jueves, 10 de enero de 2013

La biblioteca de Isabel Coixet





< Sesión del ciclo La Biblioteca de., que contó con la presencia de la cineasta Isabel Coixet. Acto organizado por el Centre Cultural Blanquerna, de la Delegación en Madrid de la Generalitat de Catalunya y la Biblioteca Nacional de España.

Isabel Coixet (San Adriá del Besos, 1960) es Licenciada en Historia. Comenzó su carrera cinematográfica en 1984 con el cortometraje Mira y Verás, que recibió el segundo Premio en el Festival de Alcalá de Henares y el Premio Especial Calidad del Ministerio de Cultura. Escribió y dirigió su primer largometraje en 1986, Demasiado viejo para morir joven, presentado en el Festival de Cine de San Sebastián, donde se le otorgó el Segundo Premio del Público. Su siguiente película, A los que aman (1997), le supuso el prestigioso galardón otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona Ciutat de Barcelona. Su consagración internacional le llega con la película My life without me (Mi vida sin mi) en el año 2002 que obtuvo el Goya al Mejor Guión Adaptado; y sobre todo con la The secret life of the words (La vida secreta de las palabras), ganadora de 4 Goyas en el año 2006. Le siguen Elegy (2007) basada en la novela de The dying animal de Philip Roth, y en 2008 Map of the rounds of Tokyo (Mapa de los sonidos de Tokio)

domingo, 6 de enero de 2013

Creo en al conciencia entre occidente y el Islam

“Creo en la convivencia entre Occidente y el Islam”

Entrevista a Deepa Mehta, directora de cine

webislam
Deepa Mehta
Deepa Mehta
'Fuego' sufrió en 1998 el boicot de grupos fundamentalistas en Bombay y Nueva Delhi porque versaba sobre una relación homosexual entre dos mujeres. Años después, el rodaje de 'Agua' se tuvo que suspender por el ataque de colectivos radicales en Benarés. Deepa Mehta (Amristar, India, 1951) pudo filmar la película en Sri Lanka con un reparto distinto, un esfuerzo que se saldó con la nominación al Oscar en lengua extranjera.
Presentada en la reciente Seminci, 'Hijos de la medianoche' adapta el novelón de Salman Rushdie, tan admirador de la obra de Mehta que le cedió los derechos por un solo dólar. La cineasta india más reputada reclutó al escritor como guionista de esta saga épica que arranca con dos bebés intercambiados al nacer el 15 de agosto de 1947, el momento justo en el que India se independizaba de Gran Bretaña.
-Leyó 'Hijos de la medianoche' por primera vez en 1982. ¿Por qué esperó tantos años para llevarla al cine?
-Quizá parezca muy vieja, pero en aquella época yo era una estudiante y todavía no hacía películas, ja, ja. Rushdie escribió la primera novela que convirtió el idioma inglés en indio, creando algo nuevo que llamamos 'hinglish' (contracción de hindi e inglés). Es la primera gran novela épica postcolonial sobre el país. Habla de cómo nuestra historia informa el presente: somos de donde venimos.
-¿Qué le dijo Rushdie cuando vio la película?
-Yo estaba nerviosísima. Me senté detrás de él durante la proyección y salí varias veces porque no hacía más que observarle. Cuando acabó, él estaba llorando. Al empezar a trabajar le pedí que apuntara en un papel qué debía aparecer en la película, porque la novela tiene más de 600 páginas. Yo hice lo mismo, y al comparar habíamos coincidido en todo.
-¿Le asustaban los elementos de 'realismo mágico' de la obra?
-Cuando Salman me dijo adelante, mi primera reacción fue: '¡Dios mío, cómo voy a adaptar esto!'. Quise abordarlo desde la pasión, de un modo instintivo. No podía asustarme por ninguno de los aspectos del libro. Tuve en mente lo que hizo Emir Kusturica en 'El tiempo de los gitanos' y los 'Cuentos de la luna pálida' de Mizoguchi. La magia surge en estos filmes como si fuera un aura de los personajes, sale de su interior, no como en 'X-Men' y 'Harry Potter', donde la gente puede volar. La magia que me interesa explora el potencial del ser humano.
-¿Quiere que el espectador occidental piense en la turbulenta historia reciente de India o que se quede con el exotismo?
-Creo que una cosa no funciona sin la otra. Toda la película trata sobre mi país y es política, pero también es una visión muy personal y emocional. Mi director favorito, Luis Buñuel, decía que cuando eres muy específico te conviertes en universal.
-La religión juega un papel importante en su cine. A los ojos occidentales, las religiones orientales se ven muchas veces como un lastre para el desarrollo de esos países.
-La religión puede ser un impedimento si es fundamentalista, cuando se convierte en lo único de la vida de creyentes que no se dejan guiar por su cabeza. Comparto la idea de Rushdie de que no hay una conspiración universal contra el Islam. Puede que se hayan tomado decisiones políticas equivocadas en el pasado, pero creo en la convivencia entre Occidente y el Islam. Hay tantos problemas en el mundo: educación, pobreza, igualdad entre hombres y mujeres, agua corriente... Lo último que necesitamos es ponernos a discutir sobre creencias.
-Deposita el optimismo en los niños del filme.
-Absolutamente. Sin esperanza no hay nada que hacer. Aparece un sij, un musulmán, un hindú y un cristiano. Representan ese optimismo con el que encaro el futuro.
1.500 películas al año
-¿Cómo la ven a usted en India? ¿Ven allí sus películas?
-Sí. 'Agua' tuvo mucha controversia en su estreno, pero cuando fue nominada al Oscar les encantó. No sé muy bien qué imagen tienen de mí. Yo paso seis meses en India y seis en Canadá. Mantengo una relación muy estrecha con mi país, allí viven mis padres y tengo mi casa.
-15 millones de indios van a las salas de cine a diario.
-Hay dos tipos de cine. Uno popular, Bollywood, y otro digamos independiente. El primero solo busca el entretenimiento, la pura evasión. En Bollywood se llegan a producir 1.500 títulos al año. Alargan todo lo que debería cambiar, la gente ve esas películas como una escapatoria porque tiene vidas muy difíciles y quiere escapar de la realidad. Duran tres horas y se suceden las canciones, los bailes y las historias de amor. De cine independiente salen 15 o 20 títulos. En los últimos años está surgiendo un cine popular que también llama a la reflexión. Y está muy bien que se vaya estrechando el abismo entre el cine popular y el de autor. Cuando la gente tiene educación, sanidad y bienestar puede plantearse ir al cine a ver algo que le haga reflexionar.
-India tiene los mejores informáticos del mundo, pero el 67% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
-Es un país con un potencial enorme sojuzgado bajo el peso de la corrupción. Está surgiendo una nueva clase media formada por consumidores a los que se les ordena: '¡compra, compra, compra!'. El problema es que esta riqueza está tardando en filtrarse a las clases más bajas, el grado de corrupción brutal impide que ese reparto sea más equitativo. Hace unos años los grandes escándalos de corrupción política ni siquiera salían en los periódicos. Hoy hay activismo social y se denuncian las cosas. Son personas que quieren transformar el país, pero se topan con una maquinaria política trasnochada.

Deepa Memtha

Cielo

 Título original: Heaven on Earth. Dirección y guión: Deepa Mehta. País: Canadá. Año: 2008. Duración: 106 min. Género: Drama. Interpretación: Preity Zinta (Chand), Vansh Bhardwaj (Rocky), Geetika Sharma (Loveleen), Orville Maciel (Kabir), Ramanjit Kaur (Aman), Balinder Johal (Maji), Rajinder Singh Cheema (Papaji). Producción: David Hamilton. Música: Mychael Danna. Fotografía: Giles Nuttgens. Montaje: Colin Monie. Diseño de producción: Dilip Mehta. Vestuario: Rashmi Varma. Distribuidora: Karma Films. Estreno en Canadá: 24 Octubre 2008. Estreno en España: 1 Octubre 2010.

Chand es una joven que viaja a Canadá desde India para casarse con Rocky, un hombre al que no conoce. Su sueño de encontrar una nueva vida se vuelve una pesadilla ya que el matrimonio con Rocky y con su familia se convierte en una auténtica espiral de confusión y dolor. Chand encuentra un poco de esperanza en su amistad con Rosa, una mujer jamaicana que trabaja con ella. Rosa le da a Chand una raíz mágica y le promete que hará que Rocky caiga rendido a sus pies. El experimento termina en una irreal vida paralela que se convertirá en el fiel reflejo de una conocida fábula india.

NOTA DE LA DIRECTORA Deepa Mentha

En Cielo abordo tres temas distintos: la inmigración, el aislamiento y el poder de la imaginación que finalmente permite a Chand escapar de su triste realidad. La mayoría de nosotros queremos creer que la migración de una mujer India a un país como Canadá favorece su status como tal, pero no tiene que ser necesariamente así.

A pesar de que puede ayudar a algunas mujeres a escapar de la opresión que sufren en su país de origen, desgraciadamente también les priva de la protección que las propias familias otorgan. En India, el abuso puede ser comprobado por miembros de la propia familia, amigos o vecinos. Pero en una patria adoptiva estas mujeres están privadas de la familia y amigos. Y en muchos casos, quedan totalmente aisladas y son por tanto extremadamente vulnerables.

Todos los personajes de Cielo son víctimas. No sólo por el bagaje cultural que traen consigo mismos, sino también por la falta de apoyo que encuentran al llegar aquí. Hay muy pocos recursos por no decir ninguno, destinados a preparar a estos personajes a enfrentarse con dignidad a la desconocida realidad que representa este nuevo mundo.

La familia en Brampton es un microcosmos que esconde una realidad mucho más amplia. Yo quería ser simplemente una mera espectadora que observa el drama que ahí se desarrolla. Para hacer esto, decidimos prescindir de grandes despliegues técnicos para seguir libremente a los personajes. Nos pareció mucho más adecuado rodar la película cámara en mano y en 16 mm. Tanto Giles como yo decidimos que el 16mm le daba el aspecto granuloso que yo quería y también nos liberaba de los sets de iluminación que inhibían tremendamente a los actores.

Para mí, hacer películas es un viaje introspectivo. Me fascina explorar y tratar de desenredar un cúmulo de circunstancias para examinar la psicología que se esconde en su interior. Sólo trato de contar apasionadamente una historia sobre un tema que me interesa. ¿De dónde me viene este deseo? Tal vez de la política y las políticas que definen toda nuestra vida. Somos susceptibles a los dictados de la cultura, la religión y la economía. Cómo negociar con todo lo anterior es lo que me resulta tan irresistible.

Deepa Metha

LA mujer es una isla

La mujer es una isla, Auður Ava Ólafsdóttir

Hay libros que simplemente compras y lees porque han sido recomendados por lectores que tienen tus mismos gustos. Esto me ha pasado con este libro cuya autora tiene un nombre difícil de decir a un despistado librero patrio. Auður Ava Ólafsdóttir se hizo con un hueco en el panorama literario en nuestro país con Rosa candida y ahora lo hace como La mujer es una isla. 
La protagonista de esta pequeña gran historia es una mujer de treinta y tres años cuyo marido acaba de pedirle el divorcio. Decidida a dar un giro radical en su vida, y tras la profecía de una médium que le asegura que en una distancia de 300 kilómetros ganará la lotería y conocerá a tres hombres –uno de los cuales será el amor de su vida–, emprende un viaje siguiendo la ruta que rodea Islandia. No irá sola: Tumi, el hijo de una amiga en apuros, dos muñecos de peluche, y una caja de libros y de cedés la acompañarán en el camino.
La mujer es una isla  no es una novela policial de algún autor islandés, es más bien un viaje iniciático de una mujer de treinta y tres años que descubre que todo un mundo se desarrolla más allá de su entorno y ella no se ha dado cuenta. 
Nuestra protagonista es toda una lingüista, habla once idiomas y ha hecho de ellos su profesión y casi su vida. Casada desde hace más de cuatro años ha decido cortar con su aventura extramatrimonial el mismo día en que atropella un ganso y su marido dice que la deja por otra mujer que está esperando un hijo suyo. A lo largo de los meses se ha ido distanciando de ella porque siente que su mujer no vive en un caótico mundo que solo ella entiende y controla. Las comidas son a deshoras, nunca se puede estar seguro de nada, en ocasiones ella hace algo improvisado que lo desconcierta o lo avergüenza.  Y por eso se ha refugiado en una compañera de trabajo que le da además de un hijo estabilidad.  Como ejemplo de cómo es esta joven, una vez que antes de que se marche su marido de casa lo invita a comer el ganso que ha atropellado. Y luego la vemos reflexionar sobre la mejor manera de cocinarlo de modo que no se miren las marcas de los neumáticos. Este momento nos da una ligera idead de cómo es su personalidad.
Y a pesar de esta brusca ruptura no hay grandes dramas, ni aspavientos. Una de las cosas más curiosas es que la separación se realiza con una gran tranquilidad. Ella le deja llevarse todo lo que quiere e incluso comparten momentos íntimos como si el futuro no importase mucho. Quizá sea porque vivo en un país mediterráneo pero me resulta llamativo la frialdad y la seriedad con la que se separa nuestra protagonista de su marido. También me resultó llamativo la ausencia de nombres propios, si conocemos el del marido, el de la amiga y el del niño pero poco más. Los secundarios y no tan secundarios son meros personajes a los que no hace falta poner nombre y apellidos pues su labor está en sus acciones y en el papel que juegan en la vida de la protagonista, una mujer de una gran sensualidad.
No podemos olvidar el paisaje ya que el viaje alrededor de la isla nos permite introducirnos más en las singularidades de Islandia que cuenta con una sola carretera que rodea como un anillo la isla. Conocemos el paisaje desierto de cenizas. Las granjas con ovejas blancas y negras. Los hoteles singulares. Y los poblados pesqueros.
Como anotación y a diferencia de lo que opinan algunos críticos, no tiene sentido del humor, o quizá tenga un sentido del humor que solo los islandeses reconocer porque por mi parte y salvo alguna que otra frase, considero que es una novela totalmente seria.
La mujer es una isla es una novela que conviene disfrutar pero que quizá no es apta para todos los lectores pues tiene un tono lírico y profundo que quizá no guste a todos. A pesar de ello a mí me enganchó desde el principio y no dudaría en recomendarla, diciendo que no hay acción, ni grandes dramas, ni giros sorprendentes ni nada parecido. Y ahí está la genialidad de la autora que sin haber usado ninguno de estos recursos ha creado una gran historia.

Rosa Cándida


Rosa candida

La novela islandesa que conquista el mundo
«Una obra sobresaliente... Sin duda una de las novelas más potentes del año, de una belleza indescriptible.»
Morgunbla
ðið
El joven Arnljótur decide abandonar su casa, a su hermano gemelo autista, a su padre octogenario y los paisajes crepusculares de montañas de lava cubiertas de líquenes. Su madre acaba de tener un accidente y, al borde de la muerte, aún reúne fuerzas para llamarle y darle unos últimos consejos. Un fuerte lazo les une: el invernadero donde ella cultivaba una extraña variedad de rosa: la rosa candida, de ocho pétalos y sin espinas. Fue allí donde una noche, imprevisiblemente, Arnljótur amó a Anna, una amiga de un amigo.
En un país cercano, en un antiguo monasterio, existe una rosaleda legendaria. De camino hacia ese destino, Arnljótur está, sin saberlo, iniciando un viaje en busca de sí mismo, y del amor perdido.

«La exótica Auður Ava Ólafsdóttir ha pulido en la penumbra boreal esta fantástica novela, una delicada joya donde la vida tiene el perfume de las flores.»
L´Express

«Un triunfo literario indiscutible. Rosa candida demuestra que las mayores sutilezas se expresan a veces con sencillez. Un festín de detalles y pequeños sucesos, cuya belleza prematuramente marchita nutre la memoria de los personajes, algo que se contagia también al lector.»
Le Monde des livres


«Una historia llena de idealismo y buenos sentimientos con la que Auður Ava Ólafsdóttir intentaba acallar el rugido de los especuladores que estaban destrozando su país.»
Público
«Un humor a la vez barroco y ligero irradia a lo largo de toda esta historia, donde nada ocurre como debiera o sería esperable. Lo que afirma este libro con gran belleza es que nos asustamos más de lo razonable, y que retorcemos las cosas hasta caer en una tristeza infundada.»
Le Nouvel Observateur

«Esta primera novela desprende un encanto muy difícil de igualar, y de ella emanan una delicadeza y una autenticidad impropias de nuestra época.»
Elle

«Tan hermosa como una pintura de la Edad de Oro.»
Politiken

«Encanto y extrañeza son los dos adjetivos que vienen a la mente durante la lectura.»
Le Figaro littéraire

«La delicadeza que encierra cada página de Rosa candida es tal que podemos creer que estamos soñando. Pero no, ese libro existe, su autora es Auður Ava Ólafsdóttir y hay que leerlo.»
Le Point

«Una novela que causa asombro página tras página, y que suscita una enorme admiración por quien la ha escrito.»
Paris Match

Ficha técnica

Comprar Rosa candida
Traducción:
Enrique Bernárdez
Colección:
Literaturas
Páginas:
280
Publicación:
05/10/2011
Género:
Novela
Precio:
18,50 €
ISBN:
9788420407913
EAN:
9788420407913

jueves, 3 de enero de 2013

Agua entrevista a la directora


Entrevista a Deppa Mehta

…UNA DIRECTORA DE CINE CONTRA EL FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO
Entrevista de Judith Muñoz Saavedra
Depha nació hace 57 años en Amritsar al norte de la india, es licenciada en filosofía, directora y guionista de cine, actualmente vive en Canadá. En la reciente edición de los Oscar su última película “Agua” estuvo nominada como mejor película de habla no inglesa. Su particular mirada de la realidad social se encuentra entre las más comprometidas del nuevo cine indio, lo que le ha costado el rechazo y el boicot de grupos religiosos fundamentalistas hindúes que no le perdonan la osadía de mostrar el amor entre mujeres (Fuego) o de denunciar como, en nombre de las tradiciones, se somete y encierra a las viudas (Agua).
Su película “agua”, ambientada en la India en 1938, nos relata la historia de una niña viuda de 8 años. A través de sus vivencias nos cuenta cómo por el dictado de la religión se recluye a las viudas hindúes en “ashram” (lóbregos gineceos) donde habrán de mendigar e incluso prostituirse para sobrevivir. En la actualidad hay 34 millones de viudas en la india, de las cuales 11 millones permanecen viviendo en ashrams, en medio de una miseria absoluta. Este hermoso film, que producto de boicot tardó más de 4 años en ser concluido, pone en evidencia las rígidas tradiciones que convierten a las mujeres en prisioneras en vida sólo por el hecho de no tener marido. En él la cineasta realiza un valiente alegato contra el sistema patriarcal y el fundamentalismo religioso hindú.

Con Agua- la religión- Deepa Metha cierra su trilogía, que inició con Fuego (1996) – la sexualidad- y que continuó con Tierra (1998) –la guerra-, en esta película, nos vuelve a demostrar su compromiso como cineasta y mujer con la denuncia de las desigualdades de clase y de género. A propósito del estreno de “Agua” en España, tuve la oportunidad de charlar con esta interesante mujer una noche de la tardor barcelonina.
Según las creencias hindúes, cuando una mujer se casa, se convierte en la mitad del hombre. Por lo tanto, si él muere se considera que la mitad de la esposa ha muerto. Los libros sagrados dicen que una viuda tiene 3 opciones: casarse con el hermano más joven de su marido, arder con su marido o llevar una vida de total abnegación.
¿Qué te motiva a contar historias de mujeres en tus películas?
Ante todo me motiva el hecho de ser mujer. Pero no es sólo eso, mi motivación va más allá, me molesta mucho el tema de las diferencias de clase, me molesta mucho el tema de la desigualdad de género, me molesta mucho el hecho de que a igualdad de trabajo haya diferentes salarios, toda injusticia me revela y me moviliza.
¿Por qué escogiste la historia de una niña viuda, para escribir el guión de Agua?
Hace 10 años a orillas del Ganges, vi a una viuda anciana con el cabello rapado que iba de un lado a otro en cuatro patas buscando algo en el suelo en medio de una multitud de peregrinos –había perdido sus gafas-. Nadie le hacía caso, ni siquiera cuando se sentó y empezó a llorar. Esto me chocó, porque soy hindú pero vengo de una clase –no de una casta- donde las viudas lo tenían menos difícil. Mi abuela era viuda pero era la matriarca y quién gobernaba la casa. Por eso, cuando me tope con esta imagen de la viuda típica y tópica, cómo hindú, sentí mucha indignación y mucha ira porque considero que ningún ser humano tiene derecho de hacer que otro que otro ser humano sea tratado indignamente. En una sociedad patriarcal cómo la hindú, el eslabón más débil de la cadena es la mujer. Pero la ira me vino, más bien, porque que considero que ningún ser humano tiene derecho a ser tratado con indignidad
La situación de las mujeres viudas ¿es igual en todas las castas?
Es mucho peor en las castas altas. Pero creo que no se trata de un tema tanto de castas como de clases, las clases altas son muy estrictas. En todo el mundo las clases más altas y las más bajas son las más estrictas. A nadie le importa tanto las clases que están entremedio, la moralidad no es tan importante para las clases intermedias.
En la película, Chuya (la niña viuda) pregunta: ¿Dónde está el ashram de los hombres?. ¿Crees que la sociedad Hindú actual se está haciendo esta pregunta? ¿Se está cuestionando las desigualdades de género?
India es un país de mil millones de habitantes de los cuales sólo el 55% recibe educación, entonces el tema principal es la falta de educación. Si hablamos de esta clase en concreto, la pregunta es extraordinariamente pertinente, pero no tanto la pregunta en sí, sino la metáfora respecto a la desigualdad entre hombres y mujeres. Pero hay que decir una cosa que quizá es muy difícil entender desde fuera: India es probablemente el país donde el activismo de las mujeres es más fuerte.
¿Crees que tu película puede sensibilizar sobre el destino de las mujeres viudas en la India?
Recuerdo que cuando estrené Fuego me preguntaron: ¿tú crees que esto va a aportar algo respecto de la situación de las lesbianas?” y yo no dije que sí, porque decir que sí es un poco arrogante, dije – no lo se, pero espero que sea así- y algún granito aporté. En esta película, yo sigo diciendo no lo se… pero la esperanza es que sí.
También quiero contar que no se trata sólo de un tema de pobreza, porque la pobreza puede tener solución algún día, es un tema mucho más fuerte, es una concepción muy equivocada de la religión. No se trata sólo de que los padres manden a las hijas a casarse, sino que es una tradición que está muy arraigada en las mujeres. Son las propias mujeres las que siguen a estas costumbres porque creen que si no lo hicieran traicionarían los textos sagrados, renegarían de su religión, es una lectura muy ultra de la religión, donde las mismas mujeres como Shakuntala en la película piensan que haciendo esto serán mucho mejores personas. Hay que hacer un trabajo muy fuerte a nivel de base, hay que intentar convencerlas de que no se encierren, de que no se den como por perdidas de cara a la vida siguiente, no por eso van a ser peores mujeres ¿no?
¿Este fundamentalismo religioso se da por igual en hombres y mujeres?
Pienso que abarca tanto a las mujeres como a los hombres, pero en lo que se refiere a los fundamentalistas hindúes pienso que son más peligrosas las mujeres, es decir, dan más miedo, son mucho más dogmáticas, mucho más irónicas, juegan con la ironía para no mover nada.
¿Qué piensas del auge del fundamentalismo religioso?
Todos los fundamentalismos lo que hacen es movilizar a la gente en nombre de la religión. Esto es muy peligroso, está pasando en el catolicismo europeo, en el cristianismo de los EEUU. Creo que lo primero que hay que hacer es luchar contra esto. El fundamentalismo está intentando reescribir la historia en nombre de la religión y esto es algo que me produce mucho miedo, esto nos rompe mucho la perspectiva de de donde venimos y hacia donde vamos, es horrible y da mucho miedo.
Cuando comenzaste a rodar la película en India, se desataron violentas protestas de los fundamentalistas, destruyeren los decorados, quemaron imágenes tuyas, finalmente tuviste que ir a rodar Agua a Sri Lanka ¿Cómo viviste los obstáculos para el desarrollo de tu película?
Hay un dicho inglés que dice que lo que no te mata te hace más fuerte, esto lo digo ahora con retrospectiva, pero en el momento lo pasé muy mal. Primero reaccioné con mucha ira y me sentí muy mal, pero me di cuenta de que no eran mi gente, ningún extremista tiene nada que ver conmigo. A partir de ahí crecí, no me he sentido amargada pero si me sentí muy traicionada. Ahora lo veo como un acto de crecimiento, pero en el momento lo pasé fatal. Me di cuenta de que agua reflejaba lo que ocurría en la India, el ascenso del fundamentalismo hindú y de la intolerancia hacia cualquier cosa, por lo tanto éramos el blanco perfecto.
¿Qué crees que podemos hacer las mujeres en el resto del mundo, para colaborar con la situación de las viudas en la India?
Esta pregunta me la hacen mucho, en USA, en Canadá. Después de pensarlo, creo que lo primero que tenéis que hacer es mirar vuestra propia realidad, porque estoy segura que en Barcelona, como en Canadá, la situación de algunas mujeres es terrible. Creo que las mujeres de la india son las que tienen que erradicar este problema con el tiempo, algunas están muy activas en ello. Si queremos hacer un mundo mejor, tenemos que empezar desde aquí, cada uno tiene que actuar desde su propia realidad.
Para terminar… ¿hay alguna idea o reflexión con la te gustaría despedirte?
Déjame pensar… creo que la mirada femenina y la fuerza de las mujeres tienen mucho que ver con la compasión en un mundo lleno de intolerancia. Compasión en el sentido de no estar juzgando siempre y creo que esto no debiésemos perderlo nunca

Deepa Mehra



Deepa Mehta (Amritsar, India, 1950) está considerada como "la mujer cineasta canadiense más reconocida internacionalmente", sobre todo debido al debate suscitado por su conocida trilogía de los elementos: un recorrido sobre el siglo XX en la India a través de la sexualidad, (Fuego, 1996), la guerra, (Tierra, 1998) y la religión, (Agua, 2005).
Desde Fire (Fuego) , primera película de esta serie cuya historia se desarrolla en la India contemporánea, algunos núcleos conservadores hindúes demostraron su rechazo e incluso organizaron ataques a cines que proyectaban la película, por el abordaje libre de prejuicios, irreverente para ellos, que hacía Deepa sobre temas controvertidos, como el matrimonio y la (homo) sexualidad a través de la historia de dos mujeres hindúes de clase media atrapadas en matrimonios convenidos.

No obstante, la película fue reconocida internacionalmente con el Premio del Jurado a la mejor película en Festival Internacional de Cine de Verona en 1997 y los críticos atribuyeron su amplio éxito, en parte, a la capacidad de Mehta para establecer una empatía más allá de los límites culturales. Pues como dice la propia Deepa, "aunque Fuego es muy particular en su contexto, quise que su contenido emocional fuera universal. La batalla entre tradición y expresión individual existe en cada cultura. Y Fuego lo trata específicamente en la sociedad hindú. Lo que me llamó la atención fue que la historia tuvo una resonancia que trascendió las fronteras culturales y geográficas."
Como otras muchas familias hindúes, los padres de Mehta habían vivido la división en 1947 de la India y Pakistán, episodio que fue recreado en la segunda cinta de la trilogía: Earth (Tierra, 1998) , visto a través de los ojos de una muchacha. Calificada como una película de una épica íntima, Tierra fue premiada en el Festival de Cine de Toronto en 1998 y significó la entrada del cine de la India en los premios de la Academia en 1999.
Deepa, refiriéndose a esta película, ha dicho: "El cine es un medio poderoso y mi esperanza es que Tierra provoque un diálogo y haga a la gente pensar más profundamente sobre el precio de estas divisiones... Quise contar esta larga historia desde el punto de vista de un grupo de amigos íntimos de diferentes grupos étnicos y sociales, y seguir la evolución de sus comportamientos al mismo ritmo en que cambiaba la situación política, y que desembocaba en trágicos e inesperados acontecimientos."
La trilogía se cierra con Agua, película donde Deepa describe el ostracismo al que son relegadas por la tradición religiosa hindú las viudas en la India. Según las creencias hindúes, cuando una mujer se casa, se convierte en la mitad del hombre. Por lo tanto, si él muere, se considera que la mitad de la esposa ha muerto. Los libros sagrados dicen que una viuda tiene tres opciones: casarse con el hermano más joven de su marido, arder con su marido o llevar una vida de total abnegación.
Deepa había intentado realizar Agua desde 2000, con actores reconocidos como Shabana Azmi, Nandita Das y Akshay Kumar, pero días antes de empezar el rodaje, el equipo fue informado de que había complicaciones con los permisos necesarios. Al día siguiente, se enteraron que 2000 manifestantes habían destruido el equipo principal en protesta al tema de la película.
Agua sólo pudo realizarse en Sri Lanka en el 2003, con otro equipo y un nuevo título, Full Moon. El libro Shooting Water: A Mother-Daughter Journey and the Making of the Film, escrito por la hija de Mehta, Devyani Saltzman, cuenta todos los detalles de la batalla para lograr hacer esta película. En 2007, Agua fue nominada al Oscar como mejor película de habla extranjera, siendo la primera película canadiense no hablada en francés en recibir una nominación en esta categoría.
No obstante, antes de poder realizar Agua, Deepa filmaría otras dos películas. Justo en medio de la controversia instigada por los fundamentalistas hindúes sobre Agua, Deepa concibe Bollywood/Hollywood, donde emplea ambos géneros como telón de fondo de una película sobre la vida de las familias hindúes en Toronto. El objetivo de esta película no es mostrar una exhibición intelectual, si no de abrir una ventana hacia otra cultura, para ver cómo más de un billón de personas viven y sobreviven en su mundo. La otra película sería Republic of Love, basada en la novela homónima de Carol Shields, que fuera premiada en Festival Internacional de Cine de Toronto en 2003.
Aunque su padre había sido distribuidor cinematográfico y dueño de algunas salas de cine, lo que le permitió de niña haber visto cientos de películas en los cines de su padre, Mehta no mostró un interés especial por el cine hasta después de licenciarse en filosofía en la Universidad de Delhi. Tuvo su primera experiencia en esta industria, cuando trabajó con una compañía que hacía películas educativas así como documentales para el gobierno de India. Ahí dirigió su primera película, un documental para sewr más precisos. Fue en ese tiempo cuando conoció al cineasta canadiense Paul Saltzman, con quien se casaría y emigraría a Canadá en 1973, donde continuaría haciendo documentales hasta su debut en 1991 con el largometraje Sam & Me, una historia sobre la relación entre un joven musulmán y un señor mayor judío en el barrio de Parkdale, en Toronto Con este film obtuvo una mención especial en la categoría Cámara de Oro en el Festival de Cine de Cannes de ese año.
Esta película, así como sus producciones posteriores, es profundamente personal y con un contenido emocionalmente universal. El éxito de Sam and Me le permitió dirigir dos episodios de la teleserie The Young Indiana Jones Chronicles y la ampliamente presupuestada Camilla (1994).
Deepha Mehta tiene una notable reputación como una cineasta innovadora y audaz. Sus películas frecuentemente trasmiten temáticas universales como la identidad y la tradición. La propia directora ha apuntado:"Si se piensa en Sam & Me, Fire, Earth, o incluso en Water, todas se mueven entre una zona donde nuestra propia voz se detiene y entre a barrera de la tradición empieza. Es el conflicto entre la voz individual y la voz de la tradición... Cuando me pongo a escribir el guión, no pretendo aplicar ideas preconcibidas, pero siempre acaban por aparecer estos temas en mis películas".
Filmografía de Deepa Mehta
  • Sam & Me (1991)
  • Camilla (1994)
  • Fire (1996)
  • Earth (1998)
  • Bollywood/Hollywood (2002)
  • Republic of Love (2003)
  • Water (2005)
  • Exclusion (2007)

Fuego


Deepa Mehta: "Fuego' es una metáfora de la India contemporánea"


Fuego,
 filme de la india Deepa Mehta, supone una trascendental vuelta de tuerca en la historia del país con mayor producción anual de películas en todo el mundo. Ayer, en el marco de la V Mostra de Cinema de Dones, la presentaron a la prensa su directora y sus dos intérpretes principales, Shabana Azmi, la actriz dramática más famosa de su país, y la jovencísima Nandita Das. Para Mehta la película "es una metáfora sobre la India de hoy, pero también una película sobre las aspiraciones de las mujeres de cualquier lugar, no necesariamente sólo de la India".Fuego, que se estrenará comercialmente en su país el próximo agosto y que viene precedida por el desconcierto de numerosos espectadores que ya la han visto en el Festival de la India de enero o en Londres, donde ya está en las salas, muestra la vida de una familia de Nueva Delhi compuesta por dos hermanos, sus respectivas esposas y la madre de los hombres, una mujer impedida. El drama familiar es doble, y afecta ante todo a ambos hombres: uno, el mayor, casado desde hace 13 años con Radha (Shabana Azmi), vive bajo el cobijo moral de un guru y torturado por la esterilidad de su bella esposa. El otro, presionado por su hermano, se ha casado -el filme comienza con su boda- con una no menos bella joven, Siat (Nandita Das), aunque no está dispuesto a abandonar una larga relación amorosa con una mujer china que nunca ha querido casarse con él.
"He pretendido plantear una metáfora sobre la India contemporánea, con sus conflictos, la fuerza de la tradición, pero en ella también despuntan actitudes de inequívoca ruptura con el pasado", confiesa Mehta, una cineasta que hace 16 años abandonó su país para residir en Canadá.

Relación íntima

Los elementos más contundentes del filme, aquellos que han provocado el desconcierto, tienen que ver con la relación íntima que se establece entre las cuñadas. Abandonadas afectivamente por ambos maridos, trabajando tanto en el doble negocio familiar -comida tradicional para llevar y videoclub: el pasado y el presente- como en la atención a la postrada suegra, inequívoco símbolo del pasado y lo arcaico, cada una de ellas encuentra refugio en la otra, hasta que nace una atracción considerable y un amor correspondido. "En Occidente, una historia entre dos mujeres que pasa por el contacto físico ya no escandaliza a nadie", reconoce Azmi, "pero en la India ni siquiera se puede atisbar una cosa así. Deepa ha sido muy valiente al hacer que la historia pase en Nueva Delhi.