Libros, poemas, imágenes, miradas, leemos en los objetos cotidianos, nos apropiamos de herramientas con las que construir una realidad más apacible, cómplice y alegre. Te escucho....cuéntame. Leer es partir, es emigrar, una ventana, un aire nuevo en el que envolverse y cubrir lo que nos rodea. Gracias por tus comentarios.
jueves, 26 de enero de 2017
sábado, 14 de enero de 2017
La rosa de Irak
Europa debe acoger a los refugiados, pero sabiendo quién es quién"
Exministra iraquí para los 
Refugiados, víctima de atentados, activista e hija de un clan perseguido
 y exiliado, Warda advierte a Europa: "No penséis que estáis a salvo. 
Vuestra paz es fácil de romper. El Estado Islámico no es sólo un 
problema sirio o iraquí".
 
    
            
—España ha acogido hasta la fecha 18 
refugiados... —La pregunta que sigue queda en el aire, porque la 
entrevistada interrumpe, entre el estupor y la incredulidad:
—¿18 refugiados? ¿18? ¿Quieres decir 80?
—No, 18.
—¿Y hay familias?
Pascale Warda (1961, Daouida, Irak), la mujer que aún no sale del estupor por el número de desplazados acogidoshasta la fechapor
 España de entre los llegados a través de Turquía, Grecia e Italia, sabe
 bien todo lo que hay detrás de la palabra refugiado. También de los 
términos exilio y genocidio. Lo sabe bien, en carne propia, como 
cristiana asiria en Irak exiliada en su día a Francia; como miembro de 
una familia que huyó de los ataques químicos con los que el régimen de Sadam Husein quiso
 acabar con las minorías; como hija, hermana, prima, de un clan -18 
personas- que cruzó a finales de los 80, a pie, la frontera de Turquía para entrar en un campo de refugiados y llegar a Grecia;
 como exministra de Inmigración y Refugiados en el tumultuoso Gobierno 
de transición tras la caída del dictador (ella sufrió cinco ataques, en 
uno de ellos, murieron sus cuatro guardaespaldas); como presidenta de 
una ONG,Hammurabi,
 dedicada a intentar que los desplazados no pierdan sus raíces. Lo sabe 
bien, y quizá por eso su postura sobre este tema, esbozada en una 
entrevista con este periódico con motivo de la presentación de su 
biografía, Una rosa en Irak (ediciones Teconté), es contundente.Radical:
 "Europa está obligada a acoger a los que realmente son refugiados, pero
 sabiendo muy bien quién es quién. No a los terroristas ni a quienes 
utilizan el derecho al asilo con otros propósitos. Los Gobiernos tienen 
la responsabilidad de usar la tecnología y todos los medios para 
examinar caso por caso". La sospecha, la suya y unavieja polémicaen España, es que el Estado Islámico estáinfiltrando a sus miembros entre quienes vienen huyendo aterrorizados, precisamente, del ISIS.
Warda no habla de ISIS, sino, siempre, de "dark Daesh".
 Esto es, el oscuro Estado Islámico (Daesh es, además, la denominación 
que repudian los terroristas). El maligno Estado Islámico. Porque ella 
conoce también lo tenebroso delISIS.
 En 2014, año en el que el Estado Islámico se asentó en Irak -que, por 
otra parte, es su origen-, ocupando una tercera parte del territorio, se
 registraron 2,2 millones de desplazados en el país. Hoy, se calcula en3,7 millonessu número. Huyen del horror sanguinario de un grupo terrorista que, según Warda, "coge algunos versos que están en el Corán
 y los ponen en práctica. Digamos que lo aplican en parte. Podrían 
escoger los mejores pasajes, pero no". Bajo su dominio, las "mujeres, 
los niños, los cristianos, no son más que esclavos". Pero para Warda, el
 Estado Islámico no es un problema iraquí o sirio. No sólo. También español.
 Y europeo, y estadounidense. Lo es, para Warda, en dos sentidos. 
"Primero, porque está creado internacionalmente. Hay miembros del Daesh 
que salen de España, de Francia..., entrenados aquí y allí, y que se han
 estado moviendo con mucha facilidad", sostiene. "No digáis 'estamos a 
salvo'. Ciudadanos vuestros, que han viajado [a Irak y Siria] a luchar 
en las filas del Daesh, están regresando. No todos morirán allí y 
volverán", añade.
 
  
Segundo, el ISIS es un problema 
europeo por "políticos que no son conscientes del peligro que representa
 ni de que el derecho de asilo es para aquellos que están en peligro. No
 pueden acoger a todo el que se presenta en sus fronteras, o pueden 
hacerlo, pero después de saber quién es quién. Yo sé, y de una forma muy
 directa, que centenares de miembros del ISIS se han introducido entre 
quienes piden asilo provenientes de Siria e Irak, y ellos no vienen a 
ser buenos ciudadanos, sino a cometer actos como los de Bruselas o París".
 Con la misma contundencia con la que sostiene esta sospecha, Warda 
defiende el derecho al asilo para quien realmente lo merece, y critica 
también la visión europea del problema de los refugiados: "Si sólo 
pensamos en loeconómico perderemos la humanidad, la moral y todos nuestros valores", señalaba también en la presentación del libro. 
Su
 historia personal y familiar le ha llevado a tener una particular 
visión de cómo se debe ayudar a los refugiados: anidando en ellos la 
idea de que vuelvan a su tierra. Aunque pertenezcan, como ella, a una 
minoría perseguida: Warda tenía sólo cuatro meses cuando las 82 casas de
 su pueblo fueron destruidas. Esta semana, en Madrid, aún se emociona 
recordando cómo su familia huyó del genocidio conocido como Anfal.
 Su pueblo, como tantos otros, fue de nuevo arrasado, y 18 miembros de 
su familia huyeron hacia Turquía. Uno de sus hermanos contaba sólo 6 
años. Ella, que a sus 27 años estudiaba en Francia, viajó sola hasta 
Diyarbakir, después de pasar dos meses sin ninguna noticia. "Sentía que 
estaban vivos". Y lo estaban: el arzobispo de Estambul le dijo que tenía
 una lista de nombres, las de los supervivientes de la huida, que 
alguien, en el campo de refugiados, entregó a una enfermera. Estaba 
escrito en árabe, y aún no la habían traducido. "Me la enseñó, y allí 
estaba el nombre de mi familia. Aún conservo esa lista", dice. Sucedió en 1988, pero podría ser una crónica actual. 
 
  
El viaje de los suyos continuó hasta Grecia, y sólo lograron el visado hasta Francia gracias a la mediación de Danielle Mitterrand,
 para quien Warda sirvió de traductora en su campo. Su padre, en aquel 
periplo, tenía un empeño: no decir adiós para siempre a la tierra de sus
 antepasados. Es lo mismo que siente ella, que permanece en Irak sin sus
 hijas, y lo que intenta respecto a los desplazados desde la ONG que 
preside: "Por supuesto, tienen que proteger tu vida y huir si es 
necesario. Yo no les digo simplemente 'quedaos'. Cada uno es responsable
 de sus decisiones. Pero sí que no piensen que Europa va a resolver 
todos sus problemas. Les digo que mientras sea posible, es mejor que se 
queden en su país. Recibirán más ayuda humanitaria y, cuando sus pueblos
 sean liberados, podrán volver. Lo que hay que hacer es mejorar las 
condiciones de vida en los campos de refugiados en Irak", afirma. Preguntada por el caso de Erbil, población que siente la sombra de ese dark
 ISIS a pocos kilómetros, responde: "Si se mantiene la seguridad, deben 
quedarse. Si entrase el Estado Islámico toda esa gente podría morir. Es 
una gran responsabilidad. Pero Barack Obama ha dicho que Erbil es la línea roja".
Para
 Warda, el problema del ISIS se solucionaría "en una tarde, si Occidente
 quisiera eliminarlo". No con drones, o no sólo, sino con tropas internacionales
 que pongan sus botas en tierra iraquí: "Sólo con un ejército habrá un 
intento real de echar a esa gente", señala. La exministra iraquí asegura
 que el ejército y las milicias de su país dejaron a la población "en 
manos de los terroristas", y pide una fuerza internacional que trabaje 
con él: "Nada se consigue con las milicias, que sólo protegen a los 
suyos. Los kurdos protegen a los kurdos, y los cristianos no tienen a 
nadie".
Warda describe Irak como un país "hambriento y enfadado", de eternas venganzas, y que "sigue en guerra desde la caída de Sadam Hussein". Ella fue miembro de aquel primer gobierno de transición a la democracia que reinstauró la pena de muerte
 horas antes de que el dictador compareciera ante el tribunal que lo 
condenó a morir. Hussein murió en la horca, pero (casi) todo sigue 
igual. O peor, según ella, en cuanto alas necesidades de la población. Warda habla de "caos político". Hussein no está, pero "la mentalidad de los suyos, sí.Cada grupo tiene la misma idea dictatorial que tenía el régimen. La de 'cállate o te mataremos'. Esa es la mentalidad de los políticos, aun ahora", sostiene.Incluso hoy, y desde Madrid, esta mujer quesufrió en su cargo hasta cinco intentos de asesinato, pide que se suavicen sus declaracionessobre temas espinosos en plena entrevista: "Yo no lo escribiría así...  Estaría en peligro",pide en
 un momento dado. Sobre los avances de la democracia en este 
sentido, explica: "Con Hussein había sólo una voz. Ahora hablo, 
escribo.... Es cierto que puedo morir en cualquier momento, pero se 
puede hablar". ¿Por qué no tirar la toalla? "La tentación está ahí cada 
día. Pero hay personas que quieren seguir viviendoen sus casas, con dignidad, y yo siento que tengo que estar ahí con ellos".   
jueves, 5 de enero de 2017
El libro de los secretos

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El Libro de los Secretos
AUTOR: Boubacar Boris Diop
Escrito en un lenguaje hermoso, henchido de metáforas y vivas evocaciones, este libro pletórico de símbolos es un viaje a través de la rica herencia cultural de Senegal y una celebración de la memoria y los vínculos entre generaciones. Tanto fábula política como narración íntima, esta ambiciosa novela reexamina un pasado mítico para iluminar una modernidad inquietante.
"Las novelas del senegalés Boubacar Boris Diop son una meditación sobre la condición humana a través de las tragedias y esperanzas de África. Una de las voces más singulares del continente."
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