Natacha Atlas es la gran diva del asian underground y estrella de la música árabe. Reside en El Cairo, pero es medio inglesa y con pasaporte belga. Sus canciones en árabe, francés, ingles son una mezcla exótica de chanson y tecno con bases árabes. En 2001 fue nombrada Embajadora Honorífica de la ONU.Natacha Atlas nació en 1963 en Bélgica. Es de madre inglesa de origen musulmán y padre egipcio de origen judío sefardí. Hasta el divorcio de sus padres sucedido cuando tenía ocho años de edad, vivió en el barrio marroquí de Bruselas. En 1972 su madre se traslada con Natacha, su hermano y su hermana a Northampton. Allí, sin el trajín de Bruselas, se sentían desplazados en un ambiente rural donde los extranjeros no eran bien vistos. Para Natacha fue como un exilio de sus orígenes.
Con dieciséis años empieza a trabajar como cantante y bailarina del vientre raq sharki recorriendo Inglaterra, Bélgica, Grecia, Turquía y Arabia. Consigue un contrato en Bélgica para cantar en una orquesta de salsa, Mandanga. La cantante habla español, ingles, francés y árabe. En 1991 graba ‘Timbal’, un tema propio en recopilatorio !Loca! de Balearic Beat producido por el dj Jah Wobble, que le propone entrar en su recién creado grupo de trance Invaders of the Heart. Para ellos compone cinco temas que aparecen en su primer disco, Rising above Bedlam. También es solicitada como cantante invitada en sus giras por el colectivo multi-culti londinense Transglobal Underground, para más tarde ser la cantante principal y ‘bailarina del vientre’. Un espectáculo apoteósico.Diaspora (1995) es su primer disco como solista con la colaboración de Tim Whelan y su colectivo Temple Of Sound, el sonido del disco estaba influenciado por sus trabajo con los Transglobal con los que todavía salía de gira. Sus siguientes discos son Halim (1997), titulado así en memoria del cantante egipcio Abel Halim Afees, y Gedida (1998), que contiene la excelente versión del ‘Mon ami la rose’ de Françoise Hardy.En 2000, se editó The Remix Collection. Temas de sus tres primeros discos fueron remezclados en clave dance por productores como Talvin Singh, Banco de Gaia, Youth, 16B, Klute, the Bullitnuts, TJ Rehmi, Spooky y los Transglobals.Ayeshteni (2001) es el cuarto disco. En él encontramos otras dos versiones, ‘Ne me quittes pas’ del belga Jacques Brel y ‘I Put A Spell On You’, del aullador de Nueva Orleans Screamin’ Jay Hawkins.Foretold In The Language Of Dreams (2002) es un proyecto a medias con Marc Eagleton y la colaboración de su marido, el músico sirio Abdullah Chhadeh. Un poema sin el latido de los ritmos árabes pero de elaboradas melodías vocales micro tonales extraídas de la música popular de la cordillera del Atlas y recitados sufíes.En 2003 Mike Nielsen y Jah Woble producen su disco Something Dangerous, un totum revolutum de lenguas: hindi, francés, ingles y árabe, y de estilos. Es la primera vez que deja paso a otros cantantes en un disco suyo con invitados como Sinéad O’Connor, Kalia, Inder Goldfinger o David Arnold. Incluye una exótica versión del ‘Man’s World’ de James Brown.Su ultimo disco se llama «Ana Hina»
Fan site: http://www.natachaatlas.net/
Natacha Atlas lleva más de diez años haciendo posible, y haciéndolo bien, esa difícil mezcla de electrónica y músicas del Magreb y árabes, además de fusionarla con otros ritmos de otros países. En cada disco ha sido ella pero ha logrado reinventarse y no ha repetido esquemas.
Su disco de 2002, Foretold In The Language Of Dreams, firmado a medias con el compositor Marc Eagleton y el maestro de qanun Abdullah Chadeh, fue toda una audacia de la que salió revitalizada, lo mismo que hizo el año después con Something Dangerous, donde podemos encontrar chansón, pop hindú, R&B, rap y drum & bass.
Pero para empezar con su dilatada discografía recomiendo el recopilatorio The Best Of Natacha Atlas (Mantra, 2005), donde esa fusión de ritmos y sonidos norteafricanos y de oriente con programaciones y sintetizadores junto a la voz sensual y salvaje de Atlas la tenemos en su esplendor.
Desde el mestizo Diaspora (Nation Records, 993) a Something Dangerous (Mantra, 2003), en el que versioneó clásicos del pop y rock con verdadera fortuna. Recogiéndose aquí la gloriosa apropiación de ‘I put a spell on you’, de su disco Ayestheni (Mantra, 2001).
Lo último que nos llegó de ella fue Mish Maoul (Mantra, 2006), un disco donde caía rendida a sus raíces egipcias. Y ahora llega Ana Hina, donde ha echado mano del multiinstrumentista y productor Harvey Brough.
En él nos encontramos a la ex cantante de Transglobal Underground, los auténticos reyes de eso que se llamó o llama etno-techno, volviendo a sus orígenes, acompañada de una orquesta como The Mazeeka Ensemble, que aporta sus ricos y tradicionales instrumentos (deliciosas cuerdas y un piano perturbador) que quedan al servicio de la voz prodigiosa y bellísima de la aún atractiva Natacha Atlas. Escuchad su adaptación de ‘Black is the color of my true love’s hair’ (Imeem), conocida por la incomensurable versión de Nina Simone, y me entenderéis.
Ana Hina contiene versiones de Abdel Halim Hafez: el toque moruno-cabaretero de ‘Beny ou benak eih’ (Imeem) y ‘El Asil’, y del libanés Fairuz: ‘La shou El haki’, ‘Ya laure hobouki’ y ‘La teetab alayi’, además de apropiarse de la clásica canción andalusí ‘Lammebada’.
Lo más soprendente es ‘La vida callada’ (Imeem), un poema escrito por Frida Kahlo, que es una boutade cantada en castellano junto a la cantautora y ukelelista Clara Sanabras y es lo que menos encaja en el disco. De todos modos, un trabajo para descubrirse el sombrero.
Natacha Atlas lleva más de diez años haciendo posible, y haciéndolo bien, esa difícil mezcla de electrónica y músicas del Magreb y árabes, además de fusionarla con otros ritmos de otros países. En cada disco ha sido ella pero ha logrado reinventarse y no ha repetido esquemas.
Su disco de 2002, Foretold In The Language Of Dreams, firmado a medias con el compositor Marc Eagleton y el maestro de qanun Abdullah Chadeh, fue toda una audacia de la que salió revitalizada, lo mismo que hizo el año después con Something Dangerous, donde podemos encontrar chansón, pop hindú, R&B, rap y drum & bass.
Pero para empezar con su dilatada discografía recomiendo el recopilatorio The Best Of Natacha Atlas (Mantra, 2005), donde esa fusión de ritmos y sonidos norteafricanos y de oriente con programaciones y sintetizadores junto a la voz sensual y salvaje de Atlas la tenemos en su esplendor.
Desde el mestizo Diaspora (Nation Records, 993) a Something Dangerous (Mantra, 2003), en el que versioneó clásicos del pop y rock con verdadera fortuna. Recogiéndose aquí la gloriosa apropiación de ‘I put a spell on you’, de su disco Ayestheni (Mantra, 2001).
Lo último que nos llegó de ella fue Mish Maoul (Mantra, 2006), un disco donde caía rendida a sus raíces egipcias. Y ahora llega Ana Hina, donde ha echado mano del multiinstrumentista y productor Harvey Brough.
En él nos encontramos a la ex cantante de Transglobal Underground, los auténticos reyes de eso que se llamó o llama etno-techno, volviendo a sus orígenes, acompañada de una orquesta como The Mazeeka Ensemble, que aporta sus ricos y tradicionales instrumentos (deliciosas cuerdas y un piano perturbador) que quedan al servicio de la voz prodigiosa y bellísima de la aún atractiva Natacha Atlas. Escuchad su adaptación de ‘Black is the color of my true love’s hair’ (Imeem), conocida por la incomensurable versión de Nina Simone, y me entenderéis.
Ana Hina contiene versiones de Abdel Halim Hafez: el toque moruno-cabaretero de ‘Beny ou benak eih’ (Imeem) y ‘El Asil’, y del libanés Fairuz: ‘La shou El haki’, ‘Ya laure hobouki’ y ‘La teetab alayi’, además de apropiarse de la clásica canción andalusí ‘Lammebada’.
Lo más soprendente es ‘La vida callada’ (Imeem), un poema escrito por Frida Kahlo, que es una boutade cantada en castellano junto a la cantautora y ukelelista Clara Sanabras y es lo que menos encaja en el disco. De todos modos, un trabajo para descubrirse el sombrero.
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