domingo, 31 de mayo de 2009

Muere mayo M Benedetti

Las líneas del poema que encabeza este artículo son, quizá, las más conocidas de la extensa obra de Mario Benedetti. Palabras que han sido cantadas en la voz de Daniel Viglietti y de tantas otras gargantas.
Te quieroTus manos son mi caricia,mis acordes cotidianos;te quiero porque tus manostrabajan por la justicia.Si te quiero es porque sosmi amor, mi cómplice, y todo.Y en la calle codo a codosomos mucho más que dos.Tus ojos son mi conjurocontra la mala jornada;te quiero por tu miradaque mira y siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía,Tu boca no se equivoca;te quiero por queA tu bocasabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sosmi amor mi cómplice y todo.Y en la calle codo a codosomos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero.Y tu paso vagabundo.Y tu llanto por el mundo.Porque sos pueblo te quiero.
Y porque amor no es aurora,ni cándida moraleja,y porque somos parejaque sabe que no está sola.Te quiero en mi paraíso;es decir, que en mi paísla gente vive felizaunque no tenga permiso. Si te quiero es por que sosmi amor, mi cómplice y todo.Y en la calle codo a codosomos mucho más que dos.
Anoche, domingo 17 de mayo, compartía un tequila con Renato Galicia, un joven talentoso y multifacético y con Miguel Palma, ambos mis compañeros en el Seminario de Cultura Mexicana de Cuernavaca, en esta la casa de todos ustedes mis queridos lectores. Ignorábamos entonces que Mario Benedetti, había fallecido, sin embargo la conversación derivó por extraños derroteros; hablamos del miedo a la muerte, hablamos de otro uruguayo, también fallecido, Alfredo Zitarrosa, al que me unió una profunda amistad durante su exilio en México y que Renato, enamorado del tango, admira muchísimo. Escuchamos Sur, El exilio de Gardel y luego Renato nos regaló en su voz y su guitarra El violín de Becho, de Zitarrosa. No mencionamos a Benedetti, pero tengo la sensación de que su voz sureña, rondaba las orillas de esta plática, como un gato que se desliza de puntillas por el borde de un improbable tejado de sueños compartidos. Por eso dedico este artículo a mis dos buenos amigos; Renato y Miguel.Como si Benedetti se colara en nuestra charla nocturna llega su voz, porque hay amigos que queremos y disfrutamos cotidianamente, otros que están en nuestra cotidianidad pero no llegan a amigos y aún otros que nunca conocimos, cuya mano no estrechamos jamás, pero resultan amigos entrañables, ese era Mario Benedetti, vamos a compartir su pensamiento:PasatiempoCuando éramos niñoslos viejos tenían como treintaun charco era un océanola muerte lisa y llanano existía.Luego cuando muchachoslos viejos eran gente de cuarentaun estanque un océanola muerte solamenteuna palabra.Ya cuando nos casamoslos ancianos estaban en cincuentaun lago era un océanola muerte era la muertede los otros.Ahora veteranosya le dimos alcance a la verdadel océano es por fin el océanopero la muerte empieza a serla nuestra.Tu lo dijiste anoche, Renato, cuando Eros y Thanatos acaparaban la conversación: Finalmente, la muerte es la muerte de los otros, los mexicanos nos creemos inmortales. Y es que aún los agnósticos, los que están convencidos que después de la muerte sólo existe un vacío, la nada gris de lo que no es, se verán obligados a admitir que la muerte no alcanza a los poetas, sino, allí están los poetas de todos los tiempos para probártelo. ¿Me puedes asegurar que Neruda, que Alfonso Reyes, y hasta los lejanos como Góngora o Baudelaire se han muerto realmente? Mario Benedetti, a Mario lo seguiremos leyendo, en voz alta o en silencio, en la intimidad de nuestros respectivos refugios, para que nos susurre al oído la ternura sin rebuscamientos de sus versos. A Mario lo seguiremos compartiendo, invitandolo a participar en las tertulias de amigos. ¿Puede alguien negar su presencia entre nosotros, anoche, cuando ya había muerto, aunque lo ignoráramos?El Nobel que nunca llegóEl Premio Nobel resulta más que predecible, podemos anticipar si caerá en América, en la Europa Oriental, en los Países Bajos, o donde la corriente política lo estime conveniente. Muchas veces justo, ¡Tampoco son tontos! Si hay que premiar a un hispano americano encuentran a un Neruda, a la Mistral, a García Márquez o a Octavio Paz, sin duda merecedores de la máxima presea, pero también seguramente convenientes. Recordemos que La primera ceremonia de entrega de los Premios Nobel en Medicina se celebró en la Antigua Real Academia de Música de Estocolmo, Suecia) Sin embargo fue hasta 1930 que un norteamericano; Sinclair Lewis, recibió el premio, seguido por William Faulkner (1949) y Ernest Hemingway (1954). Mientras la poetisa chilena Gabriela Mistral, fue la primera latino americana (1945). Transcurre un largo período de premiación a europeos hasta que en 1967, premian al guatemalteco Miguel Ángel Asturias, Luego Pablo Neruda, también chileno, en un momento en que los ojos del mundo estaban puestos en Chile, primer país en el que se instauraba un gobierno socialista, elegido por votación democrática. 1982, el novelista colombiano Gabriel García Márquez y en 1990 el poeta y ensayista mexicano, Octavio Paz.La extensa obra de Mario Benedetti; cuento, ensayo, novela, drama y poesía, de impecable factura y pensamiento profundo, bien hubiesen merecido el anhelado Nobel para Uruguay. Probablemente la misma congruencia revolucionaria del pensamiento de Benedetti, lo convirtieron en un ejemplo poco deseable para ser acreedor a dicha presea.Fue Benedetti, hombre de una sola ideología y de un solo pensamiento, de una sola mujer, si hubo otras, sobre todo en el período en que el exilio lo separó de Luz López Alegre, su gran amor y compañera de vida, si tuvo otro romance, su discreto señorío no dejó huella. En lo político, su filiación de izquierda fue de todos conocida, En 1945 se integró al equipo de redacción del semanario Marcha, donde permaneció hasta 1974, año en que fue clausurado por el gobierno de Juan María Bordaberry. En 1949 participó activamente en el movimiento contra el Tratado Militar con los Estados Unidos. Esa fue su primera acción como militante. Junto a miembros del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, fundó el Movimiento de Independientes 26 de Marzo, una agrupación que pasó a formar parte de la coalición de izquierdas Frente Amplio desde sus orígenes.Tras el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973 renunció a su cargo en la universidad, pese a haber sido elegido para integrar el claustro. Por sus posiciones políticas debió abandonar Uruguay, partiendo al exilio en Buenos Aires, Argentina. Posteriormente se exiliaría en Perú, donde fue detenido, deportado y amnistiado, para luego instalarse en Cuba, en el año 1976. Al año siguiente, Benedetti recalaría en Madrid, España. Fueron diez largos años los que vivió alejado de su patria y de su esposa, quien tuvo que permanecer en Uruguay cuidando de las madres de ambos.Si bien el Nobel le fue esquivo, recibió numerosos y merecidos premios.
Premios> En 1986 recibe el Premio Jristo Botev de Bulgaria> En 1987 es galardonado en Bruselas con el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional por su novela Primavera con una esquina rota. > En 1989 es condecorado con la Medalla Haydeé Santamaría por el Consejo de Estado de Cuba.> El 30 de noviembre de 1996, el Premio Morosoli de Plata de Literatura, entregado por la Fundación Lolita Rubiales, Minas, Uruguay. > El mismo año, junto a otros cincuenta escritores, fue distinguido por el Estado de Chile con la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral.> En mayo de 1997 fue investido con el título de Doctor honoris causa por la Universidad de Alicante y unos días más tarde, el 11 de junio, fue también investido por la Universidad de Valladolid.> El 30 de septiembre del mismo año fue galardonado con el Premio León Felipe.> El 31 de mayo de 1999 fue galardonado con el VIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. - El 29 de marzo de 2001, la Fundación Cultural y Científica Iberoamericana José Martí le concedió el Premio Iberoamericano José Martí. > 2004, Premio Etnosur.> 2005, Premio Internacional Menéndez Pelayo
Fallecimiento
El día 17 de mayo de 2009 poco después de las 18:00, Benedetti falleció en su casa de Montevideo, a los 88 años de edad. En el marco de este hecho, el gobierno uruguayo decretó duelo nacional y dispuso que su velatorio se realice con honores patrios en el “Salón de los Pasos Perdidos” del Palacio Legislativo desde las 9:00 del lunes 18 de mayo

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