sábado, 28 de septiembre de 2013

Los siete maestros Taoístas

Los Siete Maestros Taoístas.-
 Versión de Eva Wong. 
Neo Person. 2000.
Todavía hay un porcentaje elevado personas, en las sociedades occidentales, que mezcla todo lo que le resulta diferente en las otras culturas, en ese despectivo cajón de sastre, de lo "alternativo", "paralelo" u "oriental". Términos que lejos de querer denominar lo que sus propios sentidas expresan, pretenden mostrar algo con una categoría inferior a lo ya bendecido por la victoriosa civilización occidental.
Es curioso que, los estudios sobre las antiguas religiones de China, a veces se engloben en esas categorías, con las que parece restarse valor a obras que lo tienen de sobra, mientras le falta por otra parte, una atención un poco más seria por parte de las instituciones académicas oficiales.
El libro que nos ocupa hoy no es un tratado de filosofía, sino una novela. Escrita por un autor hoy en día desconocido hacia la mitad de la dinastía Ming (aprox. año 1500) narra de una forma sencilla, amena y divertida, el camino a la iluminación del maestro Wang Zhongyang y sus siete discípulos.
En China existe una gran tradición de cuentos. Cuentos que tratan sobre todo los temas imaginables, no excluyendo, por supuesto, el taoísmo. Posiblemente la obra que nos ocupa se haya ido formando en el habla popular, como cuentos que describen las maravillosas historias de esos hombres que, según la tradición, consiguieron la iluminación.
Si así ha sido su historia, hay que decir que su transformación en novela lo ha sido con gran éxito, ya que tiene mérito la belleza con que consigue narrar de una forma ágil y divertida, las peripecias que el propio maestro y cada uno de sus discípulos deben de pasar antes de llegar a la iluminación, mostrando de esta forma, a un público no iniciado, los fundamentos de las doctrinas taoístas.
Si bien una primera lectura de este libro puede resultar tan rápida como la de una novela de aventuras, en las que los protagonistas lejos de luchar contra peligros inesperados, lo hacen contra sus propias debilidades, es conveniente una lectura más pausada, o una relectura, ya que sólo de esa forma, entreteniéndose en los pasajes más complejos, conseguirá el lector extraer todo el jugo de esta obra tan interesante.

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