martes, 24 de marzo de 2015

El Griot en Senegal

LOS GRIOTS (Juglares africanos)

En la cultura de los pueblos del Senegal, la canción es algo más que un entretenimiento. La canción acompaña en los momentos trascendentes y ayuda a comprender aspectos importantes de la vida. Tanto del presente como del pasado. Los Griots son las personas encargadas de transmitir el legado de los antepasados, la historia y los valores de cada pueblo a través de los poemas, las canciones y las músicas que han aprendido generación tras generación. Los Griots son personas muy respetadas en la sociedad senegalesa. Como también lo son los ancianos de la comunidad. Unos y otros son portadores de una de las mayores riquezas que tienen: son portadores de los cuentos, la música, las canciones, la historia y las tradiciones.
Para poner un buen ejemplo de Griot vamos a nombrar a “Dodou Ndiaye Rose” (Mamadou Ndiaye Coumba Rose), uno de los mayores griots de Senegal. Griot de origen wolof, nació en Dakar en 1930 y aun sigue dirigiendo de esa forma tan especial que le caracteriza. Con 7 años ya tocaba el sabar pero su padre, que era contable, se oponía a ello, por eso Doudou se fue a vivir con uno de sus abuelos que también era griot. Desde pequeño le gustaba ver películas y vio muchas donde un maestro de orquesta dirigía él solo muchos y diferentes instrumentos y ritmos; y de ahí decidió que él querría hacer lo mismo con su música. Recorrió gran parte de Senegal recopilando información y buscando el conocimiento de los ancianos para absorber toda la esencia de los ritmos tradicionales.
Fue profesor en el Instituto Nacional de Artes y jefe tambor mayor del Ballet Nacional. Creó la primera escuela de percusión en Dakar. De su talento han nacido gran cantidad de ritmos y dirige con una fuerza, carácter y pasión extraordinarias. Batuta en mano muestra su arte y espíritu tejiendo tiempos y figuras rítmicas complejas que llegan a nosotros como maravillosos sonidos y melodías. Normalmente actúa en una orquesta formada por sus familiares. Casado con 3 mujeres con las que ha tenido 43 hijos, creó el grupo femenino “Les Rosettes”, donde todas las percusionistas son mujeres, hijas y nietas suyas.
El 4 de abril de 1960 toco para Leopold Senghor en el Grand Stade de Dakar acompañado de 110 batteurs. Fue nombrado primer embajador de Senegal y permitió al mundo conocer una música moderna y desconocida pero sin dejar de ser fiel a las raíces clásicas africanas. En 1986 participó en el festival de “Nancy Jazz Pulsations” de Francia con una orquesta de 50 batteurs y este festival le ayudó a darse a conocer en gran parte del mundo. Colaboró como percusionista en la banda sonora de la película de Martin Scorsese “La última tentación” y también ha hecho colaboraciones por todo el mundo, por ejemplo con los Rolling Stones.
Ha compuesto bandas sonoras para películas (“Karmen Geï” del director senegalés Joseph Gaï Tamaka) donde también tiene un papel como actor. Y ha hecho películas como “Tambor mayor” de Eric Millot; “Djabote” y “Rose Rhytm”

UN SENEGALÉS NOS CUENTA QUÉ SIGNIFICAN LOS GRIOTS PARA ELLOS:
“Los griots son importantes para nosotros tanto en los buenos momentos como en los malos. Os explicaré dos recuerdos de mi infancia para que podáis ver la importancia de los griots en la sociedad senegalesa:
yo recuerdo cuando se murió un vecino. No hace falta decir que era un momento duro para la familia y para todos los amigos y conocidos. El griot fue a casa de la familia, donde estaba toda la gente para dar el pésame. Su tarea fue infundir el coraje que necesitaba la familia para seguir adelante, motivó a la familia para que siguiera unida; el padre había muerto, pero la vida continuaba, y dijo que el deseo del padre era que la familia siguiera haciendo todos los proyectos que él había iniciado. También dijo a uno de los hijos que el padre había decidido que él fuera el puntal de la familia, que tenía que ser él quien tomara o supliera su lugar como cabeza de familia y persona de referencia de todos, quien tenía que procurar que no faltara la comida cada día en casa, etc.
El griot habló y cantó delante de todos, explicando todas las cosas buenas que había hecho aquella persona; cosas que ni siquiera sus hijos sabían. Fue un momento muy importante para todos, un acto para dar aliento y hacer pasar aquel mal momento de la mejor manera posible.
Por otra parte, el bautizo es un momento de alegría totalmente distinto del anterior. En estas ocasiones, los griots son los encargados de poner el nombre del recién nacido. En Senegal los recién nacidos no tienen nombre hasta el momento del bautizo, ya que es el griot quien lo hace oficial. Los griots cantan a los padres para explicarles cómo se tiene que educar a los hijos, qué hay que hacer para ser unos buenos padres, qué habían hecho sus padres por ellos y sus abuelos por sus padres, etc.
Son dos casos completamente diferentes, uno en la tristeza y otro en la alegría, pero que forman parte de nuestra cultura y del día a día del Senegal.”
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Un “chef” wolof y su Griot

The punchline
Griots relatando historias
Fuentes: http://dodona.proboards.com/thread/7271/west-african-on-phenotype?page=3&scrollTo=90260
http://obrasocial.lacaixa.es/deployedfiles/obrasocial/Estaticos/pdf/Musica/Conciertosescolares/Dossier_Teranga_es.pdf

Oralidad en Äfrica

Literatura oral y retórica en África occidental
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Mujeres malinkés
En África occidental, al lado de la literatura escrita, está también la oral como soporte comunicativo para y por el dominio, la conservación y el recuerdo de las tradiciones orales.
La literatura oral, en tanto que discurso sensible y producto de la imaginación sin la intervención de la notación gráfica (la escritura), está centrada en la oralidad, o sea, en la faz sonora de la palabra, el significante, la velocidad de los sonidos y el dominio de la voz como único recurso basado en procedimientos verbales al oral; por eso, devela una estructura fundada en la retórica.
La problemática central que guía el trabajo es la siguiente:
  • ¿Cuál es el fundamento de la literatura oral en África occidental?
  • ¿Cuál es la relación entre literatura oral y retórica?
La literatura oral en África occidental, que va de la oralidad a temas históricos, legendarios y caracterizados por lo maravilloso y lo sobrenatural, a relaciones genealógicas, de alianza (sánákú) y familiares (mandéka), se caracteriza, del punto de vista estilístico, por el aspecto musical del habla o del relato, de los estilos descriptivo, narrativo, argumentativo, declamatorio o retórico, con todos sus componentes además del diálogo.
Tomando en cuenta esta hipótesis, el trabajo se centrará, a la vez, en la presentación, la descripción y la función de la literatura oral en el subcontinente africano, la estructura y la dimensión retóricas de este tipo de literatura, y la literatura oral como cultura.

1. Presentación, descripción y función de la literatura oral en África occidental. Literatura oral y tradiciones orales: sobreoratura o oralitura
La llamada, abusivamente, literatura oral (puesto que el término literatura se refiere a la escritura), no es más que sinónimo de oralitura u oratura, que sólo designa el arte de la lengua al oral.
La oralitura o la oratura se caracteriza fundamentalmente por la oralidad, la lengua oral, o sea el ritmo, las sonoridades, la entonación y las tradiciones orales, y a través del canal del oído se dirige a los oyentes. En cuanto a la oralidad, ésta designa el arte de la tradición oral mediante el habla, la enunciación y la comunicación verbal-oral. Por otro lado, la oratura anterior a la literatura escrita es el arte por el cual uno expresa verbalmente su pensamiento, su imaginación en un estilo artístico; es un producto de la imaginación, y por fin, un discurso sensible. Es, también, la expresión, y a la vez la técnica lingüística trasmitida al oral.
Del punto de vista semántico, la literatura oral encierra las tradiciones orales, es decir el conjunto de los testimonios transmitidos verbalmente por una población sobre su pasado histórico, transmisión realizada mediante distintas formas o categorías literarias tales como cuento, poesía, fábula, mito, epopeya, genealogías, refranes o discursos paremiológicos, adivinanzas y cantos (cantos épicos).
En África occidental, la importancia de este tipo de literatura como conjunto de las producciones de un pueblo se justificaría por lo siguiente: “En África, cuando muere un viejo, es como si se incendiara una biblioteca” (Bâ, 1977, p. 32).En el continente africano, el anciano desempeña un papel preponderante en la conservación de las tradiciones orales. Por otro lado, esta importancia se explica por el carácter divino del verbo, verbo en tanto que componente factual de la creación gracias a la palabra considerada como creación divina.

2. Literatura oral y retórica: caso del Manding
La literatura oral marcada —sin temor al pleonasmo— por la oralidad, se manifiesta del punto de vista semántico-formal, a través de la voluntad de comunicación y de imploración constante del ser humano con la naturaleza y con los mundos de los vivos y de los muertos. Por eso, la tradición oral como categoría básica de la literatura oral se sigue transmitiendo de generaciones a generaciones, de modo que resulta ser ese arte particular, práctica tradicional, cultura y actividad productora dotada de valor estético. Detrás del arte de la oralidad que determina la oralitura, está el sujeto narrador o elJàlí con su objeto, el lenguaje.
La retórica es el conjunto de procedimientos constitutivos del arte de hablar bellamente y con elocuencia, focalizado no sólo sobre el interlocutor con la intención de comunicarle algo sino también sobre el locutor y sobre la exactitud de la enunciación.
La relación de la literatura oral con la retórica se entiende como una relación entre discurso sensible al oral y retórica primaria (oral y persuasión), por eso, la retórica es:
La negociación de la diferencia entre individuos sobre un tema preciso [...]. La retórica encierra todos los elementos [...]. Hay emoción, razonamiento, condena y alabanza, persuasión [...] y convicción [...]. ¿La retórica es un “hablar bien” (Quintiliano)? ¿Una manipulación del auditorio (Platón)? ¿Una forma de razonamiento, útil pero en comparación con la lógica (Aristóteles)? ¿Una expresión de valores comunes de una sociedad, la virtus de la que el orador ha de ser la encarnación (Cicerón)? (Meyer, 2004: pp. 123-124).2
La retórica permite caracterizar a la literatura oral desde el punto de vista de la enunciación, eso gracias a sus componentes tales como inventio (temas y argumentos), dispositio (arreglo de las partes), elocutio (elocución y disposición de las palabras), pronunciatio (modo de enunciación) y memoria (memorización).
La sociedad mandinga es la del imperio de Mali habitada por los malinkés, que fueron originalmente guerreros y comerciantes; se presenta bajo tres aspectos:
  • Aspecto histórico. Del punto de vista político, el imperio de Mali o Manding nace tras su separación del reino de Sosso del emperador Soumangourou Kanté, separación lograda por Soundjata Kéïta, quien no tardó en asentar el Estado manding del cual fue enseguida su emperador (1230-1255) tras la batalla de Kirina (1230). Soundjata Kéïta estableció la capital del Manding en la ciudad de Kangaba con las distintas instituciones imperiales y administrativas de su imperio. De la decadencia y del fin del imperio de Mali nace, de estas ruinas, el reino Bambara.
  • Aspecto geográfico. De la época medieval a la actualidad, los malinkés viven en una zona geográfica que abarca el sur de la República de Senegal (Alto Falémé), noroeste de Costa de Marfil, extremo oeste del actual Mali y Guinea (regiones de Niani, Siguiri, Kankan, Kouroussa y Faranah).
  • Aspecto lingüístico. Del punto de vista lingüístico, los malinkés constituyen uno de los principales representantes del grupo lingüístico Mandé,que encierra lingüísticamente a tres otros grupos poblacionales, a saber: Bambara, Dioula y Malinkés. Estos subgrupos tienen el mismo fondo dialectal conocido como el bambara o la lengua bambara, que se particulariza a través de la pronunciación o de su aspecto fónico. Pero es de notar que la lengua bambara es para el grupo Bambara, la dioula para el grupo Dioula y la maninka para el grupo Maninka o Maninka-mory.
En el Manding, los detentores del arte oratoria son los Jàlís, especialistas en el arte del habla, de contar hazañas y de recitar de manera declamatoria, alabanzas e historias tradicionales, interfiriendo fondos (temas) y formas, es decir, hablan recurriendo constantemente a los componentes de la retórica. Además, detienen el secreto de las emociones, la genealogía, la magia del verbo y de la música. Depositarios de las tradiciones orales y de la cultura, los jàlís cantan, alaban y hace perdurar la historia de los poderes, de la nación y de la casta. El abuelo de los jàlís fue Bala Fasséké kouyaté, quien fue el primer Jàlí en Manding al servicio del emperador Soundjata Kéïta. Hecha de música extraña y llena de nostalgia del pasado, el arte musical del Jàlí no sólo sirve para introducir la narración de los hechos sino que acompaña dicho relato marcando los distintos episodios. La imaginación y la sensibilidad que enaltecen esta música se conjugan para imprimirle una unidad sonora.
El uso de los instrumentos musicales permite el desarrollo del habla poética entre los Jàlís. En ellos, más que decir el tema, lo declaman armoniosamente ante su público oyente, al ritmo de los instrumentos que tocan, para que éste se aleje de las angustias emocional y psicológica. El Jàlícombina música y oralidad, puesto que canta declamando textos épicos y líricos de manera peculiar, sobre fondos melodiosos de la vibración de las cuerdas, muy a menudo acompañadas de percusión de tambores (dúndú). Pues, el Jàlí opera una simbiosis perfecta al servicio de la oralidad, una verdadera manifestación de performance y de etnomusicología. Es de notar que a veces el Jàlí puede tocar instrumentos sin cantar (otra particularidad), en este caso el mensaje transmitido no descansa en el verbo sino en las notas musicales.
Más allá de los instrumentos musicales, el habla resulta ser el primer y principal instrumento o medio del jàlí malinké, la primera posibilidad oratoria que posee dado que, por si acaso le faltase el instrumento, el Jàlí se contentaría con la argumentación retórica:
[...] gracias a la influencia informal que ejercían [los finá] sobre los gobernantes, podían convertirse y se convertían a menudo en dúkúnàsó. A un nivel más elevado, algunos desempeñaban un papel importante en la corte: tal fue el caso de Nassikha Madi, uno de los griots predilectos del célebre conquistador Samory Touré. [...] En primer lugar, están los griots cuyos instrumentos dejan a quien los toca un gran posibilidad para el habla (bajo la forma de relatos cantados o declamados); entre ellos: los finá (que no tienen más que el habla), los jèli, cuya habla, cantada o no, es sostenida por instrumentos de música: precedidos por los que tocan instrumentos de cuerdas [...]. En segundo lugar, están los griots que tocan el xilófono o baláfólá y los que tocan instrumentos de viento: búdúfóla y filéfólá. En último lugar, los otros griots y sobre todo quienes usan instrumentos de percusión (tambores sobre todo) [...]. Ahora bien, es sobre todo en tanto que gentes del habla que los griots adquieren su particularidad [...] de simples músicos, se convierten en la encarnación de la memoria del pasado de la sociedad malinké [...], en gentes del habla [...], en agentes sociales [...], en portavoces designados del poder (Camara, 1992: pp. 125-126).4
El canto del griot. La literatura del Jàlí que va de la oralidad a temas históricos, legendarios, relaciones genealógicas, matrimoniales, de alianza (sánákú) y a otros familiares (mandéka) que tienen que ver con su casta superior, de la cual es portavoz y mensajero. Más allá del aspecto musical del habla o del relato del griot, cabe notar otros, el descriptivo, el narrativo, el argumentativo, el diálogo y el declamatorio y el retórico. Pues, su relato encierra todos los componentes de la retórica arriba mencionados.
El griot o Jàlí incursiona en los géneros poético, musical, cómico, dramático, épico, fantástico y lírico. El proceso de dramatización develado por su actuación mediante bailes, canto, gestos y de la presencia de una escena (arena) donde actúa, hace más vivo y, aun, más presente lo contado. En la mayoría de las veces, el público oyente se hace cómplice del Jàlí respondiendo detrás de él al final de cada estrofa siempre por las siguientes secuencias afirmativas: “námú, námúnámúlá” que significa “es eso, eso es”. Veamos algunos cantos de Jàlí que, más que leído, debe ser declamado:
Í bá kúma
Kó ílé kúmakoju
Í bá i mákú
Kó ílé jàdàné
Démusonedu
Kúma fàràti lé dì
Mákú kôdô té lô (Camara, 1992: p. 330).5
El arte del griot, a pesar de su carácter musical, épico, maravilloso y sobrenatural, es un arte comprometido, es decir, un compromiso para con la civilización malinké y la conservación de la misma. Más allá de la dimensión lúdica de este arte, es de subrayar la instructiva y la didáctica.
Al fin y al cabo, el arte oratoria del griot sigue perdurando, continuidad que se justifica por el hecho de que sus agentes (los griots) la siguen transmitiendo de generaciones a generaciones (de padresgriots a hijos griots). Al respecto leamos lo siguiente:
Es erróneo clasificar dentro de los cuentos africanos la historia de Soundjata, Samba-Galadiégui y de tantos otros. Estos personajes existieron realmente, y si su historia es actualmente teñida de leyenda, se lo debe a la tradición oral que, al transmitir la historia de una generación a otra, contribuye en embellecerla y en agregarla lo maravilloso. [...] El Jàlí que me contó estas historias es del Khasso, región de Mali situada en el antiguo imperio Manding de Soundjata Kéïta, que es considerado, entre los africanos, como el más grande Patriarca. Este Jàlí, llamado Bakary Diabaté, me afirmó que, de joven, fue iniciado al conocimiento del pasado, como suele ser en su casa y principalmente en su casta. Se considera igualmente como nieto de Morfiniang Diabaté, el principal Jàlí de Samory (Sadji, 1985: pp. 9-10).6
Los componentes de la literatura oral son la oralidad y el habla. El habla no procede solamente del verbo y de la articulación de la lengua sino también de algunas partes del cuerpo humano tales como la boca, el cuello, la lengua (órgano) y el vientre, considerados como fuentes de habla. La mànika(lengua malinké) o kúma es asimilada a ciertas partes del cuerpo en particular, a órganos fónicos como la boca, la lengua y el cuello, y las demás partes del cuerpo arriba mencionados.
Para los malinkés, la lengua y el habla simbolizan las distintas rupturas que opera el locutor sobre una misma radical, y cada realización cobra sentido particular. Ruptura que, más allá de la dimensión lingüística, advierte sobre el carácter dual y muy polisémico de la lengua y del habla.
El orador hacede la lengua un uso específico cuando marca la entonación, improvisa, metaforiza, crea símbolos y recurre al sugerimiento; pone en evidencia los momentos de la elaboración de su discurso oral por medio de la búsqueda de los argumentos (inventio), la puesta en orden de los mismos argumentos (dispositio), la estilización o la puesta en estilo (elocutio) y la puesta en voz (actio).Durante la actuación del Jàlí, la actio es la instancia más importante dado que, como orador, el Jàlíllega a ser actor al simular emociones y pasiones.

3. Literatura oral como cultura
La significación y la importancia de la oralitura están ligadas a las tradiciones orales que encierran funciones instructiva y didáctica, puesto que en todas las formas de expresión de la literatura oral (cuento, mito, refranes, epopeya, poesías épica y lírica, adivinanzas), es notoria una enseñanza vehiculada implícitamente, y en la mayoría de la veces, en forma de moraleja relacionada sea con conocimiento de la moral, la naturaleza, el mundo de los antepasados, los héroes tradicionales, la filosofía, las conductas sociales, sea con el entendimiento de la sociedad.
En la literatura oral, la formación no es más que actividad cultural, como tal constituye, a la vez, el cimiento de la construcción y la consolidación de la identidad de un pueblo y del arte de la civilización, el modo idealista de comprensión de la historia de la cultura, de la categoría sociohistórica y de la producción sociocultural.
sobre la existencia verdadera del ser humano en tanto que esfera del humanismo [...]. En dependencia de lo que y cómo los filósofos comprendían la esencia del hombre, se iba formando la representación sobre la cultura [...]; no existe una cultura única para toda la humanidad [...] sino hay pluralidad de culturas, que corresponden a diferentes formas de existencia y unión de los hombres (Mezhúiev, 1977, pp. 123, 1.228).7
Si, desde la perspectiva de Mezhúiev, existe una pluralidad de culturas, la literatura como hecho social debe entenderse también plural; por eso hay una literatura escrita y otra oral. Como hecho cultural, la literatura oral se justifica a través de la consideración de la tradición oral en el proceso de desarrollo de las condiciones naturales, sociales y artísticas y, de las prácticas sociales del ser humano.
Al término de este estudio, afirmamos que la naturaleza y la existencia de muchas civilizaciones en África occidental, sobre todo la malinka, están estrictamente ligadas a la oralidad; oralidad expresada constantemente en las diversas formas de representaciones artísticas cuyo representante y actor principal es el Jàlí. El discurso del Jàlí como enunciado pragmático-retórico está siempre marcado por el verbo, por los componentes de la retórica y por el imaginario lingüístico.

Notas
  1. Bâ, Amadou Hampâté. Tierno Bokar, le sage de Bandiagara, París: Présence Africaine, 1957.
  2. Cfr. Meyer, Michel. Perelman, le renouveau de la rhétorique, París: PUF, 2004.
  3. El grupo Mandé consta de los siguientes grupos étnicos: Soninké, Bambara, Dioula, Bobo, Bozo, Busa, Koulango, Oma, Mendé, Tura y Dan.
  4. Cfr. Camara, Sory. Gens de la parole. Essai sur la condition et le rôle des griots dans la société malinké, París: ACCT, Karthala, SAEC, 1992.
  5. Si hablas / dicen que tu lenguaje no es cortés / Si te callas, dicen que eres imbuido de ti mismo / Niñas / El habla es arrogancia / El trasfondo del silencio es imprevisible.
  6. Cfr. Sadji, Abdoulaye. Ce que dit la musique africaine. París: Présence Africaine,1985. En este libro Sadji transcribe textualmente lo que le contó el Jàlí Bakary Diabaté sobre la historia de Soundjata Kéïta, Amadou Macina, Bikissa, Kélé-Phaba, Samory Touré, Samba o Kango Moussa Galadiégui, Kombo-Sylla, Fodé-Kaba y de Konia-Mary, grandes héroes de la tradición oral africana.
  7. Cfr. Mezhúiev, V. La cultura y la historia, trad. María Regla. Moscú: Editorial Progreso, 1977.

Bibliografía
  • Bâ, Amadou Hampâté. Tierno Bokar, le sage de Bandiagara, París: Présence Africaine, 1957.
  • Camara, Sory. Gens de la parole. Essai sur la condition et le rôle des griots dans la société malinké, París: ACCT, Karthala, SAEC, 1992.
  • Mazzoleni, Florent. L’épopée de la musique africaine. Rythme d’Afrique atlantique, París: Hors collection, 2008.
  • Meyer, Michel. Perelman, le renouveau de la rhétorique, París: PUF, 2004.
  • Sadji, Abdoulaye. Ce que dit la musique africaine. París: Présence Africaine, 1985.



¿Esto no esafricano!

El libro de los amores prohibidos

Marc Serena documenta quince historias de africanos que malviven el amor LGBT

 Las Palmas de Gran Canaria 13 FEB 2015 - 16:50 CET
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El primer beso documentado entre hombres.
El posible primer beso entre dos hombres documentado de la Historiaadorna la pared de una mastaba en el yacimiento arqueológico de Saqqara. Lo protagonizan Niankhkhnum y Khnumhotep, dos jóvenes enterrados en la construcción hace 4.000 años y que en vida se encargaron de la manicura de Unas, el último faraón de la quinta dinastía egipcia. Rescatada de las arenas del desierto en 1964, la mastaba donde reposa la pareja forma parte de un complejo funerario que se abrió al público en 1990 y en el que destaca la pirámide escalonada de Zoser, el monumento de piedra más antiguo del mundo.
Portada del Libro 'Esto no es Africano', Marc Serena (Explora, 2014).
El periodista y escritor Marc Serena (Manresa, 1983) la visitó a finales de 2011, una vez depuesto Hosni Mubarak por las voces airadas de Tahrir. Se encontró con una construcción clausurada con un enorme candado y que no atraía el interés de los pocos turistas que visitaban Egipto en aquel momento. Consiguió entrar a fuerza de ruegos y generosas propinas y tomó una foto de ese beso, un mutuo roce de narices, sutil y púdico, que era la máxima expresión de intimidad del arte egipcio de la época. El equivalente del momento a un beso apasionado en la boca actual.
Ese beso se protege de la curiosidad extranjera y los extremismos locales a apenas treinta kilómetros de El Cairo, una ciudad que ha recrudecido la persecución a los homosexuales con los gobiernos de los Hermanos Musulmanes y el mariscal Abdelfatá al Sisi y en la que el año comenzó con una redada homófoba en un hamman, retransmitida en vivo por la televisión.
Ese beso es también el arranque de un proyecto de Marc Serena que culminó, tras un viaje de siete meses por gran parte del continente africano, con el libro Esto no es africano (Xplora, 2014). Un proyecto y un libro de viajes que se centran en las historias de quince personasque viven en quince países africanos, recorridos de norte a sur, desde la capital egipcia a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. El denominador común de esas quince personas es que viven una sexualidad que no es la que se establece como la normalmente aceptada en sus sociedades. Son homosexuales, lesbianas, intersexuales y transexuales en un continente donde estas maneras de vivir el amor y el sexo se consideran “desviadas” e incluso ilegales.
Marc Serena percibe la defensa del colectivo LGTB en África como un tema central en la lucha por los derechos humanos, la democracia y la salud
Marc Serena subraya que la homosexualidad está penada en 38 de los 54 países que forman parte de África. El colectivo LGBT africano se enfrenta a leyes muy represivas (incluida la pena de muerte), al estigma, a la incomprensión y a casos trágicos como los de David Kato o Roger Mbede. También a avances, como el reconocimiento legal del matrimonio igualitario en Sudáfrica, que se produjo en el año 2006 y a figuras que dejan lugar a la esperanza, como la de Alice Nkom. Si hablamos de los últimos tiempos, hay que reseñar la gozosa salida de la primera revista LGBT ugandesa, impulsada por la activistaKasha Jacqueline Nabagesera, y buenas noticias para el colectivo en Mozambique o Sao Tomé, que coinciden con los rumores sobre torturas a prisioneros gais gambianos que se enfrentan a la pena de muerte, la constante violencia homófoba en Sudáfrica (que alcanza su máxima expresión en las violaciones “correctivas” de las lesbianas) y una mayor represión en países como Uganda, Chad, Nigeria, Etiopía o Egipto.
Marc Serena defiende, frente a quienes dicen que la homosexualidad no es algo africano, que lo auténticamente anti-africano es una homofobia impuesta, que se basa en leyes del periodo colonial y que revive en pleno siglo XXI azuzada por el fanatismo furibundo del Islam financiado por los países del Golfo o la ola de iglesias evangelistas de corte integrista que llega desde Estados Unidos.
Alice Nkom, abogada camerunesa al servicio de la causa LGBT / MARC SERENA
También refleja en su texto que hubo un pasado pre-colonial más tolerante en África hacia la homosexualidad y que, ante la ola de homofobia que vive el continente, la doble vida se convierte en la norma en muchos contextos africanos. La doble moral también: el dinero sigue rompiendo todos los tabúes y legitimándolo todo.

Quince historias

Marc viajó por más de quince países, pero no en todos pudo encontrar una historia que plasmar en tinta y papel. La falta de tiempo y dinero imposibilitó que conociera la vertiente LGBT de la silenciosa Ruanda, con sus mil verdes colinas y los uniformes de preso rosa. No llegó a pisar otras tierras que también le interesaban, pero ante las que sentía más prevenciones, como sucedió con la desmesurada Nigeria. Y se quedó varado a las puertas de Guinea Ecuatorial, donde pidió visado cuatro veces sin éxito.
Su idea era cruzar África en modo low cost, tirando de ahorros, y mostrar un poco de todo: los países, su calle, lo que nos llega a través de los medios, lo que se come y se bebe, la música que vibra en sus radios, su vida más evidente y su vida oculta. Al final, Marc Serena logró narrar quince historias de hombres y mujeres, en entornos urbanos y rurales, expuestas con sinceridad pero sin dramatismos.
“Las primeras dificultades las encontré cuando preparaba el viaje”, precisó en la presentación de su libro en el Festival Can(Be)Gay, que se celebró a finales de enero en Tenerife. “Llamé a organizaciones y busqué bibliografía, pero no había trabajo en este sentido en la mayoría de las oenegés ni información en español. No encontraba a quien tuviera el tema en la cabeza. En la península era muy poco conocido. En Canarias, por suerte, se había hablado de esta cuestión en los congresos de Fundación Triángulo sobre los derechos humanos de la población LGBT africana. Antes de este viaje y este proyecto, pensaba que todo era imaginación mía. Yo tenía mis propias dudas sobre la homosexualidad africana”.
La homosexualidad está penada en 38 de los 54 países africanos
Marc situó su prólogo en la oficina de Amnistía Internacional en Marruecos, donde le atendieron amablemente y le explicaron que no trabajaban en la persecución a homosexuales. Encontró otras oenegés africanas que, dedicándose a la prevención y sensibilización de VIH/sida, no tenían constancia de tratar con población seropositiva homosexual.
“Este libro es fruto de muchos fracasos y negativas y un homenaje a las personas más débiles de África, a los que no tienen comodín”, apostilló Marc. “No tiene fotos ni agradecimientos, porque hay mucha gente en él que no puede arriesgarse a que los reconozcan ni mostrarse abiertamente como homosexuales. Hay gente que acaba en prisión en África por meras suposiciones, por tener aspecto afeminado en el caso de los hombres, por beber Baileys, por enviar una declaración de amor por sms. En prisión terminan los que no tienen dinero o suerte. Es todo muy arbitrario. Pero en este continente viven etnias como la kuria, que se asienta entre Kenia y Tanzania y que permite los matrimonios entre mujeres. Prácticas pre-coloniales que ahora se baten con la modernidad y con las leyes heredadas de la colonia. Leyendas pre-coloniales que explican la transexualidad, palabras en lenguas locales para denominar la transexualidad”.
Un gay albino keniano, una intersexual ugandesa son dos de los 15 protagonistas de este libro
Esto no es africano muestra una manifestación tras la caída de Ben Alí en la que aparecen jóvenes que salen a la calle con la bandera de la paz, muy parecida a la bandera gay. Hay un largo homenaje en el puente aéreo entre Yaundé y Duala a la valentía de Alice Nkom. También encuentros con personajes que son novelas con piernas, como el bloguero egipcio Ice Queer, la artista mauritana Naforé, el albino keniano Zeru Zeru o la estrella del raï argelino Houari Mazouzi. Sufrimos con Said, que tras viajar en patera a España y ser repatriado, hace la calle en Kenitra expuesto a la violencia policial y de los vecinos. Nos vamos al duelo por Césaria Evora con Tchinda y Edihna, dos transexuales caboverdianas que son dos auténticas estrellas en Mindelo, y después a la boda secreta de Innocent y Eugène bajo las ceibas de un patio de Cocody, el barrio pijo de Abiyán. Sufrimos de nuevo con la historia de Gloria, una intersexual ugandesa que no se atreve a salir de casa y que protagoniza la historia más breve y quizás más triste del libro. Y lo cerramos con la energía positiva de Muhsin, un imán que participa en el Gay Pride de Ciudad del Cabo.
Marc Serena / JULIETTE BRINKMANN
Marc señaló en el Can(Be)Gay que a veces le preguntan por qué, con todo lo que hay que denunciar en el continente africano, él se centra en un tema aparentemente “menor”. Su respuesta es simple y directa. Marc Serena percibe que los derechos de los homosexuales africanos son un tema central en la lucha por los derechos humanos, la democracia y la salud global.
Y pone un ejemplo: la histeria homofóbica que fomentan algunos gobiernos africanos y algunas iglesias está incidiendo en cuestiones de salud pública como la lucha contra el VIH/sida. En su opinión, la elevada prevalencia de la enfermedad en el colectivo LGBT africano tiene mucho que ver con la dificultad para conseguir pareja estable, las relaciones subterráneas o la falta de confianza en oenegés y personal sanitario, resultado directo de esa homofobia. También opina que la eficiencia del dinero que se invierte en esta batalla es menor cuando se invisibiliza a este colectivo.
Marc Serena es, a ratos, optimista y, a ratos, un pozo de hiel. Sin embargo, eligió cerrar su libro con una fiesta de la tolerancia sexual en Sudáfrica. Aunque las malas noticias le cerquen y a veces, no vea una salida, puestos a elegir cita, se decide por una de Alice Nkom, esa abogada camerunesa entrañable, inagotable y dotada con una voluntad de acero: “Ahora estamos perdiendo muchas batallas, pero ganaremos al final la guerra”.

ama Ata Aidoo

AMA ATA AIDOO (GHANA)
AMA ATA AIDOOChristina Ama Aidoo nació en 1940 en Abeadzi Kyakor. Estudió en la Wesley Girls' High School en Cape Coast de 1961 a 1964. Después se licenció en lengua inglesa por la Universidad de Ghana. En 1964 escribió su primera obra de teatro, El dilema de un fantasma (The Dilemma of a Ghost), que fue publicado un año después por la editorial Longman.
Además de su carrera literaria, Aidoo fue designada Ministra de Educación en 1982, cargo al que renunció 18 meses después. Ha residido en los Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Zimbabwe, ejerciendo como profesora. Actualmente es Profesor Visitante en el Departamento de Estudios Africanos en la Universidad de Brown.
Cuando su compromiso con los derechos de la mujer fue haciéndose mayor, se encontró con problemas con las autoridades de Ghana. En 1983 abandonó el país para establecer en Harare, donde continúa enseñando y escribiendo.
La obra de Ama Ata Aidoo toca el tema de la tensión entre la civilización occidental y el punto de vista africano sobre ella. Muchos de sus personajes son mujeres que desafían el papel estereotipo de la mujer. Es además una destacada poetisa y ha escrito varios libros infantiles. Ha ganado varios premios literarios, incluyendo el Premio al Mejor Libro de los Escritores de la Mancomunidad en 1992 por su novelaCambios (Changes, 1991).
Obras:
El dilema de un fantasma (The Dilemma of a Ghost, 1964); Anowa (1970), obra basada en una leyenda ghanesa; No hay dulzura aquí (No Sweetness Here: A Collection of Short Stories, 1970); Our Sister Killjoy(1977); Someone Talking to Sometime (1986), colección de poemas; El águila y la gallina (The Eagle and the Chicken, 1986); Aves y otros poemas (Birds and Other Poems, 1988); Cambios: una historia de amor(Changes: A Love Story, 1991); An Angry Letter in January (1992), poesía; The Girl Who Can and Other Stories (1997) 

Buchi Emechete

BUCHI EMECHETA (NIGERIA)
BUCHI EMECHETADe nombre Florencia Ony, nació en Lagos el 21 de julio de 1944. Estudió en una escuela misionera y después en la Escuela Metodista para Niñas. En 1962 marchó a Londres con su marido, y trabajó en la biblioteca del Museo Británico entre  1965 y 1969, cuando ya escribía. Se licenció en Sociología en la Universidad de Londres, viajando entre 1972 y 1979 por EEUU, trabajando en varias universidades.

Sus temas fundamentales, son los problemas de la mujer africana desde el punto de vista de una mujer africana; así, la maternidad, la esclavitud infantil, la independencia femenina y el feminismo en general. Su prosa es sencilla, muy simple y fácil de leer. Ha obtenido varios premios, destacando la Orden del Imperio Británico en el año 2005.
Su primera novela, la semi-autobiográfica en la zanja, se publicó en 1972. Apareció por primera vez en una serie de artículos publicados en la revista New Statesman, y, junto con su secuela,ciudadana de segunda clase (1974), ofrece un retrato de ficción de una mujer pobre joven nigeriano que luchan por criar a sus hijos en Londres.

Empezó a escribir sobre el papel de la mujer en la sociedad nigeriana en Precio de la novia (1976), La esclava (1977), ganador del New Statesman Jock Campbell Award, y La alegría de la maternidad, 1979 (traducida al castellano por la Ed. Zánzibar en 2004), un relato de experiencias de las mujeres la crianza de los hijos en la cara del cambio de valores en la sociedad tradicional ibo. Sus otras novelas incluyenDestino Biafra (1982), ambientada durante la guerra civil en Nigeria; La Violación de Shavi (1983), un relato alegórico de la colonización europea en África, Gwendolen (1989), la historia de una niña de las Indias Occidentales jóvenes que viven en en Londres, y Kehinde (1994), acerca de una mujer de mediana edad y madre nigeriana que regrese a Nigeria después de haber vivido en Londres durante muchos años.

Dennis Mukwegw

Denis Mukwege, el ángel custodio de la mujer congoleña

Día 20/01/2014 - 13.53h

Fundador del hospital Panzi, en la República Democrática del Congo, este ginecólogo ha ayudado a superar traumas a decenas de miles de mujeres en la considerada capital mundial de la violación sexual

En las callejuelas de Bukavu, capital de Kivu Sur (República Democrática del Congo), y escondido entre pendientes, un edificio muestra la esperanza. No por diseño, pero sí por lo que esconde dentro. Desde su fundación en 1998, el hospital Panzi de Bukavu ha tratado a más de 30.000 mujeres. Y sus males no eran simples catarros.
En mayo de 2011, el American Journal of Public Health denunciaba que al menos 1.100 mujeres eran agredidas sexualmente cada día en la región.
En el análisis, centrado en el periodo 2006-2007, se documentan las vejaciones sufridas por más de 400.000 mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años. Sin embargo, Naciones Unidas tan solo reconoce 15.000 casos.
Pero esa realidad podría ser, incluso, aún más atroz. En el estudio, por ejemplo, no se documentan las agresiones cometidas contra mujeresmenores de 15 años o mayores de 49. Además, organizaciones humanitarias locales denunciaron recientemente que en los dos últimos años los abusos sexuales se habrían duplicado al este del país. Fantasmas, que con asiduidad, se encierran en el Hospital Panzi:
El doctor Denis Mukwege es su ángel custodio. Hijo de un ministro pentecostal, este cirujano ginecológico decidió fundar el centro médico tras comprobar horrorizado la realidad de la región.
«A veces es importante recordar a las mujeres agredidas: “No estás destruida. Querían destruirte, pero no han podido. Eres todavía una mujer. Y necesitas ser fuerte”», reconoce con asiduidad.
Nacido en 1955, Mukwege (nominado recientemente para el Nobel de la Paz) lucha porque los crímenes cometidos en el Congo (cerca de 5 millones de muertos desde 1998) no caigan en la memoria del olvido.
«El conflicto se ha convertido en una guerra contra la mujer», aseguraba en una entrevista en 2007.
En la actualidad, su obra cumbre -el hospital Panzi- cuenta con casi 400 empleados. Modesto hasta términos casi enfermizos, Mukwege siempre prefiere que hablen por él.
Dominique Vidale-Plaza, analista del centro médico y colaboradora del doctor, así lo reafirma. Aunque sus historias, quizá se difuminen en el simple cotejo datal: «De 1999 a junio de 2010, al menos 25.441 mujeres han sido tratadas en el Hospital Panzi por enfermedades ginecológicas, la mayor parte de ellas, graves traumas de violencia sexual. De igual modo, en el centro, se han practicado cerca de 2.500 operaciones de reparación de fístula [los atacantes suelen utilizar con asiduidad objetos como botellas o palos en sus agresiones]»,aseguraba a este diario el analista durante las últimas elecciones celebradas en el país africano.

Armas de guerra

Sus compañeros, incluso, iban más lejos. «En mis 40 años de vida, nunca vi algo parecido. Antes de 1994 [cuando el genocidio de Ruanda se produjo], la violencia sexual en nuestra región era prácticamente una anécdota. Sin embargo, ahora, las violaciones son utilizadas como arma de guerra. Instrumentos de venganza donde se implican todas losactores del conflicto, desde el Ejército a los rebeldes provenientes de Ruanda», aseguraba el doctor Alumeti Munyali Désiré, especialista en cirugía del Hospital Panzi.
Mientras, en el casi anonimato, el doctor Mukwege prosigue con su denuncia (incluso sufrió un intento de asesinato en octubre de 2012) sobre los horrores al este de la República del Congo. Su obra continúa siendo su mejor portavoz.
Aunque no el único.
«Cada vez nos encontramos con más civiles que cometen actos de violencia sexual. Esto se explica por una cierta banalización de la violencia en la comunidad, lo que fomenta este tipo de ataques», señalaba el pasado año a ABC Wassy Kambale, portavoz de Heal Africa.
Solo en los primeros nueve meses de 2012, durante el apogeo de la revolución encabezada por el grupo rebelde M23, esta organización, que gestiona un hospital en la localidad de Goma (Kivu norte), reconocía a este diario haber recibido al menos 5.779 denuncias de agresiones sexuales.
Todos ellos, con nombre y apellidos.

Angele Diabang

«Quiero que la gente reflexione sobre la violencia sexual a las mujeres en El Congo»

Angèle Diabang ayer en Oviedo.
Angèle Diabang ayer en Oviedo. / ÁLEX PIÑA
  • «Siempre se habla de una África en la que todo va mal. Con mi documental quiero aportar otra mirada, mostrar la fuerza de los africanos»

  • Angèle Diabang Productora y realizadora

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La productora y realizadora senegalesa Angèle Diabang (1979) anda siempre con la mirada bien abierta para captar esas historias singulares y a la vez universales que ocurren a su alrededor. Así llegó hasta El Congo para relatar la historia de un doctor que ayuda a mujeres víctimas de la violencia sexual usada como arma de guerra masiva. La misma historia que ayer presentó dentro del ciclo de Cine Africano organizado por la Fundación Pájaro Azul. Un relato bajo la mirada de una africana conocedora del cambio que se produce en el continente. No quiere más estereotipos.
¿Por qué decidió hacer este documental?
Hace muchos años que el doctor Denis Mukwege construyó el hospital en Panzi, en la provincia de Kivu, y lleva muchos años viajando por el mundo, dando conferencias para denunciar la violencia sexual que sufren las mujeres en El Congo. En 2012 leí un artículo en el periódico 'Le Monde' sobre él y me pregunté qué podía hacer yo para participar en esta denuncia. Como soy realizadora decidí participar con mi trabajo. He querido hacer este documental para apoyar su labor de sensibilización y denuncia. Hay muchas películas sobre el doctor, pero quiero añadir este trabajo hecho desde adentro, con una mirada diferente, mostrar el compromiso y el trabajo de un africano con una mirada también africana.
¿Fue difícil conseguir la financiación para su trabajo?
Una vez que el doctor aceptó, hablé con el productor francés y aceptó el proyecto. La Asociación de la Francofonía, que desarrolla proyectos culturales en países francófonos, también colaboró.
¿Cuál es esa mirada diferente que usted aporta?
Siempre se habla de una África en guerra y en la que todo va mal. Por eso me pregunté cómo podía dar otra imagen de mi continente sin reforzar este estereotipo del africano que pasa hambre, no trabaja y vive en la miseria. Quiero mostrar la fuerza de los africanos porque estamos en proceso de cambiar, de dar la vuelta a todo esto. Y en medio de esta situación de guerra y violencia, hay esperanza, fuerza y luz, a pesar de todo.
¿Ha centrado entonces el documental en las recuperación?
Hay historias de mujeres que cuentan las atrocidades que les han pasado, pero también muestra el trabajo del doctor con estas mujeres, que no solo es curarlas, sino también darles una recuperación psicológica e incluso entrar en el proyecto de desarrollo socioeconómico, que las ayuden a salir adelante.
¿Los testimonios de agresiones sexuales tan cruentas no podría generar rechazo en el público?
Yo me hice esa misma pregunta, porque no quería provocar rechazo. No quería meter el cuchillo en la herida. Lo que quiero es que la gente reflexione. Lo importante es balancear las imágenes de las mujeres que hablan con la esperanza que tienen. Hay fuerza y positividad en medio de todo. Tienen ganas de hacer una vida. No es solo el horror, sino mostrar también la esperanza que sienten las mujeres.
¿Cuántas mujeres pueden estar afectadas?
Desde hace quince años que se creó el hospital, por allí han pasado 40.000 mujeres, pero en El Congo hay muchísimas más afectadas.
¿Cómo se recibió el documental en África?
Hubo un debate y hay un impulso en África para hacerse consciente de esta situación.
¿Cree que puede haber un cambio?
Yo creo y espero que realmente haya un cambio y un compromiso político.
¿Por qué es importante que se proyecte en occidente?
Es importante mostrar la película en Europa porque es un forma de ver más directamente esta situación. No es una situación banal porque la guerra del Congo ha tenido ya más muertos que la II Guerra Mundial. Se conoce la situación, pero no se le da la suficiente importancia y yo quiero mostrar las consecuencias de esa guerra.