domingo, 13 de febrero de 2011

GIOVANNA POLLAROLO

GIOVANNA POLLAROLO

Giovanna Pollarolo (1952- ). Giovanna nació en el Perú en 1952. Guionista de largometrajes como No se lo digas a nadie de Jaime Baily, La boca del lobo (1988, coguionista Augusto Cabada) y Caídos del cielo (1989). Recientemente escribió el guión de Ojos que no ven. Profesora de la Universidad de Lima, editora de la revista cultural Debate, la más prestigiosa del Perú. Autora de los libros de poesía: Huerto de los Olivos,1987, Entre mujeres solas, 1991, La ceremonia del adiós, 1997, además de un libro de cuentos. El libro de relatos, Atado de nervios, fue publicado por Alfaguara en 1999.

Las letras de tu nombre

Decir "las letras de tu nombre no me dejan ver
no me dejan verme"
puede parecer una metáfora útil para empezar un poema
una frase que anuncie con dudosa belleza algo así como:
"por pensar en ti camino a tientas". O "sin ti
no puedo vivir, no sé quién soy, no sé qué hacer".
No.
Decir que las letras de tu nombre no me dejan ver
no me dejan verme
es tan literal como decir
que escribo en un cuaderno cuadriculado
a las 11 de la mañana, con plumón rojo
el pelo mojado, recién salida de la ducha
esta mañana de agosto, 29.
Me explico:
desde que te fuiste, cada mañana escribo tu nombre
en el espejo. En la soledad del baño lleno del vapor
que todo lo empaña, en lugar de limpiar el vaho con un trapo
o un pedazo de papel, me dedo recorre la superficie del espejo
y escribo tu nombre.
Sí. Tu nombre,
seguido de alguna breve declaración.
Esas cosas que se escriben en las parees de los baños,
en los cuadernos, en servilletas de papel
yo las escribo en el espejo empañado
obedeciendo a una cábala que inventé
cuando supe que no regresarías.
Y entonces
cuando debo peinarme, lavarme los dientes,
pintarme los ojos
disimular mi palidez
las letras de tu nombre en el espejo no me dejan ver
no me dejan verme.


De vuelta a casa


Luego que chupó vinagre, dijo TODO ESTÁ
CONSUMADO

Te llevaste la almohada
que te regalé el día de navidad
el televisor
un par de libros
tu ropa.
De ti me queda, en la cama
el ligero olor de tu perfume
a punto de desvanecerse

Poema El Principio de Giovanna Pollarolo


Esa navidad le regalé una almohada.
Una almohada no es más que eso: un regalo.
Pudo haber sido un libro
una corbata, un perfume, un reloj. Pero le regalé
una almohada.
Esa navidad él me contó
que yo ya no estaba en sus sueños:
había visto muchas puertas y oscuros callejones.
También me advirtió de la inmensa pena
que le daba tener que decirme
sus infinitos deseos
de acariciar otro cuerpo
mirar otros ojos
la ilusión de esperar a alguien
y la ansiedad de no saber
las ganas
de besar, abrazar, tocar, cantar, lamer, sonreír,
reír, silbar, bailar.
Y yo le regalé una almohada.

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