jueves, 22 de julio de 2021

Giocnonda Belli poemas

CONSEJOS PARA LA MUJER FUERTE Si eres una mujer fuerte protégete de las alimañas que querrán almorzar tu corazón. Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra: se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar. Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos hasta lo más profundo del magma de tu esencia no para alumbrarse con tu fuego sino para apagar la pasión la erudición de tus fantasías. Si eres una mujer fuerte tienes que saber que el aire que te nutre acarrea también parásitos, moscardones, menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti. No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca a negarte la palabra, a esconder quién eres, lo que te obligue a ablandarte y te prometa un reino terrestre a cambio de la sonrisa complaciente. Si eres una mujer fuerte prepárate para la batalla: aprende a estar sola a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta a nadar contra corriente. Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo rodéalo de fosos profundos pero hazle anchas puertas y ventanas Es menester que cultives enormes amistades que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños. Si eres una mujer fuerte protégete con palabras y árboles e invoca la memoria de mujeres antiguas. Has de saber que eres un campo magnético hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbrados y el óxido mortal de todos los naufragios. Ampara, pero ampárate primero Guarda las distancias Constrúyete. Cuídate Atesora tu poder Defiéndelo Hazlo por ti Te lo pido en nombre de todas nosotras. LAS ASESINADAS El pequeño pie de la mujer sobresale bajo la sábana, bonito el pie, delicado. De seguro le gustaría andar con las uñas pintadas calzar altos zapatos elegantes. El otro pie, todavía conserva la sandalia del diario, de trabajo. No es difícil imaginarla contenta y dicharachera vendiendo naranjas o verduras en el mercado – ¿qué va a querer, doñita, le doy buen precio- Hablando con la vecina del tramo mientras se sopla con el trapo porque hace calor Es de las que llegan a la casa y sientan al hijo a hacer las tareas -estudia muchacho, si no nunca vas a ser nadie- y lava y plancha y ya cuando el hijo duerme mientras ve las noticias en el pequeño televisor frente a la cama, saca la lima, la acetona, se quita la pintura vieja de las uñas y se las pinta con cuidado en lo que pasan los anuncios. Al día siguiente. el esposo, el amado o el descartado llegará con los celos, la pendencia, el orgullo. Será el grito, el manotazo La matará hundiéndole un cuchillo en el pecho. Todavía incrédula. Ella caerá al suelo de espaldas En la foto del periódico nosotros veremos el pie delicado asomar bajo la sábana que tapa su cadáver. Veremos el otro pie todavía con la sandalia puesta. Pies tristes. Ya sin dueña que les pinte las uñas. Pies tristes. A diario. Contando la misma historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario