«Quiero que la gente reflexione sobre la violencia sexual a las mujeres en El Congo»
«Siempre se habla de una África en la que todo va mal. Con mi documental quiero aportar otra mirada, mostrar la fuerza de los africanos»
Angèle Diabang Productora y realizadora
La productora y realizadora senegalesa Angèle Diabang (1979) anda siempre con la mirada bien abierta para captar esas historias singulares y a la vez universales que ocurren a su alrededor. Así llegó hasta El Congo para relatar la historia de un doctor que ayuda a mujeres víctimas de la violencia sexual usada como arma de guerra masiva. La misma historia que ayer presentó dentro del ciclo de Cine Africano organizado por la Fundación Pájaro Azul. Un relato bajo la mirada de una africana conocedora del cambio que se produce en el continente. No quiere más estereotipos.
¿Por qué decidió hacer este documental?
Hace muchos años que el doctor Denis Mukwege construyó el hospital en Panzi, en la provincia de Kivu, y lleva muchos años viajando por el mundo, dando conferencias para denunciar la violencia sexual que sufren las mujeres en El Congo. En 2012 leí un artículo en el periódico 'Le Monde' sobre él y me pregunté qué podía hacer yo para participar en esta denuncia. Como soy realizadora decidí participar con mi trabajo. He querido hacer este documental para apoyar su labor de sensibilización y denuncia. Hay muchas películas sobre el doctor, pero quiero añadir este trabajo hecho desde adentro, con una mirada diferente, mostrar el compromiso y el trabajo de un africano con una mirada también africana.
¿Fue difícil conseguir la financiación para su trabajo?
Una vez que el doctor aceptó, hablé con el productor francés y aceptó el proyecto. La Asociación de la Francofonía, que desarrolla proyectos culturales en países francófonos, también colaboró.
¿Cuál es esa mirada diferente que usted aporta?
Siempre se habla de una África en guerra y en la que todo va mal. Por eso me pregunté cómo podía dar otra imagen de mi continente sin reforzar este estereotipo del africano que pasa hambre, no trabaja y vive en la miseria. Quiero mostrar la fuerza de los africanos porque estamos en proceso de cambiar, de dar la vuelta a todo esto. Y en medio de esta situación de guerra y violencia, hay esperanza, fuerza y luz, a pesar de todo.
¿Ha centrado entonces el documental en las recuperación?
Hay historias de mujeres que cuentan las atrocidades que les han pasado, pero también muestra el trabajo del doctor con estas mujeres, que no solo es curarlas, sino también darles una recuperación psicológica e incluso entrar en el proyecto de desarrollo socioeconómico, que las ayuden a salir adelante.
¿Los testimonios de agresiones sexuales tan cruentas no podría generar rechazo en el público?
Yo me hice esa misma pregunta, porque no quería provocar rechazo. No quería meter el cuchillo en la herida. Lo que quiero es que la gente reflexione. Lo importante es balancear las imágenes de las mujeres que hablan con la esperanza que tienen. Hay fuerza y positividad en medio de todo. Tienen ganas de hacer una vida. No es solo el horror, sino mostrar también la esperanza que sienten las mujeres.
¿Cuántas mujeres pueden estar afectadas?
Desde hace quince años que se creó el hospital, por allí han pasado 40.000 mujeres, pero en El Congo hay muchísimas más afectadas.
¿Cómo se recibió el documental en África?
Hubo un debate y hay un impulso en África para hacerse consciente de esta situación.
¿Cree que puede haber un cambio?
Yo creo y espero que realmente haya un cambio y un compromiso político.
¿Por qué es importante que se proyecte en occidente?
Es importante mostrar la película en Europa porque es un forma de ver más directamente esta situación. No es una situación banal porque la guerra del Congo ha tenido ya más muertos que la II Guerra Mundial. Se conoce la situación, pero no se le da la suficiente importancia y yo quiero mostrar las consecuencias de esa guerra.
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