La mujer que tiene los pies hermosos
nunca podrá ser fea
mansa suele subirle la belleza
por totillos pantorrillas y muslos
demorarse en el pubis
que siempre ha estado más allá de todo canon
rodear el ombligo como a uno de esos timbres
que si se les presiona tocan para elisa
reivindicar los lúbricos pezones a la espera
entreabir los labios sin pronunciar saliva
y dejarse querer por los ojos espejo
la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza.
Pies a temperatura ambiente, helandose pero que caminan en esta orilla y encuentran en lo fortuito: unos calcetines blancos, de algodón, calentitos que me devuelven el paso firme... gracias Dulce por el regalo en la madrugada que dada pie a este día de la poesia y del racismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario