miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cuentos para hacer Teatros de papel...

Este fin de año me fui con Ani ( TRAS LA PUERTA -TÍTERES ) a Sama y contamos cuentos durante tres tardes, contamos y los niños y niñas que acuden luego construyen sus teatros de papel con los personajes del cuento que hemos contado. El del huevo parace gustarles, asi que lo reproduzco aquí como lo encontré, intento decir nevera en lugar de heladera, al menos de entrada para que me comprendan estos niños españoles, pero en la segunda aparición del frigorífico ya podemos nonbrar la heladera, y asi vamos incorporando términos ¿no?.



Tras el cuento un pequeño video con alguna improvisacion que hemos realizado tras construir a los protagonistas, cobran vida y surgen nuevas historias, es la magia del Teatro...




El huevo azul

La abuela de Federico compró media docena de huevos blancos en el mercadito y los acomodó en la huevera de la heladera. Por la mañana, mientras se preparaba su tecito con leche para el desayuno, se dio cuenta de que uno de los huevos que hasta el día anterior había sido blanco, ahora era de color azul.
La abuela agarró la bolsa de los mandados, se puso el huevo en el bolsillo del abrigo y se fue para el mercadito a hacer el correspondiente reclamo.
Después de explicarle a don José tamaña desgracia, sacó el huevo del bolsillo, y grande fue su sorpresa cuando, al mostrarlo, el huevo había vuelto a ser blanco.
Don José miró a su señora, que encogió los hombros y la sra. de don José miró a la abuela que tenía la boca abierta grande, muy grande.
- Bueno -dijo la abuela-, me habrá parecido... Y se volvió a su casa a guardar el huevo en la heladera.
A la mañana siguiente… otra vez el huevo estaba de color azul.
Poquitos minutos demoró la abue en llegar a lo de don José, pero cuando llegó, el huevo otra vez estaba blanco.
Lo mismo ocurrió día tras día. La abuela que ponía el huevo blanco en la heladera y éste que amanecía azul y cuando iba al mercadito a mostrárselo a don José llegaba de color blanco.
La abuela decidió cortar por lo sano.
El lunes abrió la heladera, y al ver al huevo azul entre los otros blancos, dijo con voz enérgica, pero no enojada:
- ¿Se puede saber por qué te guardo blanco y amanecés azul...?
Desde la huevera de la heladera salió una voz muy suavecita que dejó escapar un...
"Me pongo azul porque tengo frío, mucho frío", mientras le castañeteaban los dientes.
La abuela cerró la heladera, salió corriendo y volvió a las dos horas con una hermosa bufanda roja y blanca y un gorro azul con una borla roja, y se los colocó al huevo.
Hace dos años que el huevo vive en la heladera de la abuela y ya no amanece azul.


Para escuchar el cuento y verlo ilustrado por niños y niñas: ttp://bianfacuentos.com/cuentos/ElHuevoAzul/index.php

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