pequeñas cosas de mi madre, el perfume del café en su ropa cuando abre la puerta del día a sus gallinas. Amo la naturaleza entre otoño e invierno, a los hijos de nuestro carcelero y las revistas esparcidas por las aceras lejanas. He compuesto veinte canciones satíricas del lugar donde no hay espacio para nosotros. Mi libertad: ser lo contrario de lo que quieren que sea. Mi libertad: ampliar mi celda, continuar la canción de la puerta. Puerta es la puerta. La puerta no tiene puerta pero yo puedo acceder a mi interior...



2.Asiento en un tren



Pañuelos que no son para nosotros. Amantes del último minuto. Luces de la estación. Rosas que pierden un corazón en busca de un abrigo para la ternura. Lágrimas que traicionan a las aceras. Mitos que no son para nosotros. Desde aquí, ellos han partido. ¿Tenemos a alguien allí para que se alegre a la llegada? Lirios que no son para nosotros porque besaríamos los raíles. Viajamos en busca del vacío pero no nos gustan los trenes cuando sus estaciones son nuevos exilios. Lámparas que no son para nosotros porque veríamos a nuestro amor de pie, esperando el humo. Tren rápido que corta los lagos. Y en cada bolsillo, las llaves de una casa y la foto de una familia. Los pasajeros del tren regresan con su gente, pero nosotros no regresamos a ninguna casa. Nosotros viajamos en busca del vacío para encontrar la rectitud de las mariposas. Ventanas que no son para nosotros y saludos en todas las lenguas. ¿La tierra era más clara cuando cabalgábamos en los caballos antiguos? ¿Dónde están los caballos, las vírgenes de los cantos y los himnos de la naturaleza que estaban en nosotros? Yo estoy lejos de mi lejanía. ¡Qué lejano está el amor! Las chicas nos capturan, rápidas como ladrones de mercancías. Olvidamos las direcciones en las ventanillas de los trenes. Nosotros, que amamos diez minutos, no podemos regresar a ninguna casa familiar, no podemos atravesar el eco dos veces.



3.La sala de cuidados intensivos



El viento me lleva hasta que la tierra me resulta estrecha. Tengo que volar y embridar el viento, pero no soy más que un hombre. He sentido un millón de flautas desgarrándome el pecho, he sudado hielo y he visto mi tumba en mi mano, he dado vueltas en la cama, he vomitado y me he desvanecido un momento. Estoy muerto. Antes de la muerte breve he gritado: te quiero. ¿Entraré a la muerte sobre tus pies? Estoy muerto, completamente muerto. La muerte es tranquila, no llores. La muerte es tranquila, si no fuera por tus manos golpeando mi pecho para que regrese de mi muerte. Te quiero antes y después de la muerte, pero en el intervalo, sólo he visto el rostro de mi madre.



Es el corazón, que se ha perdido un momento antes de regresar. Le pregunto a mi amada: ¿En qué corazón he dado? Ella se inclina sobre mi corazón y cubre mi pregunta con sus lágrimas. ¡Ay, corazón, cómo me has mentido derribándome de mi relincho!



Nos queda mucho tiempo, corazón. Ve al encuentro de la abubilla llegada de la tierra de Balquís.



Hemos enviado las misivas,



atravesado treinta mares, sesenta riberas



y nos queda vida suficiente para ser dispersados.



¡Ay, corazón, cómo has mentido a un caballo que no se cansa de los vientos! Ve despacio para que completemos este último abrazo y nos prosternemos.



Ve despacio... despacio, para que sepa si eres mi corazón o su voz cuando ella grita: tómame.



4.Habitación de hotel



Que la paz sea con el amor el día que venga, el día que muera y el día que cambie de amantes en los hoteles. ¿Qué tiene el amor que perder? Nosotros tomaremos café en la tarde del jardín. En la cena, contaremos las historias de nuestro exilio, luego nos iremos a una habitación para continuar la búsqueda, como dos extranjeros, de una noche de ternura...



Dejaremos restos de palabras en dos sillas, dejaremos nuestros cigarrillos y otros vendrán para prolongar nuestra velada y el humo. Dejaremos un poco de sueño en la almohada y otros vendrán y se dormirán en nuestro sueño... ¿Cómo creer a nuestros cuerpos en los hoteles? ¿Cómo creer a nuestros secretos? Otros vendrán y prolongarán nuestro grito en la penumbra de dos cuerpos entrelazados... Nosotros no somos más que dos números tendidos en una cama común y decimos lo que han dicho hace poco dos que han pasado por el amor. Llegan las despedidas rápidas. ¿Ha sido un encuentro breve para que olvidemos a quienes nos han amado en otros hoteles? ¿No has dicho alguna vez estas palabras desenfrenadas a otro? ¿No he dicho yo alguna vez estas palabras desenfrenadas a otra, en otro hotel o aquí, en esta cama? Daremos los mismos pasos para que vengan otros y den estos pasos...



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Del poemario: Es una canción (1986)

PARA NUESTRA PATRIA


Para nuestra patria,



Próxima a la palabra divina,



Un techo de nubes.



Para nuestra patria,



Lejana de las cualidades del nombre,



Un mapa de ausencia.



Para nuestra patria,



Pequeña cual grano de sésamo,



Un horizonte celeste... y un abismo oculto.



Para nuestra patria,



Pobre cual ala de perdiz,



Libros sagrados... y una herida en la identidad.



Para nuestra patria,



Con colinas cercadas y desgarradas,



Las emboscadas del nuevo pasado.



Para nuestra patria cautiva,



La libertad de morir consumida de amor.



Piedra preciosa en su noche sangrienta,



Nuestra patria resplandece a lo lejos



E ilumina su entorno...



Pero nosotros en ella



Nos ahogamos sin cesar.




محمود درويش




لبلادنا



لبلادنا،



وَ هِيَ القريبة من كلام اللّهِ،



سَقفٌ من سحابْ



لبلادنا،



وهي البعيدة عن صفاتِ الاسم،



خارطة الغيابْ



لبلادنا،



وهي الصغيرة مثل حبّة سُمْسُم،



أفقٌ سماويٌ ... وهاوية خفيَّة



لبلادنا،



وهي الفقيرة مثل أجنحة القطا،



كتب مُقَدَّسَة ... وجرحٌ في الهويّة



لبلادنا،



وهي المطوَّقَة الممزَّقة التلال،



كمائنُ الماضي الجديد



لبلادنا، وهي السَّبِيّة



حُريَّة الموت اشتياقا واحتراقا



وبلادنا، في ليلها الدمويّ



جَوْهَرَة تشعّ على البعيد على البعيد



تضيء خارجَها ...



وأمّا نحن، داخلها،



فنزدادُ اختناقا!










(Perteneciente al libro: Bodas (1977)

Fuente: http://www.poesiaarabe.com/patria_arabe.htm

Darwish, poeta palestino

MAHMUD DARWISH


Traducido del árabe por:

María Luisa Prieto



A MI MADRE



Añoro el pan de mi madre,



El café de mi madre,



Las caricias de mi madre...



Día a día,



La infancia crece en mí



Y deseo vivir porque



Si muero, sentiré



Vergüenza de las lágrimas de mi madre.







Si algún día regreso, tórname en



Adorno de tus pestañas,



Cubre mis huesos con hierba



Purificada con el agua bendita de tus tobillos



Y átame con un mechón de tu cabello



O con un hilo del borde de tu vestido...



Tal vez me convierta en un dios,



Sí, en un dios,



Si logro tocar el fondo de tu corazón.







Si regreso. Tórname en



Leña de tu fuego encendido



O en cuerda de tender en la azotea de tu casa



Porque no puedo sostenerme



Sin tu oración cotidiana.



He envejecido. Devuélveme las estrellas de la infancia



Para que pueda emprender



Con los pájaros pequeños



El camino de regreso



Al nido donde tú aguardas.