Mostrando entradas con la etiqueta suiza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta suiza. Mostrar todas las entradas

domingo, 29 de noviembre de 2015

Concepto de normalidad

Dora or the Sexual Neuroses of Our Parents desafía el concepto de "normalidad"

por 
- Con su última película, Stina Werenfels nos invita a sumergirnos en un mundo atípico, ingenuo y libre
Dora or the Sexual Neuroses of Our Parents desafía el concepto de "normalidad"
Lars Eidinger y Victoria Schulz en Dora or the Sexual Neuroses of Our Parents
El estreno mundial de Dora or the Sexual Neuroses of Our Parents [+] en las Jornadas de Soleura previo a su presentación en la sección Panorama Special de la Berlinale, ha anunciado que la cinta de la suiza Stina Werenfels lo tiene todo para imponerse con fuerza en el panorama cinematográfico internacional.
Tras una larga pausa desde su debut en 2006 con Going Private, también presentada en la Berlinale, Stina Werenfels regresa con una película especial que plantea preguntas incómodas al espectador, obligándolo a enfrentarse con el dilema universal de la “normalidad”.
(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)
Dora (magnífico primer papel de la debutante Victoria Schulz) tiene 18 años y ya es adulta o, por lo menos, debería serlo. Sí, porque en realidad Dora no es precisamente una chica como las demás. Aunque su mente y su percepción del mundo son propios de una niña, su cuerpo no ha dejado de desarrollarse. Este aparente desfase, potenciado por una infatigable curiosidad, espanta a sus padres, abrumados por una situación que no conocían ni saben gestionar.
Esta desorientación se debe a que Dora ha dejado hace poco de tomar su medicina, lo que ha revolucionado por completo su “tranquilo” día a día. Tras años pasados en un estado de duermevela, Dora parece retomar posesión de su cuerpo. Hambrienta de emociones y libre de los prejuicios que atenazan a los que se llaman “normales”, la protagonista de Dora or the Sexual Neuroses of Our Parents se lanza a descubrir el mundo y su cuerpo para acabar afrontando su sexualidad. Si bien ésta se manifiesta de forma aparentemente brutal, Dora no parece impresionada; al contrario, su actitud para con su improbable amante no deja de ser cada vez más intensa hasta que pone patas arriba todo su núcleo familiar. En efecto, justamente mientras su madre trata desesperadamente de tener un segundo hijo, es ella quien se queda embarazada. Un hecho que, a pesar de una abundante dosis de buena voluntad, acabará haciendo saltar por los aires un equilibrio familiar construido con tesón.
Lo que hace que la última película de Stina Werenfels sea particularmente interesante es su ausencia de dogmatismo, la forma en la que deja hablar a la sensibilidad de cada uno creando un puzzle de puntos de vista que el espectador deberá reunir. Si bien el comportamiento del amante de Dora, Peter (un sorprendente Lars Eidinger), sea moralmente deplorable, su falta de escrúpulos permite de todas formas a Dora gozar de emociones que ella misma reivindica y que vive sin ese sentimiento de abuso que salta a partir de nuestra percepción de las cosas. Los planos subjetivos que ponen en evidencia la particular percepción de Dora, que agiganta detalles que a nosotros nos resulta insignificantes, sin especialmente conmovedores y revelan los límites de nuestra propia forma de ver las cosas.
La adaptación que Stina Werenfels hace de la obra del dramaturgo suizo Lukas Bärfu nos lleva a reconsiderar, a veces de manera brutal, temas viscerales como los celos y la reivindicación de nuestro auténtico ser, en un ir y venir constante entre la emoción y la realidad, entre lo lícito y lo prohibido. Aunque los de los padres de Dora sean miedos más que neurosis, el cambio repentino de comportamiento de su hija les obliga a enfrentarse con su propia concepción de “normalidad” (que se vincula tanto con la vida de Dora como con la suya propia). Como dice Peter, “todos somos minusválidos”, quizá no física o mentalmente como Dora pero a menudo sí sentimentalmente, encerrados en una cáscara de deseos no expresados y necesidades ignoradas. Esto es lo que Dora nos enseña y aquello sobre lo que Stina nos impulsa a reflexionar.
Dora or the Sexual Neuroses of Our Parents es una coproducción de Dschoint Ventsch FilmproduktionNiko FilmAleppo FilmsSchweizer Radio und Fernsehen y Magmafilm GmbH. Su agente de ventas internacionales es Wide Management.
(Traducción del italiano)

Dora or the sexual neuroses of our parents


Stina Werenfels • Directora

por 
- Charla con la directora suiza Stina Werenfels sobre su último trabajo, Dora or the Sexual Neuroses of Our Parents, y su novedoso acercamiento al sexo y las minusvalías
Stina Werenfels  • Directora
La realizadora suiza Stina Werenfels presentó su último trabajo, Dora or the Sexual Neuroses of Our Parents [+], en la pasada edición del Festival de Soleura y desde entonces ha acudido a varios certámenes, como la Berlinale (sección Panorama) o Bruselas, donde ganó el premio Cineuropa. Hemos charlado con la directora sobre la película, tanto lo que hay delante como detrás de la cámara, y sobre cómo es posible llevar al cine un tema tan espinoso como el sexo entre personas con minusvalías mentales.
(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)
Cineuropa: Dora or the Sexual Neuroses of our Parents trata un tema interesante pero muy espinoso. ¿Qué te llevó a interesarte por él?Stina Werenfels: La película está basada en una famosa obra teatral del suizo Lukas Bärfuss. La vi en 2003 y me impresionó por sus aspectos controvertidos y ambivalentes. Me pareció que Lukas diseccionaba nuestra sociedad occidental y su hipocresía. A pesar de que vivimos una época liberal y permisiva y de que decimos dar los mismos derechos a las personas con minusvalías, cuando se trata de sexo, y sobre todo de reproducción, saltan todas las alarmas. La obra me permitió poder entrar en esa zona gris entre lo que está bien y lo que no, lo que es “normal” y lo que no. Además, me permitió comparar dos poderosos puntos de vista femeninos sobre la fertilidad y la maternidad.
¿Cómo conseguiste evitar caer en los estereotipos de los minusválidos en el cine?Lo primero es que hace falta mucha investigación y sumergirse en la vida real de la gente con minusvalías. Un cliché consiste en mostrar a la persona minusválida desde un solo punto de vista: la minusvalía. No sólo es un estereotipo, sino que además es discriminatorio, ya que todos los seres humanos poseen una gran variedad de facetas. Los minusválidos son generalmente mostrados como personas majas y estimulantes. Se ha convertido casi en un género en sí mismo... Pero nuestra Dora es además consentida, irascible y con un gran deseo de vivir. Puede ser muy mala con sus amigas y, por encima de todo, tiene una voluntad de hierro. Todo esto la convierte en un personaje, no es una diagnosis.
Victoria Schulz ofrece una interpretación impresionante, pero el reparto incluye asimismo actores con minusvalías mentales. ¿Pensaste darle a uno de ellos el papel protagonista?Sí, desde luego que sí. La autenticidad es muy importante. Durante la selección, consideré estudiantes de interpretación con y sin minusvalías. Pero me di cuenta de lo extremadamente exigente que era el papel, ya que los actores sin minusvalías se mostraban especialmente reacios por lo explícito del aspecto físico. No quería obligar a una persona sin experiencia, ya sea minusválida o no, a una interpretación tan radical. Podía convertirse en una situación abusiva que quería evitar a toda costa. Victoria Schulz no sólo trajo su enorme talento sino que compartía mi manera de ver a Dora. Quería ir más allá, es lo que le interesaba como artista. Como directora, quería ambas cosas: ser honesta (sin manipular) con el intérprete y fiel al personaje.
Aunque hay elementos sexuales, la película es mucho más psicológica que física. La carne es sustituida rápidamente por el cerebro...Me encantan las películas emocionales, eróticas, físicas y cerebrales al mismo tiempo. Permiten al espectador que experimente sus propias emociones. Para mí, el éxito de una película no se mide en números, sino en si consigue situar sus interrogantes en nuestra vida cotidiana
¿El tema y tu acercamiento dificultaron la preparación de la producción?La película requirió siete años, desde el inicio de la escritura del guión hasta su estreno en la Berlinale. La financiación fue desde luego la parte más complicada. Había que convencer a gente para que pusiese dinero en una película sobre un tema tabú con una directora que no tenía la intención de suavizar la cosa. El guión asustó a las film commissions, aunque estaba claro que su rechazo se debía más a una reacción instintiva que a un juicio sobre su calidad. Pero hay que recordar que en aquella época el cine de autor en Suiza atravesaba momentos particularmente complicados. Yo era muy activa en el ámbito cultural para cambiar las cosas.
(Traducción del inglés)

domingo, 9 de marzo de 2014

Picoverde

Picoverde, una mirada ingenua sobre la emigración en Suiza y sobre cómo las palabras son la mejor arma para aprender a vivir

Picoverde Monica Cantieni Picoverde, sobre la emigración en Suiza
Picoverde, un libro de Monica Cantieni
Mi padre me compró en la ciudad por 365 francos.
Así empieza la historia de Picoverde, una niña adoptada por una familia de trabajadores emigrantes italianos en Suiza, en los años 1970. Recién llegada desde el orfanato a un mundo del que desconoce todo, incluso el lenguaje, la niña –que es también la narradora- intenta hacerse un hueco es esa minisociedad ayudada por las palabras nuevas que va coleccionado en cajas de fósforos.
Segunda novela de la autora –Monica Cantieni, periodista que trabaja en la televisión suiza-, centrada en la importancia del idioma en el desarrollo de la personalidad y la identidad individual, así como en la imposibilidad de definir completamente la realidad: las palabras a veces contienen todo el significado, pero otras solo nos explican parcialmente lo que pretendemos especificar. Aun así, las palabras son la mejor arma de que disponemos para salir airosos en la importante aventura de vivir.
A mitad de camino entre realidad y ficción (gran parte de las anécdotas son historias reales, y si no podrían serlo), la historia transcurre durante varios años y sigue no solo a la familia donde ha ido a parar la pequeña, sino también a los demás habitantes del inmueble y a un abuelo que reside en otro lugar, durante un tiempo en el que Suiza – un país con un enorme porcentaje de trabajadores extranjeros, procedentes en su mayoría de los países del sur de Europa, Italia, Portugal y España fundamentalmente- conoció un inaudito crecimiento de la xenofobia y vivió inmersa en un clima social y político complicado .
Inmersa en esa sociedad complicada, la mirada de la niña sobre su entorno es, como la de todo los niños, a la vez ingenua y aguda. Con mucho y excelente humor en ocasiones, nos va contando su descubrimiento de ese país, “multicultural y abigarrado”, donde muchos de los trabajadores emigrantes son clandestinos que viven el día a día intentando pasar desapercibidos.
En mi ignorancia no he conseguido establecer la relación que existe entre el título alemán original (Grünschnabel) y su traducción francesa (Blanc-bec), ambas lenguas son oficiales en Suiza, junto con el italiano –que en los dos casos significa joven sin experiencia, novato, y se adecua perfectamente con el contenido de la novela- y el título elegido para esta edición en castellano, Picoverde, que ni siquiera figura en el diccionario de la RAE.
Editorial Minúscula
Colección Tour de force
Traducción del alemán de Carles Andreu
ISBN: 978-84-95587-94-7
232 páginas, 18€