Libros, poemas, imágenes, miradas, leemos en los objetos cotidianos, nos apropiamos de herramientas con las que construir una realidad más apacible, cómplice y alegre. Te escucho....cuéntame. Leer es partir, es emigrar, una ventana, un aire nuevo en el que envolverse y cubrir lo que nos rodea. Gracias por tus comentarios.
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martes, 17 de mayo de 2016
domingo, 17 de abril de 2016
Leyuad, un viaje al pozo de los versos
LEYUAD. UN VIAJE AL POZO DE LOS VERSOS (2015)

Victoria Eugenia Antzokia
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Martes 19 de Abril de 2016 / 22:30
4,20 € (Venta de entradas)
República Árabe Saharaui Democrática. Dirección: Gonzalo Moure, Brahim Chagaf, Inés G. Aparicio. Producción: Nicolas F. Calvo Bernal. Guion: Gonzalo Moure, Limam Boisha. Fotografía: Inés G. Aparicio, Ahmed Mohamed Lamin. Musika / Música / Music: Gabo Flores, Fernando Blanco. Montaje: Brahim Chagaf, Inés G. Aparicio. Participantes:
Limam Boisha, Abduláh Selma Brahim (Belga), Bonnana Busseid, Badi
Mohamed Salem, Sidi Brahim Salama, Dida Bujteh, Mohamed Mahfud. Duración: 74 min
IDIOMA: hassanía, castellano / SUBTÍTULOS: castellano
Limam Boisha, poeta saharaui que vive en Madrid, confiesa que se ha quedado "seco del Sahara" y viaja hasta el Sahara Occidental para recuperar la inspiración para sus versos. Allí, Hamida Abdulláh le narra el viaje que hicieron junto al filósofo Belga Mohamed Salem y el poeta y erudito Bonnana Busseid hasta Leyuad, en el corazón del Tiris, la ancestral Tierra de los Hombres del Libro, la génesis de la identidad del pueblo saharaui, camino que les mostró Badi Mohamed Salem, el más grande de los poetas saharauis vivos. Un viaje duro y largo que con un plan como aquel, buscando la inspiración, el pozo de la poesía, no sería un viaje pesado por el desierto cruel, sería un viaje poético y emotivo.
En Leyuad les espera en su jaima el poeta Sidi Brahim, que les mostrará los milagros de un lugar único y les adentrará en los mitos y secretos de los genios del desierto, aquellos "a los que no se puede nombrar".
Selección: FiSahara
IDIOMA: hassanía, castellano / SUBTÍTULOS: castellano
Limam Boisha, poeta saharaui que vive en Madrid, confiesa que se ha quedado "seco del Sahara" y viaja hasta el Sahara Occidental para recuperar la inspiración para sus versos. Allí, Hamida Abdulláh le narra el viaje que hicieron junto al filósofo Belga Mohamed Salem y el poeta y erudito Bonnana Busseid hasta Leyuad, en el corazón del Tiris, la ancestral Tierra de los Hombres del Libro, la génesis de la identidad del pueblo saharaui, camino que les mostró Badi Mohamed Salem, el más grande de los poetas saharauis vivos. Un viaje duro y largo que con un plan como aquel, buscando la inspiración, el pozo de la poesía, no sería un viaje pesado por el desierto cruel, sería un viaje poético y emotivo.
En Leyuad les espera en su jaima el poeta Sidi Brahim, que les mostrará los milagros de un lugar único y les adentrará en los mitos y secretos de los genios del desierto, aquellos "a los que no se puede nombrar".
Selección: FiSahara
Estreno de la película “Leyuad, un viaje al pozo de los versos”

7 abril, 2016
Martes día 19 a las 22:30 en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián.
LEYUAD, UN VIAJE AL POZO DE LOS VERSOS (2015). Gonzalo Moure, Brahim Chagaf, Inés G. Aparicio. República Árabe Saharaui Democrática
Limam Boisha, poeta saharaui que vive en Madrid, confiesa que se ha quedado “seco del Sahara” y viaja hasta el Sahara Occidental para recuperar la inspiración para sus versos. Allí, Hamida Abdulláh le narra el viaje que hicieron junto al filósofo Belga Mohamed Salem y el poeta y erudito Bonnana Busseid hasta Leyuad, en el corazón del Tiris, la ancestral Tierra de los Hombres del Libro, la génesis de la identidad del pueblo saharaui, camino que les mostró Badi Mohamed Salem, el más grande de los poetas saharauis vivos. Un viaje duro y largo que con un plan como aquel, buscando la inspiración, el pozo de la poesía, no sería un viaje pesado por el desierto cruel, sería un viaje poético y emotivo. En Leyuad les espera en su jaima el poeta Sidi Brahim, que les mostrará los milagros de un lugar único y les adentrará en los mitos y secretos de los genios del desierto, aquellos “a los que no se puede nombrar”.
LEYUAD, UN VIAJE AL POZO DE LOS VERSOS (2015). Gonzalo Moure, Brahim Chagaf, Inés G. Aparicio. República Árabe Saharaui Democrática
Limam Boisha, poeta saharaui que vive en Madrid, confiesa que se ha quedado “seco del Sahara” y viaja hasta el Sahara Occidental para recuperar la inspiración para sus versos. Allí, Hamida Abdulláh le narra el viaje que hicieron junto al filósofo Belga Mohamed Salem y el poeta y erudito Bonnana Busseid hasta Leyuad, en el corazón del Tiris, la ancestral Tierra de los Hombres del Libro, la génesis de la identidad del pueblo saharaui, camino que les mostró Badi Mohamed Salem, el más grande de los poetas saharauis vivos. Un viaje duro y largo que con un plan como aquel, buscando la inspiración, el pozo de la poesía, no sería un viaje pesado por el desierto cruel, sería un viaje poético y emotivo. En Leyuad les espera en su jaima el poeta Sidi Brahim, que les mostrará los milagros de un lugar único y les adentrará en los mitos y secretos de los genios del desierto, aquellos “a los que no se puede nombrar”.
jueves, 3 de septiembre de 2015
martes, 1 de septiembre de 2015
Adiós a Mariiam Hassan
Muere Mariem Hassan, la gran dama del ‘haul’ saharaui
Era capaz de expresar desesperación y esperanza a la vez. Su alarido, su grito de libertad, se ha callado para siempre este 22 de agosto
FERNANDO IÑIGUEZ 22 AGO 2015 - 22:15 CEST
Conflicto saharaui
Marruecos
Conflictos territoriales
Magreb
África
Sucesos
Música
Cultura
Conflictos
La voz de Mariem Hassan encerraba muchos secretos. Era capaz de expresar desesperación y esperanza a la vez. Su alarido, su grito de libertad, se ha callado para siempre la mañana del sábado 22 de agosto en su jaima del campamento de población refugiada saharaui de Smara. Su grito, era a la vez el grito de todo el pueblo saharaui que en el próximo noviembre llevará justo 40 años de angustia. Un pueblo obligado a partirse en trozos: una parte exilada en los campamentos, sobreviviendo en condiciones muy precarias; otra, en el propio Sáhara Occidental, humillado por la represión de Marruecos, que lo ocupa ilegalmente desde 1975, cuando España abandonó la región fruto de los denunciados Acuerdos Tripartitos de Madrid, firmados por el gobierno de Arias Navarro en plena agonía de Franco. Y otra, como la que vivía más o menos Mariem Hassan hasta hace unas semanas, repartida por el mundo para que éste no olvide la lucha de ese pueblo.
Era apenas una adolescente cuando tuvo que huir con su familia del ejército marroquí para refugiarse en la Hamada argelina. Vivió muchos años en la wilaya de Smara, uno de los cinco grandes campamentos levantados en torno a la ciudad de Tinduf, al suroeste de Argelia, que tributan su nombre a las cinco grandes ciudades ocupadas. En el exilio del campamento, aprendió los secretos de los viejos poetas saharauis y la tradición de haul, la música del desierto, que habla de arengas guerreras y loas sagradas a Alá. La música popular, el folclore, de las celebraciones que recuperó en ese tiempo que dejó de ser nómada para convertirse en refugiada, la misma suerte que corrió su pueblo
La experiencia vital de Mariem conmovía en sí misma: huida de la casa familiar, el exilio, el refugio, la diáspora.
Hace poco más de diez años Mariem Hassan se instaló cerca de Barcelona para hacer más viable su carrera musical, pues era constantemente reclamada en numerosos festivales de músicas del mundo y muchos conciertos y actos reivindicativos de la lucha pacífica saharaui contra la ocupación y su derecho a la autodeterminación. Ella siempre hacía ver que esa lucha sin más armas que las de su canto, era avalada además por diversas resoluciones de Naciones Unidas que desde los años sesenta del siglo pasado, primero a España y luego a Marruecos, exigían someter a referéndum la voluntad de los habitantes del Sáhara Occidental.
La experiencia vital de Mariem conmovía en sí misma: huida de la casa familiar, el exilio, el refugio, la diáspora. Por eso, allá donde el desierto se hace aun más inhóspito, su garganta sonaba lejana, pero íntima. Su voz era una punzada en el corazón que hacía sentir al escucharla el escalofrío de la injusticia.
En mayo del año pasado, fue la encargada de clausurar el FiSahara(Festival Internacional de Cine del Sáhara). Fue su último concierto, pues ya venía arrastrando un cáncer detectado tiempo atrás y contra el cual era difícil luchar. Aquella noche estrellada, entre canción y canción, se despidió de su pueblo y le pidió perdón por si alguna vez le había fallado. Sabía que iba a morirse pronto.
Han pasado quince meses de aquello, los médicos de Mariem Hassan y su propia hija menor, convertida en enfermera, siguieron cuidándola después en Barcelona. Consciente de que había llegado su fin, Mariem Hassan pidió volver a su jaima del campamento de Smara. Y allí la llevaron a principios de este mes su marido y sus dos hijas, y allí, entre los suyos, entre las jaimas y la casa de adobe, entre té y té, ha muerto. Su voz sublime ha quedado al menos grabada en unos cuantos discos editados siempre por el sello discográfico madrileño Nubenegra. En el último, de 21012, El Aaiún Egdat (Arde El Aaiún) hacía un homenaje al campamento de la dignidad que arrasó la policía marroquí cerca de la ciudad ocupada de El Aaiún en noviembre de 2010 y que es considerado por muchos analistas como el primer estallido de la conocida luego como primavera árabe. Se lleva Mariem Hassan su canto, el canto de una mujer y un pueblo que sólo pide justicia y resiste donde parece imposible resistir.
lunes, 31 de agosto de 2015
Muere Mariam Hassan, descanse en paz
Nos queda tu voz, tu música, para no olvidar la historia, ni dejar que la reescriban a beneficio de los poderosos.
SAHARA LIBRE
of seventeen had to escape through a window for not to fall in the hands of the Spanish police. It was in August 1975, in Smara, Spanish Sahara, where she was singing in a clandestine meeting of the Polisario, when the custodian of the law came to break up the assembly.
Three years later, as part of the group Luali, she toured the world to explain the situation of her people, of those living in the refugee camps in the Algerian Hamada desert and of those bend under the yoke of the Morrocan Kingdom. The group Luali was giving concerts in Algiers, Tripoli, Abdis Ababa, Havana (where they arrived by boat) and performed also in Spain and Italy.
When the XX century ended, Mariem Hassan – how she was called, although in her papers figure Meriem Hassen and she must continue to imitate the signature one day an Algerian official stamped in her first passport- began to gain the sympathy of the fans of the world music more exotic.
In 2004, in company with her friend and guitarist, Baba Salama, she made a big step forward by setting up her own group and placing the Saharawi music into the XXI century. The culmination of that process was the development of a suite, in form of popular cantata within the Saharawi Haul. So she embodied the reply she had guarded for the socialist Felipe Gonzalez due to his speech at the refugee camps in 1976 and the subsequent betrayal of his promises.
Step by step she has earned the respect of her people and the recognition of the international community as a musical ambassador of the Saharawi and has become one of the undisputed divas of North Africa.
Three years later, as part of the group Luali, she toured the world to explain the situation of her people, of those living in the refugee camps in the Algerian Hamada desert and of those bend under the yoke of the Morrocan Kingdom. The group Luali was giving concerts in Algiers, Tripoli, Abdis Ababa, Havana (where they arrived by boat) and performed also in Spain and Italy.
When the XX century ended, Mariem Hassan – how she was called, although in her papers figure Meriem Hassen and she must continue to imitate the signature one day an Algerian official stamped in her first passport- began to gain the sympathy of the fans of the world music more exotic.
In 2004, in company with her friend and guitarist, Baba Salama, she made a big step forward by setting up her own group and placing the Saharawi music into the XXI century. The culmination of that process was the development of a suite, in form of popular cantata within the Saharawi Haul. So she embodied the reply she had guarded for the socialist Felipe Gonzalez due to his speech at the refugee camps in 1976 and the subsequent betrayal of his promises.
Step by step she has earned the respect of her people and the recognition of the international community as a musical ambassador of the Saharawi and has become one of the undisputed divas of North Africa.

DESPEDIDA MARIEM HASSAN ha muerto el 22 de agosto de 2015. En el exilio, rodeada de su familia en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, Argelia. Descansa en paz, por fin, tras una lucha implacable de más de diez años contra el cáncer. Hasta el final ha mantenido firme el compromiso con su pueblo y su cultura. EstaDespedida la pronunció en el congreso de cultura, celebrado en los campamentos a finales de febrero 2015, en el que participó activamente. *********************************** La publicación del libro "Soy Saharaui", el disco "Baila Sahara Baila", o sus conciertos en Sabadell y Fisahara 2014, muestran hasta qué punto ella estuvo decidida a no dejar pasar ninguna ocasión para reafirmar esa entrega a su pueblo saharaui. El CD, realizado en compañía de Vadiya Mint El Hanevi, está expresamente dedicado a sus compatriotas, para que puedan bailar sus alegrías y sus penas cuando lo deseen, en la soledad del desierto, en las jaimas de los campamentos de refugiados o en los territorios ocupados. Entre los homenajes recibidos, destacamos el de la película "Life is waiting: Referendum and Resistance in Western Sahara", de Iara Lee, producida por Cultures of Resistance. En los créditos reza: Esta película está dedicada aMariem Hassan, por su devoción por el sueño - y la búsqueda diaria - de la autodeterminación saharaui. Y, claro está, esa joyita que es el cómic "Mariem Hassan. Soy Saharaui", obra dirigida por el periodista italiano, Gianluca Diana; ilustrada maravillosamente por Andromalis, y traducida por Federica Marzioni. La edición ha corrido a cargo de Calamar Ediciones: http://www.calamarediciones.com/ 2013 UN AÑO LLENO DE SORPRESAS Mariem Hassan ha cerrado 2013 alejándose temporalmente de los escenarios para concentrarse en su lucha contra el cáncer que ataca ahora sus huesos.
Esto no significa que abandone su dedicación a la música, pues sigue trabajando en una nueva serie de composiciones que verán la luz en 2014.
Que 2013 ha sido un año complicado lo confirma el hecho de que tan sólo ha ofrecido 3 conciertos en España. Afortunadamente el interés demostrado más allá de nuestras fronteras ha compensado con creces la sequía española.
Ante todo hay que destacar su gira Klangkosmos en la cuenca del Ruhr (Alemania) a lo largo de las tres primeras semanas del mes de junio. En 20 días dio 14 conciertos, en los más diversos escenarios, e impartió 5 talleres, cuatro para niños y uno para adultos.
Para hacernos una idea de lo que ella y su tres músicos -Vadiya Mint El Hanevi, Luís Giménez y Gabriel Flores- presentaron, basta escuchar el programa de una hora ofrecido por la WDR3 el 25 de junio a las 11 de la noche. Montado a partir de una entrevista realizada en Colonia por Suleiman Taufiq y delconcierto en Detmold el 14 del mismo mes:
http://www.wdr3.de/musik/musikkulturenbeiwdr3/opensoundworld164.html
Las tres actividades desarrolladas el mes anterior en Suecia fueron muy gratificantes. El concierto en Malmö, en el coqueto pabellón del Moriskan, con el público casi al alcance de las manos, fue uno de los mejores del año, por la intimidad y complicidad alcanzadas con los asistentes. Una de esas actuaciones que perviven en la memoria meses y meses después.
Igual que el taller de Gotemburgo, con todas aquellas mujeres deseosas de aprender canciones de Mariem en hassanía y poder tocarlas luego en sus conciertos. Por primera vez un grupo no saharaui incorpora a su repertorio habitual un tema como “Sbar”, compuesto por Baba Salama y transmitido por Mariem Hassan. Nunca en 40 años había sucedido algo así. ¡Con qué ilusión se trabajó hasta dominarlo! Hasta pronunciar correctamente esas palabras desconocidas que Mariem repetía y repetía para que todas las cantantes allí reunidas hicieran suyos los matices de la lengua de los saharauis.
Por una serie de desgraciadas circunstancias, tras la gira alemana Mariem no ha podido volver a contar con sus músicos al completo. Sin embargo la experiencia de Gotemburgo y su fe en sus capacidades le han dado valor más que suficiente para enfrentarse a retos insospechados durante la segunda mitad de 2013.
Vayamos por partes. El 26 de julio la Asociación Asturiana de Amigos del Pueblo Saharaui celebraba sus 25 años de existencia con un concierto en Oviedo, en el Teatro de la Filarmónica. Una cita por todo lo alto con Estrella Polisaria (fracción residente en España), el grupo asturiano Tejedor y, cerrando, Mariem con unas cuantas sorpresas.
La primera, golpe de efecto integral, la entrada al escenario respondiendo al requerimiento del presentador Xoxé Ambás que con su pandereta y su voz -interpretando una jota de Somiedo- iniciaba un diálogo vocal con Mariem inédito hasta ese instante. La numerosa presencia saharaui en el teatro se maravilló con su brillante réplica.
Luego entró el portugués Luis Peixoto que cubría con su bouzuki la ausencia de Luís Giménez, de vuelta a Sudáfrica. Acababa de cruzar en coche el norte de la Península, desde Barcelona hasta Oviedo, tras finalizar esa misma mañana una gira allende los Pirineos. Apenas media hora para afinar y ponerse la darraa y el turbante. El suyo fue un trabajo impecable.
Mariem aprovechó que con la formación de Estrella Polisaria viajaba su hermanoBoika, cuyo toque de guitarra saharaui tradicional es muy seguro. Y lo aprovechó para poder interpretar un mawal y para que Vadiya pudiera presentar un par de bailes en los que se necesita una guitarra que domine los complicados vericuetos del haul. Especial interés el baile libre, “Rags el Horr”, en el que guitarrista y bailarina recorren las gamas del haul, algo inusual.
Al final, un “Yasar Geidu” multitudinario con muchos de los músicos que habían pasado por el escenario. Y esta vez con un tono un poco más bajo de lo habitual para que el gaitero de Tejedor tuviera ocasión de participar.
Oviedo-Madrid-Roma-Brindisi. De los montes astures a la llanura grecánico-salentina, allí donde la bota italiana dibuja su tacón. Un raid para la “Desert Session”, otro lance de gran calado en el que el haul era esta vez el protagonista absoluto.
Doce jóvenes músicos del sur de Italia deseosos de conocer una música ligada al desierto y en la que durante ocho días están dispuestos a zambullirse. Sólo dos de ellos tienen una idea de qué se trata, el resto, simplemente en busca de la aventura por la aventura. ¡Y lo fue, vaya que si lo fue!
Hasta el punto que el sexto día fueron capaces de brindar un concierto impecable de Mariem Hassan con el mayor grupo que haya tenido en un festival de world music, el Popoli Festival. Quince músicos en escena en un derroche de energía y talento. Dando cada uno lo mejor de si mismo en una noche de verano, allí donde el Adriático y el Mediterráneo se funden.
Al regresar de Italia, tras unos análisis, Mariem sabe que su salud se agrava. Aun así mantiene su compromiso de actuar en Avante, la fiesta anual del Partido Comunista portugués. Y lo hará sólo acompañada de su fiel Vadiya y la de dos bravos portugueses que lo arriesgan todo por ella; pare que salga indemne del trance. Luis Peixoto, bouzuqui, y Sebastiâo Antunes, cantante y guitarrista con una sólida carrera en el vecino país. Invidente, su arrojo en escena junto a Mariem agranda todavía más su gesta.
Entre los cuatro firman un concierto prodigioso ante varios miles de asistentes, entregados desde que Sebastiâo empezara entonando los primeros versos de“Senhora do Almortâo”, una virgen que le da la espalda a Castilla y que Mariem compara con la negativa de los saharauis a ser marroquíes. Sólo dos canciones del repertorio de Sebastiâo se cantaron en el concierto, todos las demás del repertorio de Mariem. Con la que lo cerró, "Cantiga da Burra", la más celebrada de Sebastiâo, Mariem vuelve a llevarse a su terreno la trama argumental. Si Sebastiâo debe convencer a una burra para que eche a andar, Mariem se aferra a los camellos saharauis para decirle al rey de Marruecos que éstos solo caminan en una dirección, la de la libertad e independencia de su pueblo.
encontraréis vídeos ilustrando estas pequeñas locuras.
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EL AAIUN EGDAT,
dos meses en el nº1 de las listas WMCE
y en la global de 2012, nº 2
Excelente acogida del disco El Aaiún Egdat por parte de los periodistas radiofónicos que conforman el panel de las World Music Charts Europe.
Lo que significa que en 50 espacios radiofónicos de 26 países europeos se le está prestando una especial atención al tercer disco de Mariem Hassan. Nº 1 en Junio y Julio. Nº 2 en Agosto. 10 en Septiembre y 19 en Octubre. En el cómputo final de 2012 que como el nº 2 entre 1.009novedades.
Así lo presentan: “The third solo album from the Saharawi singer, who addresses contemporary events in the Arab world along with the perennial issue of Sahrawi independence. Some raw electric guitar and smooth double bass fit seamlessly into the percussive desert grooves.”
r e v i e w s
EL AAIUN EGDAT
Mariem Hassan is back! The vocal powerhouse of the dispossessed people of Western Sahara releases her new album on the Nubenegra label.
Nigel Wood (Dublín - Ireland)
El nuevo, comprometido y fascinante álbum de Mariem Hassan.
Paco Valiente “Los sonidos del Planeta Azul”(Valencia - Spain)
Over the years she has gradually added more Western elements to her music, and this new record has the broadest palette of any of her recordings. The key instrument is Hassan’s powerful, melismatic and filled with emotion, her voice is simply unforgettable. This is a career-defining album from one of Africa’s crucial artists, don’t miss it.
Bill Lupoletti Global A Go-Go WRIR 97.3 FM (Richmond - USA)
El haul, ese blues arenoso procedente del Sáhara, suena siempre majestuoso y fascinante en la voz de Mariem Hassan. Un disco magnético que volverá a escalar, como de costumbre, las listas europeas de la world music.
Luis Lles Alto Aragón (Huesca - Spain)
Belles chansons d'une très grande artiste qui a représenté son peuple de la plus belle des manières. Bonne continuation.
Bailloul 15-Juin-2012 cliente de iTunes
She is at her best showing off her thrilling, powerful voice with minimal backing, as on the title track and Gdeim Izik, an intense and furious song of suffering and resistance.
Robin Denselow (The Guardian – UK)
Mariem Hassan es la voz del exilio saharaui en el mejor disco de su carrera. Mariem suena, a ratos, más pop y más vanguardista. Entrar en su jaima es sencillo y el oyente encuentra agua cristalina y fruta fresca. Un oasis.
José Manuel Gómez (Lo crudo y lo cocido)
I was blown away! She is intoxicating and intense and seductive and soothing all at once. I am so entranced by her singing and by the inner landscape of the soul that she conjures so effortlessly.
Elizabeth Hess (Actress - USA/Canada)
Mariem Hassan has been based in Spain for some while and impressed with a couple of albums on the Nubenegra label a few years back. This latest is probably her strongest and finds her backed by a mixture of West African and local blues musicians, the raw majesty of her voice matched with a range of bluesy, rocky, jazz arrangements that never lose sight of her Saharawi roots. Special mention for saxman Gabriel Flores who blasts and wisps as the mood requires (and adds flute tu de bubbling Legneiba.) The closing Siyant Laydad features the kind of psychedelic blues that wouldn't have sounded out of place at a '60s 'happening', whilst Eftaht Almayal is hipnotic blues at its best. Throughout Hassan does what she does best, delivering her lyrics of Saharawi culture and defiance with firepower to spare.
Jamie Renton (fROOTS)
La carrera y la música de Mariem Hassan están íntimamente ligadas a su condición de saharaui y a la penosa peripecia que este pueblo se está viendo obligado a soportar.En otras circunstancias cantaría seguramente otras cosas y tal vez de otra manera. Pero su bagaje y su canto tienen por fuerza que reflejar lágrimas, dolor, muerte, desenraizamiento... De hecho el álbum de título "El Aaiún en llamas" quiere glosar esa acampada digna y rebelde finalizada de manera trágica en Gdeim Izik. Lo cual no significa que todo ello no se cuente con altas dosis de alegría y dulzura.
Es la voz de Mariem (residente por cierto en nuestro país) una voz prodigiosa que teje y desteje el género tradicional de nombre "haul", para lanzar luego la madeja muy, muy alto. No en vano ella misma compone gran parte de las canciones que desenreda luego a través de un atinado grupo de músicos que saben interpretar a la cantante, y entre los que nos atrevemos a destacar la borboteante y suave guitarra de Luís Giménez (con ecos de Farka Touré, uno de los ídolos de Mariem) y los jugueteos aéreos en los saxos flautas de Gabriel Flores. No es de extrañar su alta repercusión en las listas europeas de ritmos étnicos.
Roberto Mezquita (Interfolk)
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MARIEM HASSAN
EN EL FESTIVAL DU SAHEL, SENEGAL
Del 23 al 25 de Noviembre en el desierto de Lompoul en el norte de Senegal, se celebró la 3ª edición del Festival du Sahel. MARIEM HASSAN actuó y compartió una serie de actividades en torno a la cultura musical saharaui con el público y los músicos participantes en el festival, venidos de Mali, Mauritania, Senegal, Argelia y otros países africanos.
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lunes, 11 de agosto de 2014
El grito del adiós
El grito del adiós
Mariem Hassan, gran dama de la música tradicional del desierto y enferma de cáncer terminal, ofrece un emocionante concierto

Concierto de Mariem Hassan en el campamento de Dajla (Tinduf, Argelia). / CARLOS CAZURRO
Posiblemente en el lugar más inhóspito del planeta, el campamento de población refugiada saharaui de Dajla (Tinduf, Argelia), dio la noche del sábado Mariem Hassan el que quizá sea el último concierto de su vida. La cantante saharaui, gran dama del haul, la música tradicional del desierto, padece un cáncer terminal y es difícil imaginar que en las condiciones en las que está, pueda ofrecer alguno más.
Por eso el haul seco y doliente que ella ha llevado por el mundo en los últimos años, sonó esta vez más emocionante que nunca. Sus cientos de seguidores saharauis conocen el mal que la aqueja, y ella, mujer de profundas convicciones religiosas, y consciente de su gravedad, dice haberse puesto en manos de Mulana, que es la manera saharaui de referirse a Dios.
El haul es poesía sustentada sobre las afinaciones atonales de la tidinit,pequeña guitarra de dos cuerdas con un caparazón de armadillo o tortuga como caja de resonancia, y anclada al ritmo machacón y plomizo del tbal, el tambor que las antiguas mujeres nómadas tocaban sentadas en el suelo cuando las caravanas paraban para las diversas celebraciones en mitad de la nada, sobre piedra y arena y a la sombra de una solitaria acacia o una jaima. Arengas guerreras de carácter épico y plegarias a Alá constituyen las dos vertientes principales del contenido formal de los poemas del haul que Mariem ha dado a conocer al mundo desde la humildad de una mujer expulsada de su tierra, el Sáhara Occidental, obligada primero al exilio como refugiada y que está pasando sus últimos años en Barcelona, como base de sus actividades musicales, además de seguimiento de su enfermedad.
Pero ya hace tiempo que Mariem cambió las estructuras de su banda. Sustituyó los instrumentos tradicionales por guitarras eléctricas y batería, sin faltarle al respeto al haul tradicional, el folclore de su tierra, aunque muchas veces lo arrimara a las improvisaciones del jazz y la intensidad del blues, esa música también doliente que a pesar de que se difundiera desde los negros norteamericanos, hunde sus raíces en África.
En su última noche del desierto, en la jornada final del FiSahara (Festival Internacional de Cine del Sáhara) Mariem recuperó el formato tradicional: volvió a poner a cuatro mujeres en el suelo para hacerle segundas voces, los ritmos de siempre y secundarla en su canto diezmado. Y el añadido misterioso de Sebastiâo Antunes, el guitarrista invidente portugués que se ha mantenido fiel a ella en los últimos tiempos.
No había engaños, se quiere ir tranquila: en mitad del concierto pidió perdón a su pueblo por si alguna vez le había fallado
Senhora de amortâo es una pieza del folclore luso que habla de la figura de una virgen que sus devotos colocaron dándole la espalda a España en una localidad fronteriza. Con ella arrancó Mariem el concierto, trasladando ese desencuentro con el vecino como metáfora del enfrentamiento de su pueblo contra la invasión ilegal marroquí. Asombra comprobar cómo dos sonoridades aparentemente tan opuestas, la portuguesa y la saharaui, se ensamblan de manera tan natural cuando Mariem se deja mecer por Sebastiâo. Siempre ha sido ella muy intuitiva y se ha dejado aconsejar por los que han vigilado su carrera internacional, y el tándem que forma con el portugués resulta de lo más hermoso, lástima que les vaya a quedar tantos buenos momentos por ofrecer y disfrutar.
Con la sonrisa en los labios, la voz atronadora de Mariem Hassan sonó de nuevo en la inmensidad de la noche estrellada como el grito de todo un pueblo que solo pide que le devuelvan lo que le quitaron, su tierra. Agotada, cedió protagonismo a sus músicos, mujeres que había conocido solo tres días antes y con las que apenas había ensayado. Ellas y Sebastiâo sostienen las carencias de la gran dama, que aguantó sentada en el suelo con más dignidad y coraje que fuerza física.
No había engaños, sonaba a despedida, se quiere ir tranquila: en mitad del concierto pidió perdón a su pueblo por si alguna vez le había fallado. Y se disculpó de seguir en el escenario cuando desde el público le solicitaron al final que cantara El Aaiún egdat (Arde El Aaiún), una de sus últimas canciones de éxito dedicada a los tristes acontecimientos ocurridos en la capital del Sáhara Occidental ocupado en noviembre de 2010.
Entre el repertorio abordado en el concierto, Sebastiâo intercaló una canción de José Zeca Afonso, conocido sobre todo por Grándola vila morena, que ya en los años setenta dedicara a la causa saharaui. Junto a Sebastiâo, Mariem la cantó como si fuera suya, aportando esa voz que estremece, más aún si se conocen las circunstancias que concurrían esa noche.
Se levantó como pudo del suelo, ayudada por sus músicos, y se fue sin hacer ruido a su jaima, como siempre ha sido su vida, discreta para lo grande que es. Su legado es enorme, y lo que ha hecho por la música saharaui alcanza dimensiones insospechadas, seguramente mejor valoradas pasados unos años. A falta de una patria real, el pueblo saharaui ha encontrado en la música y la cultura el patrimonio al que se ha seguido agarrando para mantener su identidad. A ella se lo tienen que agradecer.
Maria Hassan
Tu voz nunca se apagará, ...
Publicado el 10/03/2014
Con motivo del día internacional de la mujer, el ayuntamiento de Sabadell ha querido homenajear a la gran cantante saharaui, Mariem Hassan, reconociendo su trayectoria en la lucha del pueblo saharaui.
Canción "MELHFA" vestimenta tradicional femenina saharaui, símbolo de fuerza y coraje de la mujer saharaui, orgullo y pureza representados en un traje típico de estas mujeres del desierto.
BIOGRAFIA
Mi familia era nómada. Teníamos varias jaimas alineadas. Los hermanos cuado se casaban levantaban una jaima para la nueva familia. Yo no nací en un hospital. Nací en una jaima en el desierto del Sahara. Mi madre no estaba en la cama sino que dio a luz como se hacía en el desierto: de pié con las manos en alto, agarrando una cuerda que venía de arriba y haciendo así fuerza para echarme fuera.
Cambiábamos habitualmente el friq, el campamento. Formábamos una caravana y nos movíamos cuando las condiciones cambiaban o según el tiempo que hacía o el agua que teníamos. A veces cambiábamos el sitio a diario; otras, pasábamos un mes en el mismo lugar. En verano llegábamos a estar tres meses sin movernos. Pero en invierno nos movíamos mucho en busca de hierba para los animales.
La mayor parte del tiempo la pasé en los alrededores de Smara y Hausa, en el norte. Pero viví también un año en El Aaiún y también en Eyderia y Mahbes. Dependía de dónde estuvieran destinados mis tres hermanos. Cuando los cambiaban de ciudad a veces nosotros los seguíamos con las jaimas y con el ganado, pero no siempre. En el 74 empezamos a vender los camellos y las cabras porque no quedaban pastores para cuidarlos.
Mis cinco hijos. El mayor estuvo dos años estudiando en Trípoli pero cogió una tuberculosis de huesos. Por entonces su padre era primer secretario de la embajada en Cuba y le mandó un billete para que allí curaran su enfermedad y siguiera estudiando. Mis niñas estuvieron estudiando en Argelia. Cuando se sacaron el pasaporte argelino los funcionarios intercambiaron sus fotos. Y Nina es Fatimetu y Fatimetu es Nina.
El hijo mayor de Bachir (el cuarto) cuando tenía seis meses cogió una enfermedad de parásitos del intestino (celíaco) y tenía que tomar gluten y cosas especiales. Yo sufría mucho con él; venía conmigo en los viajes y estaba siempre enfermo. En Canarias estuvo tres meses en el hospital y tres meses después fuera. En el 91 vine a España. En Barcelona estuvo tres meses en el hospital. Por las noches para que durmiera yo las pasaba sentada en una silla con el en brazos. Luego estuvo un año con unas monjas porque no podía estar en los campamentos. En 1994 estuvo con él en Orán seis meses para que lo curaran, pero como no mejoraba unas enfermeras lo trajeron de nuevo a España. Estuvo con una familia en León hasta que en 1997 otra famila, esta vez de Granada, se hizo cargo de él. Siempre que venía de gira iba a verlo. Casi toda su vida la ha pasado en España. A él le he dedicado mi canción Salem.
Agaila, mi niña pequeña, llegó a España en 2003. Saca buenas notas y ahora ella me ayuda con las palabras que yo no sé decir bien. Ella no olvida el hassanía ni nuestras tradiciones, por ejemplo nunca ve novelas o películas con escenas de amor delante de su papá. Estudia socio sanitario, para ayudar a gente con problemas.
Tres veces he tenido que darme a la fuga porque mi integridad peligraba.
La primera vez fue cuando me casaron, tenía 13 años y lo hicieron según una antigua, por fortuna, costumbre nuestra. Yo no me quería casar pero mi familia me decía que tenía que casarme con ese hombre. Mis hermanos mayores no estaban de acuerdo pero mi padre y mi madre mandaban en casa. Me acuerdo que la noche de bodas me vistieron con una melfa blanca y otra negra y entre dos me llevaron a la fuerza a la puerta de otra jaima. Yo iba llorando y gritando que no quería. Cuando él llegó me cogió fuerte. Yo me quería soltar y protestaba mucho pero no me hacía caso. Y vino mucha gente y cantaban canciones y cuando me dejaron con él yo me puse a llorar y a llorar. En cuanto aflojó la mano me escapé y yo salí corriendo a mi jaima. Él tenía unos 25 años.
Cuando llegué a la jaima mi madre me preguntó por qué me había ido. Le contesté que no me gustaba. Y ella siguió: pero Mariem, si es un buen hombre. Si él venia a mi jaima, yo salía corriendo a una de mis hermanos y no dejaba que me viera. Y así estuve tres años, hasta que mis hermanos le pagaron un dinero para que me diera la carta del divorcio. Fue cuatro o cinco días antes de salir del Sáhara.
La segunda vez fue en Smara. Soltaron a algunos presos saharauis que estaban detenidos por los españoles y se montó una fiesta a la que acudí. En esa fiesta fue la primera vez que yo vi una guitarra que la tocaba un chico. Y yo canté y vino la policía de España con porras y todos salimos corriendo. Yo salí por una ventana. Tenía 15 años.
La tercera vez fue la más dramática. La más dura para mí y todo mi pueblo. Yo no vi la marcha verde pero sí escuchaba que mis hermanos decían que la marcha verde iba a entrar mañana o pasado mañana. Estaban muy atentos a la radio. Veíamos que pasaban grupos huyendo por donde estábamos. Una noche mis hermanos dijeron que nos íbamos, que nos llevábamos las jaimas; las cuatro, porque estaban mis tíos y mi hermana mayor. Y también el agua y la comida. Todo, en dos coches que tenían mis hermanos. Los demás salimos andando con el ganado. Toda la noche andando, hasta que al amanecer llegamos a un río y allí nos quedamos esperando que se volviera a hacer de noche. Entonces llegaron mis hermanos con los coches. De día no se movía nadie, teníamos mucho miedo. No queríamos ver a los marroquíes. Escuchábamos sus bombas, bum, bum, bum, por el norte, cerca de Smara y de Hausa. Yo tenía 17 años. Subimos en los coches, en uno las cabras y en otro las personas, y nos fuimos a Wad Mheiriz, y nos quedamos allí 20 días, hasta que llegó una caravana argelina con comida, ropa y medicamentos. Nos cambiaron hacia Tifariti porque los aviones marroquíes estaban bombardeando Um Draiga y había muchos muertos y heridos. En Tifariti nos quedamos dos días. Yo hice, como las demás, una jaima con mi melfa, para proteger a los niños del sol. Pero no valía ni para el frío ni para la lluvia. Otros hicieron pequeños hoyos junto a los árboles, para protegerse. A los dos días salí en una caravana que nos llevó a Rabuni. Se quedó mucha gente esperando. Al irnos los aviones marroquíes empezaron a bombardearnos. Cuando llegamos a Rabuni la caravana volvió a por más refugiados.
Canción "MELHFA" vestimenta tradicional femenina saharaui, símbolo de fuerza y coraje de la mujer saharaui, orgullo y pureza representados en un traje típico de estas mujeres del desierto.
BIOGRAFIA
Cuando nace el niño, no es como cuando nace la niña, pues se considera que el segundo hombre en la familia será como el segundo padre de ella. El que se ocupe de ella, cuando el padre falte.
El primer parto de una mujer debía ser en la jaima de sus padres. A los 6 días de nacimiento del niño, el día antes del bautizo, se hace una fiesta y se reúnen las dos familias de los padres, la paterna y la materna.
Cuando es un chico normalmente se sacrifica una camella. Se da prioridad al abuelo por parte del padre y tiene la opción de elegir un nombre. Lo habitual es que corresponda al de un miembro destacado de las dos familias o del frig (campamento).
También se le da la oportunidad a la familia de la madre para elegir otros 6 nombres y realizar un sorteo con los 7 nombres posibles. Así, más o menos: la madre del recién nacido cierra los ojos mientras escogen 7 pulseras o 7 palos, cada cual con el uno de los nombres, y se sumergen en una gadha (bol de madera) llena de leche. La madre abre los ojos, mete la mano y elige una pulsera que dará nombre al niño.
El ritual cada vez se usa menos. Al niño se le suele poner el nombre que elige el abuelo paterno. Aquél de quien se pone el nombre al niño, tiene que traerle un regalo, preferiblemente un camello o un caballo. Si es alguien fallecido, trae el regalo su familia.
El bautizo es una fiesta familiar sin intervención del clero musulmán. Nosotros no tenemos la figura de los padrinos. Si un día al niño le faltan sus padres, la familia se hace cargo de él.
Mis cinco hijos llevan los nombres así. Ahmed, de alguien de la familia paterna. Mohamed Salem, de un hermano mío muerto en la guerra. Fatimetu, de una tía suya. Nina, de una amiga mía. Y Agaila, de una sobrina mía.
When a girl is born, her oldest brother will be considered the second man in the family and the second father. The oldest brother will be the one to look after the family when the father is missing.
Another tradition is that the first birth of a woman must be in the tent of her parents. After 6 days of birth of the child, the day before the baptism, there is a party and the two families meet the parents, paternal and maternal.
When the child is a boy, the families usually eat camel. The priority of choosing a name to the child is given to the grandfather by the father’s side. He tries to choose an appropriate name based on a leading member of the two families or frig (camp).
It also gives the opportunity to the family of the mother to choose other 6 names and make a drawing with seven possible names. Thus, the mother of the newborn baby closes her eyes and has to choose one item among 7 bracelets or 7 sticks, each with a name and immersed in a gadha (wooden bowl) filled with milk.
This ritual is not common anymore and the newborn baby’s name is usually chosen by the paternal grandfather. The person of whom the grandfather has chosen his grandson's name, must be rewarded with a gift, preferably a camel or a horse. If aforementioned person died, one must bring a gift to his/her family.
Baptism is only a family party without Muslim clergy intervention. We haven’t godfather figure. If one day the child is missing his/her parents, the child’s family is responsible to take care of him. My five children are named in this way. Ahmed is from someone called Ahmed from his paternal family, Mohamed Salem is from one of my brothers, Fatimetu comes from an aunt’s name, Nina from a friend of mine and Agaila a niece of mine.
Esta canción que abre el disco de Shouka, me permitió volver a trabajar con el poeta Lamín Allal, con el que ya había hecho otras canciones años atrás en los campamentos.
Yo estaba invitada a un Congreso de Cultura Saharaui que montó la ministra Khadija Hamdi, en diciembre de 2008, en el campamento de refugiados de Auserd, y decidí preparar una canción para estrenarla allí. Llamé a Lamín, que vivía en Granada, y le pedí que preparara una poesía sobre la importancia de la Cultura Saharaui y de la Música y los Músicos en la Cultura. Me mandó la letra por fax y con el móvil ensayé los coros con Vadiya, que vive en Bilbao, porque faltaban muy pocos días para el Congreso y no nos íbamos a poder juntar antes para preparar la canción. Fue una experiencia muy buena y decidí encargarle más canciones para el disco de Shouka.
Siempre así. Yo tengo una idea, se la cuento, le explico lo que quiero decir con la canción y él prepara la letra. Luego, si hay algo que quiero cambiar o ampliar se lo digo y lo arregla. Y siempre él en Granada o en Almería y yo en Barcelona. Con el móvil y con internet nos apañamos. Estoy muy satisfecha del trabajo con él. Aprendo mucho. Y consigo buenas canciones.
This song opens the album Shouka. It allowed me to work with the poet Lamin Allal, with whom I made other songs years ago in the camps.
I was invited to participate in the Congress of Saharaui culture in December 2008. The event took place in the refugee camp of Auserd. The Sahrawi Minister of Culture, Khadija Hamdi, also assited to this congress. I decided to prepare a song to perform in this event. I called the Saharawi poet Lamin, who lived in Granada, and asked him to prepare a poem about the importance of the Saharawi culture and its music. Lamin sent me his poem “culture” by fax and I collected it in Barcelona. I rehearsed this song with Vadiya on my mobile phone. Vadiya lives in Bilbao and we were not able to prepare the song together before the congress. It was a very good experience and we decided to work on more songs for the album Shouka.
I always have ideas for songs. I explain the idea to the poet and he/she prepares the poem. After the poem is written, if there is something I want to change the poet fixes it. I always communicate with the poets on my mobile phone or internet. I am very happy to work with Lamin. I always learn a lot from him and his poems always turn into good songs.
Mi familia era nómada. Teníamos varias jaimas alineadas. Los hermanos cuado se casaban levantaban una jaima para la nueva familia. Yo no nací en un hospital. Nací en una jaima en el desierto del Sahara. Mi madre no estaba en la cama sino que dio a luz como se hacía en el desierto: de pié con las manos en alto, agarrando una cuerda que venía de arriba y haciendo así fuerza para echarme fuera.
Cambiábamos habitualmente el friq, el campamento. Formábamos una caravana y nos movíamos cuando las condiciones cambiaban o según el tiempo que hacía o el agua que teníamos. A veces cambiábamos el sitio a diario; otras, pasábamos un mes en el mismo lugar. En verano llegábamos a estar tres meses sin movernos. Pero en invierno nos movíamos mucho en busca de hierba para los animales.
La mayor parte del tiempo la pasé en los alrededores de Smara y Hausa, en el norte. Pero viví también un año en El Aaiún y también en Eyderia y Mahbes. Dependía de dónde estuvieran destinados mis tres hermanos. Cuando los cambiaban de ciudad a veces nosotros los seguíamos con las jaimas y con el ganado, pero no siempre. En el 74 empezamos a vender los camellos y las cabras porque no quedaban pastores para cuidarlos.
My family was nomadic. We lived amongst a many tents organized together. Whenever one of my brothers got married, they’d raise another tent for the new family. I wasn’t born in a hospital; I was born in a tent in the Sahara desert. My mother wasn’t in a bed, rather she gave birth like one does in the desert: standing up with her hands in the air holding onto a rope that extended down from the top of the tent pushing to bring me into the world.
We regularly changed friq (our camp). We travelled in caravan and we moved depending on the conditions of the winds, the temperature or whether or not we had water. Sometimes we moved everyday other times we spend more than a month in one place. In the summertime we are usually stayed like three months in one place. But, in winter we had to move often to find vegetation for the animals.
Most of my childhood we spent in the area around Smara and Hausa, which are in the north. But I also lived for a year in El Aaiún and also in Eyderia and Mahbes. I usually moved where my three older brothers were assigned too, from one region to another we’d follow them with our tents and our herd, but not always. In 1974 we had to start selling off the camels and the goats because there weren’t many more herdsmen to take care of them.
Mis cinco hijos. El mayor estuvo dos años estudiando en Trípoli pero cogió una tuberculosis de huesos. Por entonces su padre era primer secretario de la embajada en Cuba y le mandó un billete para que allí curaran su enfermedad y siguiera estudiando. Mis niñas estuvieron estudiando en Argelia. Cuando se sacaron el pasaporte argelino los funcionarios intercambiaron sus fotos. Y Nina es Fatimetu y Fatimetu es Nina.
El hijo mayor de Bachir (el cuarto) cuando tenía seis meses cogió una enfermedad de parásitos del intestino (celíaco) y tenía que tomar gluten y cosas especiales. Yo sufría mucho con él; venía conmigo en los viajes y estaba siempre enfermo. En Canarias estuvo tres meses en el hospital y tres meses después fuera. En el 91 vine a España. En Barcelona estuvo tres meses en el hospital. Por las noches para que durmiera yo las pasaba sentada en una silla con el en brazos. Luego estuvo un año con unas monjas porque no podía estar en los campamentos. En 1994 estuvo con él en Orán seis meses para que lo curaran, pero como no mejoraba unas enfermeras lo trajeron de nuevo a España. Estuvo con una familia en León hasta que en 1997 otra famila, esta vez de Granada, se hizo cargo de él. Siempre que venía de gira iba a verlo. Casi toda su vida la ha pasado en España. A él le he dedicado mi canción Salem.
Agaila, mi niña pequeña, llegó a España en 2003. Saca buenas notas y ahora ella me ayuda con las palabras que yo no sé decir bien. Ella no olvida el hassanía ni nuestras tradiciones, por ejemplo nunca ve novelas o películas con escenas de amor delante de su papá. Estudia socio sanitario, para ayudar a gente con problemas.
The oldest of my five children was two years studying in Tripoli when he contracted bone tuberculosis. At that time his father was the First Secretary at the embassy in Cuba and he sent a plane ticket for our son to be treated in Cuba and to continue his studies.
Two of my daughters were studying in Algeria. When they got their Algerian passports the official in charge accidentally switched their photos; so officially Nina is Fatimetou and Fatimetou is Nina.
My fourth child, got a parasitical infection when he was only six months old. He had to take many medications and gluten. As a celiac child he was always sick. I have struggled very much with him. When we were in the Canary Islands he was in the hospital for 3 months. He came to Spain in 1991 and was in the hospital in Barcelona for 3 months. Just so that he would sleep I had to sit with him cradled in my arms all through the night. Later he spent a year in a church with nuns because he was too weak to live in the refugee camps with us. I tried again and again to have him with me at the camps. In 1994 Bachir, his father spent six months in Oran with him to cure him, but his sickness always got worse. Some nurses brought him again to Spain to live with a family in León. Here he stayed until 1997 and then another family in Granda took care him. Whenever I was on tour in Spain I visited him. He has spent almost his entire life in Spain. I dedicated the song Salem to him.
Agaila, my youngest daughter came to Spain in 2003. She did very well in school and she helps me improve my Spanish. She doesn’t forget her Hassania, our language, nor our traditions. For instance she would never read a romantic book or watch a movie with love scenes in front of her father. She studies social nursing.
Tres veces he tenido que darme a la fuga porque mi integridad peligraba.
La primera vez fue cuando me casaron, tenía 13 años y lo hicieron según una antigua, por fortuna, costumbre nuestra. Yo no me quería casar pero mi familia me decía que tenía que casarme con ese hombre. Mis hermanos mayores no estaban de acuerdo pero mi padre y mi madre mandaban en casa. Me acuerdo que la noche de bodas me vistieron con una melfa blanca y otra negra y entre dos me llevaron a la fuerza a la puerta de otra jaima. Yo iba llorando y gritando que no quería. Cuando él llegó me cogió fuerte. Yo me quería soltar y protestaba mucho pero no me hacía caso. Y vino mucha gente y cantaban canciones y cuando me dejaron con él yo me puse a llorar y a llorar. En cuanto aflojó la mano me escapé y yo salí corriendo a mi jaima. Él tenía unos 25 años.
Cuando llegué a la jaima mi madre me preguntó por qué me había ido. Le contesté que no me gustaba. Y ella siguió: pero Mariem, si es un buen hombre. Si él venia a mi jaima, yo salía corriendo a una de mis hermanos y no dejaba que me viera. Y así estuve tres años, hasta que mis hermanos le pagaron un dinero para que me diera la carta del divorcio. Fue cuatro o cinco días antes de salir del Sáhara.
La segunda vez fue en Smara. Soltaron a algunos presos saharauis que estaban detenidos por los españoles y se montó una fiesta a la que acudí. En esa fiesta fue la primera vez que yo vi una guitarra que la tocaba un chico. Y yo canté y vino la policía de España con porras y todos salimos corriendo. Yo salí por una ventana. Tenía 15 años.
La tercera vez fue la más dramática. La más dura para mí y todo mi pueblo. Yo no vi la marcha verde pero sí escuchaba que mis hermanos decían que la marcha verde iba a entrar mañana o pasado mañana. Estaban muy atentos a la radio. Veíamos que pasaban grupos huyendo por donde estábamos. Una noche mis hermanos dijeron que nos íbamos, que nos llevábamos las jaimas; las cuatro, porque estaban mis tíos y mi hermana mayor. Y también el agua y la comida. Todo, en dos coches que tenían mis hermanos. Los demás salimos andando con el ganado. Toda la noche andando, hasta que al amanecer llegamos a un río y allí nos quedamos esperando que se volviera a hacer de noche. Entonces llegaron mis hermanos con los coches. De día no se movía nadie, teníamos mucho miedo. No queríamos ver a los marroquíes. Escuchábamos sus bombas, bum, bum, bum, por el norte, cerca de Smara y de Hausa. Yo tenía 17 años. Subimos en los coches, en uno las cabras y en otro las personas, y nos fuimos a Wad Mheiriz, y nos quedamos allí 20 días, hasta que llegó una caravana argelina con comida, ropa y medicamentos. Nos cambiaron hacia Tifariti porque los aviones marroquíes estaban bombardeando Um Draiga y había muchos muertos y heridos. En Tifariti nos quedamos dos días. Yo hice, como las demás, una jaima con mi melfa, para proteger a los niños del sol. Pero no valía ni para el frío ni para la lluvia. Otros hicieron pequeños hoyos junto a los árboles, para protegerse. A los dos días salí en una caravana que nos llevó a Rabuni. Se quedó mucha gente esperando. Al irnos los aviones marroquíes empezaron a bombardearnos. Cuando llegamos a Rabuni la caravana volvió a por más refugiados.
My integrity has forced me to run away from my life three times.
The first time I was just 13 years old when I was forced to marry because of an ancient custom of our culture. I didn’t want to get married but my family told me I had to marry this man. My older brothers didn’t like the idea, but my mother and father had the final word in our house. I remember that on our wedding night they dressed me a white melfa and a black melfa and they needed two people to bring me to the door of the other jaima (tent) because I was crying and screaming in such defiance. When I arrived at his home, he grabbed me forcefully. I struggled against him, trying to run away but he ignored my protests. Many people came, they were singing songs and then left me alone with him. I began to cry and cry. As soon as he released his grip on me I bolted away, running to my family’s jaima. He was 25 years old.
When I got home my mother asked me why I had run away. I told her that I didn't like that man. She told me: “Mariem he is a good man.” But when he came to my parent’s tent I ran away and hided at one of my brothers' tent. I continued on like this, from one family member to another for almost three years until my brothers finally paid him to allow us to get a divorce. This was just four or five days before we had to leave the Sahara.
The second time was in Smara. They had released some Western Saharawi prisoners who’d been arrested by the Spanish. I joined the big celebration party. This was the first time I’d seen a guitar. A boy was playing it and I was singing. The Spanish police came with nightsticks in hand so we all ran as fast as we could. I jumped out the window. I was 15 years old.
The third time was much more dramatic. It was the most difficult moment for me and my people ever have been through. I didn’t see the “Green March” but I heard my brother’s saying the Morrocan troops would come either tomorrow or the day after. They were glued to the radio. We saw group after group fleeing. One night my brothers told me we had to pack up our jaimas - there were four tents altogether, including my uncles and my older sister - we also packed water and food all into my brother’s two cars. The rest of us begin the escape on foot with all of our livestock. We walked all through the night until sunrise met us at a river. There we waited until nightfall to hide from danger. At that point my brothers arrived in their cars. During the day nobody could move. We were petrified that the Morrocans would spot us. We could hear the bombs, bum, bum, bum, to the north, near the towns of Smara and Hausa. I was 17 years old. We packed the goats into one car and the family squeezed into another and we set out for Wad Mheiriz. There we waited for 20 days and 20 nights until an Algerian truck came to bring us food, medicine and clothing. From there we were taken to Tifariti because the Morrocan airforce continued bombing and in Um Draiga many people had been wounded and killed. We waiting in Tifariti for 2 days. I did what all of the others did, making my melfa into a sort of tent to protect the little ones from the sun. This was worth little to protect them from the cold of the night and the pouring rain. Others dug pits next to the trees to protect themselves. After two long days another truck came and brought us to Rabuni, leaving many of our people behind us waiting. As soon as we left the Morrocan airforce began dropping more bombs. Getting out in Rabuni the truck immediately headed back from where we had come to collect more refugees.
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