jueves, 31 de marzo de 2016

Escritoras latinoamericanas

Escritoras de América Latina, al fin visibles

Un gran número de narradoras gana protagonismo en la literatura en español lejos de las etiquetas y los estereotipos

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Cristina Rivera-Garza, Wendy Guerra, Guadalupe Nettel, Lina Meruane, Claudia Piñeiro, Samanta Schweblin, Rosa Beltrán, Claudia Amengual…
La onda de silencio que ha cubierto a las escritoras latinoamericanas se ha roto del todo. Sus voces, diversas y de todas las generaciones avanzan por el umbral de una época dorada para la literatura al abrirse paso contra las etiquetas, el machismo, la discriminación, los tópicos, los prejuicios, la incultura o la inercia del ninguneo del mundo del libro, la sociedad y los medios de comunicación. Aunque la visibilidad y el reconocimiento de esas autoras es mayor en España que en su propio continente.
…Piedad Bonnett, Leila Guerriero, Sofía Segovia, Aurora Venturini, Yolanda Arroyo, Zoé Valdés, Laia Jufresa, Flavia Company, Marbel Sandoval Ordóñez…
Son algunos de los nombres de narradoras que ya tienen un lugar en la memoria de los lectores, unas cuantas empiezan abrirse paso y muchas más que no cesan en su empeño de publicar. Pertenecen a una estirpe de creadoras de un continente que la gente relaciona sobre todo con grandes poetisas como Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Rosario Castellanos, Blanca Varela o Ida Vitale.
“Al sabernos excluidas de la tradición nos sentimos libres del imperativo de honrar sus convenciones”, dice Carolina Sanín
“La suerte es que hablamos de mujeres de generaciones muy diversas: De Hebe Uhart (1936) o Griselda Gambaro (1928), pasando por Laura Restrepo (1950) hasta llegar a Gisela Leal (1987), por dar solo unos pocos nombres. Están ubicadas a lo largo de toda la geografía de la lengua, es decir, no es un fenómeno que se da solo en tal o cual país. Visitan todos los géneros: el teatro, la poesía y la novela por supuesto. Y sus temas son tan amplios como nombres hay. Me parece que sienten la libertad de contar cualquier cosa y de hacerlo sin responder a ningún deber ni estereotipo”. Este es el mapa descrito por Pilar Reyes, que lleva dos décadas oteando y analizando la literatura latinoamericana en su condición de lectora y editora, primero en Alfaguara Colombia y desde hace unos años en España.
…Selva Almada, Carolina Sanín, Isabel Mellado, Valeria Luiselli, Rita Indiana, Mayra Santos-Febres, Pola Oloixarac, Giovanna Rivero, Betina González…
Esa proliferación y normalización de nombres en la literatura rompe y desafía lo establecido. Varias de estas narradoras denuncian la prolongación de prácticas de otras épocas: creen que la historia literaria sigue sin hacer justicia a las mujeres, se sienten excluidas de la tradición, perciben un trato que mezcla la condescendencia y el asombro ante sus libros y notan cierta desigualdad frente a los hombres.
“Tengo la impresión de que en ocasiones el interesante, y fundamental, matiz político de la narrativa escrita por mujeres en Latinoamérica ha alejado su obra de los lectores más acomodados de nuestro país (España), que cuando se han acercado a parte de la literatura latinoamericana lo han hecho buscando aún ‘lo real maravilloso’, lo exótico’ o cierta forma de ‘empalago emocional’, es decir, las propuestas menos interesantes de una literatura rica, riquísima”, explica Julián Rodríguez, editor de Periférica, atento a la creación e innovación literaria en español.
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La escritora puertorriqueña Mayra Santos-Febres.
Nombres que conviven con los clásicos y con los de narradoras contemporáneas y populares que empezaron a romper hace unas décadas ese silencio sobre la literatura latinoamericana escrita por mujeres. Entre esos nombres contemporáneos figuran las chilenas Isabel Allende, Marcela Serrano y Diamela Eltit; las argentinas Clara Obligado y Ana María Shua; la colombiana Laura Restrepo; las nicaragüenses Claribel Alegría y Gioconda Belli; la cubana Reina María Rodríguez; las uruguayas Cristina Peri Rossi y Carmen Posadas y las mexicanas Ángeles Mastretta, Margó Glanz y Elena Poniatowska, segunda latinoamericana Premio Cervantes y única narradora, la otra fue la poeta cubana Dulce María Loynaz. Y, detrás de ellas, las argentinas Victoria y Silvina Ocampo, la chilena María Luisa Bombal o la mexicana Elena Garro que abrieron desde la primera mitad del siglo XX ese universo más allá de lo masculino o femenino donde lo que cuenta es la literatura.
…Sabina Berman, Karla Suárez, Consuelo Triviño, Andrea Jeftanovic, Mayra Montero, Daniela Tarazona, Gisela Leal, Reina Roffé, Bárbara Jacobs…
Cada vez que la argentina Leila Guerriero, autora de Una historia sencilla (Anagrama), escucha la palabra “mujeres” relacionada con la palabra “literatura” no puede —ni quiere— evitar erizarse un poco: “Más allá de que es verdad que antes había menos mujeres escritoras —y menos mujeres astronautas, chefs, presidentas, empresarias, conductoras de autobuses—, seguir pensando cualquier universo creativo en términos de género no hace más que reproducir un punto de vista perimido que transforma un hecho evidente (que las mujeres somos capaces de conducir un autobús, ir al espacio o escribir novelas y ensayos) en motivo de sorpresa o admiración. Algunos de mis escritores favoritos son mujeres pero jamás pensaría en ellas como ‘mujeres’ sino como ‘personas que están entre mis escritores favoritos’. Prefiero pensar que si hoy la presencia de mujeres en la literatura de nuestros países es mayor a la de hace algunos años, no se debe a una moda, ni a que las editoriales tienen que cumplir con determinado cupo femenino como consecuencia de la corrección política que nuestro siglo ha erigido como el único dios ante el que hay que prosternarse, sino a que, como en todos los demás ámbitos, esas mujeres pueden ejercer su vocación sin pedir permiso ni disculpas y, sobre todo, a que están escribiendo (como sus colegas varones, sin que eso le llame la atención a nadie) buenos libros”.
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Ilustración de Ana Juan
La calidad literaria es lo único que también interesa a Claudio López de Lamadrid, director editorial de Literatura del Grupo Penguin Random House, sin ocultar algunas sombras en el ecosistema del libro: “No distingo entre la literatura hecha por mujeres y aquella hecha por hombres, y sin embargo es un tema que me preocupa porque creo en las cuotas y procuro siempre incorporar voces femeninas a mis catálogos. Algunos de los escritores que edito cuya carrera más me interesa son mujeres. De todos modos, sí es cierto que la tendencia es a ningunear un poco a las autoras frente a los autores, y una tendencia es a olvidarse de ellas en balances, repasos y menciones”.
Ese olvido al que se refiere López de Lamadrid sucede más en el propio continente latinoamericano. “En México y en general en América Latina la narrativa escrita por mujeres se abrió camino a mediados de los años 50, con Elena Garro, seguida de Rosario Castellanos y un nutrido grupo de mujeres cultas y creadoras de grandes obras que padecieron (y lo siguen padeciendo después de muertas) el machismo exacerbado de los hombres que dominaban la vida intelectual”, explica Nubia Macías, directora del Grupo Planeta para México, Centroamérica y EEUU y exdirectora de la Feria del Libro de Guadalajara. “En nuestro continente”, añade Macías, “siempre se habla de los ‘grandes autores’ cómo si sólo fueran hombres. La historia sigue sin hacerles justicia a las mujeres escritoras, salvo por Sor Juana, a la que se le rinde culto... y sobre todo gracias al ensayo sobre ella escrito por Octavio Paz. Esta actitud no ha cambiado: Elena Poniatowska, la más reciente Premio Cervantes fue denostada por más de un intelectual latinoamericano justo cuando le dieron el galardón. Ahora hay un grupo muy amplio de mujeres que, a fuerza de talento y del reconocimiento de los lectores, ha ganado terreno, pero a quienes el establishment sigue escatimándoles el reconocimiento: Mayra Santos-Febres, Wendy Guerra, Mónica Lavín, Brenda Lozano, Liliana Blum, o Carmen Boullosa”.
…Luisa Valenzuela, Carla Guelfenbein, María Eugenia Ramos, Patricia de Souza, Fernanda García Lao, Yanitzia Canetti, Laura Esquivel, Ema Wolf, Alejandra Costamagna…
Un lastre histórico cuyo presente analiza Carolina Sanín, crítica literaria y autora colombiana de Los niños (Siruela), desde la esquina de la ironía y el pragmatismo: “Al sabernos relativamente excluidas de la tradición literaria de nuestra región, las escritoras latinoamericanas podemos sentirnos libres del imperativo de honrar las convenciones de esa tradición y ser ajenas a la aspiración de que se nos reconozca como sus representantes”. A veces, afirma Sanín, “en la emoción con la que se reciben las obras de estas escritoras no encuentro la celebración de un descubrimiento liberador, sino una mezcla de condescendencia y asombro. Otras veces, me parece que se percibe a la escritora como fraudulenta”. En la fantasía latinoamericana, añade Sanín, “quien escribe es un hombre; la mujer pretende ser escritora. Quizás se piensa que, al escribir, ella en realidad hace otra cosa: algo misterioso, una suerte de brujería amenazante, un sabotaje. Y tal vez así es”.
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La escritora mexicana Guadalupe Nettel.
Solo que su hechizo creativo es el mismo de cualquier sexo. Un asomo a ese mundo más innovador y arriesgado lo ofrece la chilena Diamela Eltit, cuya última novela es Fuerzas especiales (Periférica): “Resulta fundamental la relación entre escritura y literatura. Es precisamente la escritura como gesta o como gesto la que puede ampliar lo que entendemos por literatura: remodelar sus bordes, ampliar sus fronteras, registrar en sus movimientos el estado y hasta el estallido de las técnicas. Se trata de ingresar en la letra como un territorio estético para provocar un tumulto de imágenes entre las que sin embargo se aloja el silencio. La unión entre el exceso y el silencio no deja de ser un desafío”. Eltit reconoce que le interesa mantener una política de escritura que “afronte el riesgo y hasta el abismo que puede producir el goce de la letra con la letra”. Las posibilidades son muchas, aunque ella prefiere transitar “por algo parecido a una literatura okupa, ocasional, en constante movimiento, aunque esté cerca de ser desalojada letra a letra o frase a frase, justo en medio de la calle”.
...Nona Fernández, Myriam Moscona, Natalia Berbelagua, Julia Álvarez, Damaris Calderón, Inés Mendoza, Daína Chaviano, Pilar Quintana, Gabriela Alemán…
“En los años cincuenta, las mujeres se abrieron camino ante el machismo de la vida intelectual”, sostiene Nubia Macías
La mexicana Brenda Lozano, autora de Cuaderno ideal, no cree que haya historias o frases ideales, "y pareciera que escribir, como leer, mucho tienen de cuaderno, más como un camino y sus desviaciones que un punto final. (¡Ese Apocalipsis!)". El pasado y el presente lo ve en Josefina Vicens, "que abrió puertas en México". Recuerda que "en tiempos en los que lo mexicano era el gran tema (pienso en Rulfo, Paz, el joven Carlos Fuentes), escribió El libro vacío, una bellísima novela más cercana a lo que se escribe hoy, mirando los temas de la vida cotidiana y la imposibilidad de escribir". No duda en afirmar que en México, Argentina, Chile o Colombia hay cosas muy buenas, y le interesa, sobre todo, lo que se escribe ahora.
Narrativas más tradicionales o más innovadoras, pareciera que la edición de libros creados por mujeres estuviera normalizada. Casi un centenar de ellas copan las librerías latinoamericanas y españolas. Pese a ello, surge, inevitable, el interrogante: "¿Es difícil publicar?", se pregunta la colombiana Marbel Sandoval Ordóñez, autora en su país de En el brazo del río, y contesta: "Mucho y más cuando se es mujer. La voz de las mujeres en la literatura colombiana sigue siendo marginal y lo digo como buena lectora, que siempre busca voces nuevas, y como escritora". Sandoval Ordóñez, que vive ahora en Madrid, cuenta que la industria editorial colombiana "ha abierto más espacios a la poesía escrita por mujeres, quizá porque la consideran femenina, que a la narrativa". Su experiencia en España no es muy diferente: "Aquí, una voz nueva tiene dificultad para abrirse camino, más si no se escribe, como en mi caso, lo que el mercado quiere. ¿Y que quiere el mercado?, le pregunté a un editor experimentado. Historias como las de la crisis, me respondió. Sin palabras. Para ese tipo de historias vuelvo al periodismo que es mi cuna".
…Lucía Puenzo, Lena Yau, Ana Nuño, Alia Trabucco, Ángela Becerra, Andrea Maturana, Brenda Lozano, Mónica Lavín, Fietta Jarque...
Escribir, escribir. No cesan en su empeño, como cualquier escritor. La ruta de la uruguaya Claudia Amengual, autora de Cartagena (Alfaguara), es la búsqueda de superar desafíos estéticos en cada nueva obra. Insiste en que su condición de mujer nada tiene que ver con la calidad de esas obras, “aunque sí con una textura distinta que enriquece el universo literario en el que aún predominan los escritores”. Admite que es posible intentar una definición de literatura femenina y de literatura masculina, “pero desde una teoría seria y no con meros clichés de género”. Así es que mientras el tema no se aborde con esa seriedad, Amengual prefiere hablar de la calidad literaria “sin pensar en otras etiquetas reductoras”. Tiene la convicción de que la única y mejor manera de reivindicar sus derechos como escritora es comprometiéndose con su trabajo y con sus lectores: “Es decir: escribiendo”. Como los hombres.
...Carmen Boullosa, Inés Bortagaray, Lilián Pallarés, Jacinta Escudos, Dorelia Barahona, Teresa Dovalpage, Carolina Sborovsky, Inés Fernández Moreno, Dolly Mallet,

Wasap a una joven bloguera

Laura Restrepo
A Laura Quinceno, que en su blog me pregunta cómo pinta hoy el panorama para las mujeres escritoras.
Creo que bien, tocaya, siempre y cuando no incurras en uno de estos tres noes:
1. No pretender volverte rica con las letras. Ganarte el pan, sí, eso es otra cosa y es tu derecho elemental, como lo es para cualquier carpintero, dentista o astronauta.
2. No dejarte apabullar por el carrusel de los prestigios. La cultura que no tiene qué comer se alimenta de vanidad. Y del reciclaje de antiguos prestigios: tú, mi amigo, tú eres como Kafka. Gracias, gracias, pero ¿tú? Tú, en cambio, eres como Joyce. Y este que ahora publicamos, este es de la altura de Faulkner. ¡Y miren este nuevo Proust en el cielo de los suplementos culturales! Y así va pasando la pelota, como en el fútbol de las grandes ligas: entre varones.
3. No apostar a los premios, que hoy por hoy no significan mucho. Han proliferado tanto, que los entregan más fácilmente que las tarjetas de crédito. A estas alturas hay más premios literarios que escritores, y lo que es más grave, parece haber más escritores que lectores.
Laura Restrepo es escritora colombiana, autora de Hot Sur (Planeta) y Delirio (Alfaguara).

La multitud errante

LA MULTITUD ERRANTE (En papel)
ISBN 9788433968395

LAURA RESTREPO , ANAGRAMA, 2003

(1  valoración )
Datos del libro
  • Nº de páginas: 129 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: ANAGRAMA
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788433968395
  • 3725 libro de Narrativa hispanoamericana
Resumen del libro
¿Cómo puedo yo decirle que nunca la va a encontrar, si ha gastado la vida buscándola? Es el interrogante del cual arranca Laura Restrepo en esta novela -periodismo de los sueños o reportaje alucinado- sobre el peregrinaje y la búsqueda, eterna cadena a la cual la autora se atreve a añadirle un nuevo eslabón: la sobrecogedora posibilidad del encuentro. En un albergue para caminantes, en el último rincón del planeta, se anuda un intenso triángulo de pasiones contenidas entre una mujer desaparecida en los tráfagos de la guerra, un hombre que por amor se dedica a buscarla y una extranjera, vinculada a algún organismo de derechos humanos, que a medida que lo ayuda a buscarla se va acercando cada vez más a él. Sobre el telón de fondo se deslizan en procesión fantasmagórica los millones de seres humanos que en su desplazamiento forzado protagonizan el más grande de los dramas del mundo contemporáneo, pero que además son, desde tiempos inmemoriales, la temeraria avanzada de cada nueva civilización que se asienta sobre el planeta.


La multitud errante

sábado, 26 de marzo de 2016

Cinem educación y transformación social en Árica






Publicado el 19 mar. 2014
La llegada del cine a África se produce de manera simultánea al instante de consumación de la colonización europea del continente: el reparto de África entre las mayores potencias coloniales occidentales en la Conferencia de Berlín de 1884-1885. El lenguaje universal del nuevo medio resulta idóneo para educar y civilizar a unas poblaciones en su mayor parte analfabetas y con una multitud de lenguas maternas. Desde fechas tempranas, el cine será empleado por las instituciones coloniales y por misioneros de credos diversos en su "misión civilizadora" y de progreso. De manera paralela, las películas producidas en territorios africanos para el público extranjero muestran la realidad del continente y de sus gentes siguiendo un planteamiento etnográfico, exótico y paternalista.
Cuando, en la década de los sesenta del siglo XX, nacen los cines africanos per se (películas realizadas por africanos en África sobre temas y realidades africanas) su idoneidad como instrumento de educación de la población local y medio de representación de las historias silenciadas por el discurso oficial de los colonizadores es incuestionable. Este doble proceso de educación para nativos y extranjeros caracteriza a buena parte de las películas de África hasta la actualidad, convirtiéndose en una peculiaridad que las diferencia de otras cinematografías centradas en mayor medida en el entretenimiento (Hollywood, Bollywood y el cine asiático, entre otros).
Los cines africanos, íntimamente ligados a los procesos de liberación e independencias nacionales, surgen en el clima internacional de las "Nuevas Olas" cinematográficas, del "Tercer cine" latinoamericano y de la Guerra Fría, aspectos que influyen notablemente en los temas tratados, en los géneros elegidos y en su forma y narración fílmicas.
Hasta los años 80, dentro del ambiente revolucionario de mediados del siglo pasado, una facción importante del cine en África clamaba por convertirse en esa "escuela de noche" por la que apostaba el senegalés Sèmbene Ousman (el "padre del cine africano") y que se encargaría de tomar el relevo a la literatura y a los intelectuales en la labor de educar a sus conciudadanos. Hasta los años 90, un gran número de películas africanas se centraron en la creación de un discurso alternativo al occidental con una fuerte carga político-ideológica de izquierdas. Hoy en día, si bien el documental sigue realizando esta labor educativa e informativa y existe un grupo de cineastas que confían en el cine como medio idóneo de cambio y transformación social (con Abderrahmane Sissako, Med Hondo, Haile Gerima, Raoul Peck y Jean-Marie Teno a la cabeza, a los que se unen jóvenes directores del Magreb y el Máshreq), estamos asistiendo a un cambio desde la ficción, con películas donde prima el disfrute del público y la experimentación formal, en las que la ideología progresista es inexistente o apenas visible, y cuyo blanco es el público internacional. Frente a esta tendencia se posiciona la industria del video de Nigeria (Nollywood) la cual, bajo su apariencia de mero entretenimiento, esconde un claro interés moralizador y educativo para su creciente y dilatada audiencia.
Estos y otros aspectos son los abordados, a través del cine, en la conferencia titulada «Cine, educación y transformación social en África», impartida por Beatriz Leal Riesco, del African Film Festival NY Inc. (New York, USA), de la Universidad de Vic (Barcelona, España), desarrollada el día 26 de febrero de 2014 en el Salón de Actos de la Facultad de Educación de Palencia (Universidad de Valladolid), enmarcada en el III Seminario de Pedagogía de Ágora de Educación (octubre de 2013 -- mayo de 2014), que lleva por lema Democracia, desarrollo y educación.
Más información en la web de Ágora de Educación -- Seminario de Pedagogía: http://seda21.wordpress.com

La flor púrpura


 megustaleer - La flor púrpura - Chimamanda Ngozi Adichie

La flor púrpura


LITERATURA RANDOM HOUSE, Febrero 2016
La sorprendente primera novela de Chimamanda Ngozi Adichie, ganadora del Commonwealth Writers' Prize como Best First Book. Una conmovedora historia sobre una virulenta relación familiar ambientada en un África de conflictos políticos y sociales.
Comprar en:

Sinopsis

La joven Kambili, de quince años, y su hermano mayor Jaja llevan una vida privilegiada en la ciudad de Enugu. Viven en una hermosa casa y frecuentan un elitista colegio religioso, pero su vida familiar dista mucho de ser armoniosa. Su padre, un poderoso y respetado hombre de negocios, es un fanático católico que alienta expectativas de cariño imposibles de cumplir. Cuando los jóvenes visitan durante unos días a la cariñosa y atrevida tía
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Ficha técnica

  • Título: La flor púrpura
  • Autor (es): Chimamanda Ngozi Adichie
  • Traductor:  
  • Sello: LITERATURA RANDOM HOUSE
  • Precio sin IVA: 5.78 €
  • Precio con IVA: 6.99 €
  • Fecha publicación: 02/2016
  • Idioma: Español
  • Formato, páginas: E-BOOK EPUB, 336
  • Medidas: 125 X 190 mm
  • ISBN: 9788439731566
  • EAN:  
  • Temáticas: Contemporánea, Novela histórica
  • Colección: Literatura Random House
  • Edad recomendada: Adultos

Escritora nigeriana




Cómo irse y volver a casa

Entrevista. En “Americanah”, premiada y traducida a 25 idiomas, Chimamanda Ngozi Adichie recrea la experiencia de los africanos en los Estados Unidos.


Americanah , tercera novela de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, cuenta la historia de Ifemelu: una joven de clase media que deja su Lagos natal para estudiar en Filadelfia, a un universo étnico, cultural y político de distancia. Después de algún tiempo de esforzada adaptación, abre un blog para volcar sus percepciones y perplejidades, al que titula Raza o Diversas observaciones acerca de los negros estadounidenses (antes denigrados con otra clase de apelativos) a cargo de una negra no estadounidense. El blog pronto explota de visitas y comentarios. En una entrada escribe: “Muchos negros estadounidenses dicen con orgullo que tienen algo de ‘indio’. Lo cual significa: Gracias a Dios no somos negros de pura sangre. Lo cual significa que no son demasiado morenos. (Para aclararlo, cuando los blancos dicen ‘moreno’, se refieren a los griegos o italianos, pero cuando los negros dicen ‘moreno’, se refieren a Grace Jones). A los hombres negros estadounidenses les gusta que sus mujeres negras tengan una parte exótica; por ejemplo, que sean medio chinas o que tengan un toque de cheroki. Les gusta que sus mujeres sean claras (…) Estas estupideces también se dan en nuestros países caribeños y africanos. No tanto como entre los negros estadounidenses, dirán. Puede ser. Aún así, se da. ¿Qué me dicen de los etíopes que piensan que no son tan negros? ¿Y de los habitantes de las islas caribeñas menores deseosos de afirmar que su ascendencia es ‘mixta’? Pero no nos perdamos en digresiones. El caso es que la piel clara se valora mucho en la comunidad de negros estadounidenses…” En otra entrada, se lee: “En Estados Unidos, el tribalismo sigue vivo y muy vivo. Existen cuatro variedades: clase, ideología, región y raza. Primero, la clase. Muy sencillo. Ricos y pobres. Segundo, la ideología. Progresistas y conservadores. No sólo disienten en cuestiones políticas, sino que cada bando cree que el otro es malo. Se desaconseja el matrimonio mixto y en las raras ocasiones en que se produce se considera un hecho atípico. Tercero, la región. El Norte y el Sur. Los dos lados se enzarzaron en una guerra civil, y quedan aún manchas resistentes de esa guerra. El norte mira por encima del hombro al Sur, en tanto que el Sur guarda rencor al Norte. Por último, la raza. Hay una jerarquía racial en Estados Unidos. Los blancos están siempre en lo alto, concretamente los blancos anglosajones protestantes, y los negros estadounidenses están siempre en lo más bajo, y lo que queda en medio depende del momento y el lugar”.
Ese es el tono de Ifemelu, que es también el tono de su creadora, quien impresionó con su primera novela, La flor púrpura , publicada en 2003. Pero fue con su segunda obra, Medio sol amarillo , sobre la Guerra de Biafra y sus secuelas, que descolló como verdadera renovación de la literatura nigeriana, muy prolífica, pero sin voces demasiado novedosas desde el fin de su última dictadura militar en 1998. Sin ser una obra autobiográfica, Adichie aprovechó buena parte de sus experiencias personales como inmigrante en los EE.UU. para escribir Americanah . Con sutileza y humor, dibuja las tensiones no sólo entre estadounidenses y nigerianos, sino entre africanos y afro-estadounidenses, entre “más claros” y “más oscuros”, entre extranjeros establecidos y extranjeros recién llegados y, también, entre lo que se espera de las mujeres en ambos países, y lo que en cualquier lugar se espera del amor. Traducida a veinticinco idiomas y ganadora del prestigioso National Book Critics Circle Award, la novela transcurre en Nigeria y los EE.UU., como la vida de Adichie, que cada año vive seis meses en Lagos y seis en Nueva York. Desde allí dialogó con Ñ.
–Por lo que se lee en “Americanah”, las experiencias de los africanos en Estados Unidos son parecidas a las experiencias de los latinoamericanos allí. ¿Existe algo así como una historia universal de la inmigración?

–No sé si tanto, pero hay similitudes en todas las historias de inmigrantes. A mí me interesa especialmente la sensación de desorientación; la manera específica en la que cada persona vive esa desorientación cuando llega a un país diferente.

–¿Sabía hacia dónde iba al empezar a escribir?
–No. Tenía una idea de lo que quería hacer, pero no sabía qué exactamente, y eso es lo que más disfruto al escribir ficción: entrar en la historia y dejarme llevar por ella. Con Americanah sabía que no solamente quería escribir acerca de mi experiencia en Estados Unidos, sino acerca de todas las maneras en las que Estados Unidos me resultó intensamente interesante. También quería escribir un libro que tratara no sólo de irse de casa, sino también de volver. Y quería escribir una historia de amor. Cuando me acercaba al desenlace y vi lo que estaba por pasar con esa historia de amor, tuve que forzar el final.
–¿Cómo es eso?]
–Tuve que intervenir y hacer que los personajes hicieran lo que yo quería que hicieran.
–¿Cómo fue recibido el libro en su país?
–Se volvió muy popular y eso me da mucha alegría. Para mí el parámetro de popularidad es la venta ambulante en el tránsito de Lagos. Los vendedores que van de auto en auto no suelen ofrecer novelas; venden biblias o libros de gestión empresarial, pero nunca literatura. Así que cada vez que me lo tratan de vender en un semáforo, me pongo muy contenta.
–¿Y en qué clave se lo ha leído mayormente? Porque puede leerse desde el desarraigo, la raza, el amor, el humor…
–Creo que muchos nigerianos lo leen de manera distinta a, por ejemplo, los estadounidenses. Los nigerianos no están muy interesados en el tema de la raza, y muchos de ellos, en especial los que nunca fueron a Estados Unidos, no entienden por qué tanto alboroto con la raza.
–Como dice Ifemelu: “no sabía que era negra hasta que fui a Estados Unidos”.
–Así es. En Nigeria muchos han leído Americanah más bien en términos de género. Algunas mujeres se enojaron porque les disgusta la idea de un personaje central que, según ellas, es una “destroza hogares”. Para mí es importante hablar de género y de las expectativas de género, y decir que mi novela no trata sobre personas que rompen matrimonios sino sobre personas que toman decisiones: la decisión de tener la vida que desean tener. En Nigeria se espera que las mujeres estén por siempre agradecidas por cosas que no esperamos que los hombres agradezcan.
–En una charla de TED habló de los peligros de “la historia única”: una visión estereotipada y falaz de la realidad. En esos términos, Africa es el continente de las guerras civiles, las hambrunas y poco más. ¿Cuál es la “historia única” que los africanos se han hecho de América Latina?
–No sé… Creo que si hay una, tendría que ver con el fútbol.
–¿América Latina como el “lugar del fútbol”?
–Sí: Maradona, Messi y fútbol.
–Usted da conferencias y charlas públicas con regularidad. ¿Cree que se la coloca en una posición de “vocera de Nigeria” o incluso de Africa?
–Sí, lo hacen. Lógicamente no puedo hablar en nombre de Nigeria, y no sólo porque muchos nigerianos no estén de acuerdo conmigo. Cuando venís de un país sobre el que no se sabe gran cosa, es fácil asumir que de alguna manera todos allí son iguales y opinan lo mismo. Yo siempre lo dejo en claro: no hablo en nombre de Nigeria, no existe forma de que pueda hacerlo. Y quienes quieren que hable en nombre de Africa..., me hace gracia; Africa es un lugar inmensamente diverso.
–Desde los años 70 se popularizó la expresión “afro-estadounidense” como reemplazo de “negro”. ¿Es corrección política o significa algo?
–Creo que sí significa algo, y creo que es una cuestión de etnicidad, no de raza. Si lo pensás, toda la población de Estados Unidos, salvo los indígenas nativos, tienen una identidad compuesta. Hay ítalo-estadounidenses, irlando-estadounidenses, etc. A los primeros negros que fueron traídos aquí se les negó esa pertenencia étnica; eran simplemente “negros”. Los afro-estadounidenses son un grupo étnico, de la misma manera en que los irlando-estadounidenses lo son. Irlandeses, italianos y escoceses son todos blancos, pero el Día de San Patricio es una festividad irlandesa, no “blanca”. Así que la denominación “afro-estadounidense” tiene sentido. El problema, desde luego, es creer que todos los negros que viven aquí son afro-estadounidenses. Ha habido mucha inmigración reciente de negros caribeños, africanos e ingleses; todos se ven parecidos, pero su historia es muy distinta.
–¿Los escritores deben tener una posición política?
–Si no tenés ninguna posición tomada, no hay nada de lo que se te pueda considerar responsable. La idea de que las artes y la política pueden escindirse no es algo en lo que esté de acuerdo. Si querés escribir sobre vidas humanas, no hay manera de que pierdas de vista que esas vidas están condicionadas por fuerzas políticas y sociales. Simular que eso no es así no me interesa en absoluto como lectora. Claro que lo contrario también ocurre: se escriben novelas demasiado ideologizadas, maniqueas, aleccionadoras. Tampoco me interesan; las encuentro extremadamente aburridas.
–¿Es cierto que usted no lee las críticas de sus libros?
–Sí.
–¿Por qué?
–Creo que son una distracción, absorben demasiada energía mental, y esto cuenta tanto para las malas críticas como para las buenas. A veces sé lo que se dice de mis libros porque la gente me lo comenta, pero me parece que es mejor no enterarse. Si alguien te elogia por algo en lo que no te considerás especialmente bueno, te vas a poner a pensar si sos bueno o no. Y si la crítica es mala, ni hablar. En fin, son una pérdida de tiempo: la vida es demasiado corta y yo quiero escribir mucho más.
–En América Latina leemos a los escritores de la región sólo cuando son publicados en España; es difícil descubrir a autores de países vecinos si no son publicados allá. ¿Cuál es la situación en Africa?
–La misma. Es triste pero no es sorprendente, teniendo en cuenta nuestra historia de colonización. En el caso de la literatura contemporánea africana, las cosas están mejorando un poco, porque han aparecido pequeñas editoriales independientes en lugares como Nigeria, Kenia, Ghana y Zimbabue. Pero es lo mismo: los africanos leen sobre todo a los escritores africanos publicados en Inglaterra.
–Salman Rushdie, Anita Desai, Tayeb Salih e infinidad de autores están catalogados dentro de la llamada literatura post-colonial. A usted también se la ha colocado allí. ¿Qué le parece?
–No me interesa para nada esa catalogación, estoy aburrida de la idea de lo post-colonial, ni siquiera sé qué significa. Es una categoría inventada por académicos y críticos. Yo no me meto en esa bolsa.
–¿La literatura sigue siendo el mejor camino para contar historias?
–Me dedico a ella así que mi opinión será parcial. Pero sí, creo que la literatura es la mejor manera que tenemos de contarnos historias, y sin duda la más importante. Hay otras, por supuesto. El cine es una, pero el problema del cine es que no necesariamente tiene esa capacidad de darle una segunda profundidad a las cosas que la literatura, por definición, tiene.
–¿Y qué opina de quienes vaticinan “el fin de la novela”?
–Que no pueden escribir una.

Maldito karma


David Safier

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©Hergen Schimpf

David Safier

Bremen, Alemania, 13 de Diciembre de 1966
Nació en Bremen en 1966. Se dio a conocer como guionista de series de televisión de éxito como Mein Leben und Ich («Mivida y yo»), Nikola y Berlin, Berlin. Ha sido galardonado con el Premio Grimme y el Premio TV en Alemania, y con un Emmy en Estados Unidos. Vive y trabaja en Bremen. Maldito karma (Seix Barral, 2009), su primera novela, ha sido un éxito internacional en todo el mundo y lleva más de treinta ediciones en español. Jesús me quiere (Seix Barral, 2010) y Yo, mi, me... contigo (Seix Barral, 2011) lo han confirmado como uno de los autores más divertidos y alentadores del panorama literario actual: «Ni Platón ni Prozac: David Safier propone carcajadas para los malos tiempos», La Vanguardia. Sus novelas han vendido tres millones de ejemplares en Alemania y están en vías de publicación en veintinueve países. En reconocimiento a su éxito en España, los libreros de Bilbao le han otorgado la Pluma de Plata. Una familia feliz (Seix Barral, 2012) será convertida próximamente en una película de animación.


Más maldito karma

Bestseller

Más maldito karma


Vuelve el fenómeno que ha hecho reír a millones de lectores.
Más risas, más vidas, más emoción… Más Safier con Más maldito karma.
Sinopsis de Más maldito karma:
Daisy Becker es una actriz de segunda totalmente caótica: bebe, fuma y roba a sus compañeros de piso. A sus veintipocos años tendrá un accidente de tráfico con Steve Barton, una arrogante estrella de Hollywood que está en Berlín rodando la nueva película de James Bond. Una vez muertos, Buda les dice que en sus vidas han juntado demasiado mal karma, y ambos se reencarnan en hormigas. Pero ninguno de los dos tiene muchas ganas de ir a la guerra como soldados-hormiga. Además se enteran de que el mejor amigo de Daisy, del que ella está enamorada, y la mujer de Steve salen juntos. ¿Qué pueden hacer? Ir en busca del buen karma y subir los peldaños de la escalera de la reencarnación hasta volver a ser humanos. Pero no es tan sencillo, pues Daisy y Steve no se soportan y están constantemente echándose la culpa del accidente el uno al otro. Y todavía todo se vuelve más difícil cuando parece que se empiezan a enamorar...


El elefante desaparece


"El elefante desaparece", un nuevo libro de Haruki Murakami

martes, 9 de febrero de 2016
El 1 de Marzo de 2016 la editorial Tusquets publicará en su colección Andanzas una nueva obra del escritor japonés Haruki Murakami que todavía no había sido editada en castellano. Se trata de "El elefante desaparece", una colección de 17 relatos.
Relatos surrealistas conectados con otras realidades. Universos oníricos, historias que sólo pueden ser posibles en un plano de consciencia alternativo. Cuentos donde realidad y ficción se dan la mano atravesando la delgada línea que separa ambos mundos. Murakami en pequeñas dosis y en estado puro. De este modo podría definirse "El elefante desaparece", un volumen que recoge 17 cuentos del escritor oriental contemporáneo más leído en Occidente. Historias que, aunque aparentemente no tienen nada en común, comparten la actitud esperanzada de los protagonistas, confiando en que el azar o el destino (conceptos que, según la perspectiva, tan pronto pueden resultar opuestos como idénticos) actúe y ponga las cosas en su lugar.

Un pirómano que confiesa su delito. Una pareja de recién casados que aprovecha la oscuridad de la noche para atracar un McDonald´s. Un enano diabólico y danzarín. Un abogado sin trabajo al que su esposa ha ordenado encontrar a su gato extraviado. Un hombre al que obsesiona la extraña desaparición de un elefante que se encontraba en un zoológico. Estas son algunas de las historias, tan cotidianas como insólitas, que Murakami narra en esta obra.

El autor nacido en Tokio Haruki Murakami está considerado uno de los grandes escritores de la literatura posmoderna. Posee galardones como el premio Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Frank O’Connor, el Franz Kafka y el Jerusalem Prize. Su nombre se ha convertido en una constante cuando se barajan año tras año escritores con posibilidades de obtener el Premio Nobel de Literatura. Entre sus obras figuran títulos como "Los años de peregrinación del chico sin color", "Baila, baila, baila", "After dark", "De qué hablo cuando hablo de correr", "Tokio blues", "Kafka en la orilla", "Al sur de la frontera, al oeste del sol" y "1Q84".
Haruki Murakami
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EL NIÑO DORMIDO


Esta película de la directora marroquí Yasmine Kassari, bucea en el particular universo de las aldeas bereberes del sur de Marruecos. Y lo hace a través de las que son sin duda sus principales protagonistas, las mujeres. Unas mujeres que se enfrentan solas, los hombres han emigrado, a una existencia plagada de dudas. Dudas en lo material, viven en un medio donde subsistir es todo un reto, pero sobre todo en lo personal, aceptar lo que la sociedad espera de ti o lo que el corazón y los nuevos tiempos te impulsan a hacer.

Es una película que a los ojos occidentales puede parecer dura y difícil de entender. Para no caer en juicios apresurados, hay que hacer un esfuerzo y no perder de vista el entorno económico y sobre todo cultural en el que se desarrolla.
Hasta donde yo llego, refleja la idiosincrasia de las aldeas rurales de una forma extraordinaria.

viernes, 11 de marzo de 2016

martes, 8 de marzo de 2016

10 peliculas africanas dirijidas por mujeres


10 películas imprescindibles dirigidas por mujeres africanas

portada
Hoy queremos celebrar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con una recomendación de 10 obras cinematográficas dirigidas por mujeres africanas que a nuestro juicio son fundamentales tanto para la historia del cine africano como para conocer el trabajo de algunas de las autoras más destacadas del continente. Incluimos algunos títulos históricos e incluso fundadores del cine en África como Sambizanga de Sarah Maldoror, que fue una de las primeras obras cinematográficas realizadas en Angola o La Zerda ou les chants de l’oublie de la recién fallecida Assia Djebar, más conocida por su labor literaria, pero que destacó en el ámbito cinematográfico incluso ganando el Premio a Mejor Película en el Festival de Berlín de 1983. Tampoco dejamos escapar obras de directoras de otra generación más reciente como Raja Amari de Túnez o Leila Kilani de Marruecos, que evocan las ansias de libertad de las mujeres del norte de África. Otras voces buscan respuestas en el eco de la memoria histórica como Anne-Laure Folly de Togo, Osvalde Lewat de Camerún o Narimane Mari de Argelia. También hay lugar para la reflexión sobre el cine, como hace Mati Diop homenajeando a su tío abuelo Djibril Diop Mambéty, uno de los nombres más importantes de la historia del cine africano.
Pasen y vean. La variedad está servida en esta selección de 10 películas que hemos ido proyectado durante los 12 años de existencia del Festival de Cine Africano (FCAT). Ni que decir tiene que son muchas más las cineastas africanas con talento que os invitamos a descubrir.

SAMBIZANGA de Sarah Maldoror, Angola, 1972

sambizanga
Sambizanga es el nombre de un barrio obrero de Luanda donde estaba la cárcel portuguesa en la que fueron encerrados, torturados y asesinados numerosos militantes angoleños. El 4 de febrero de 1961, el MPLA atacó la prisión. La película empieza con la detención del líder revolucionario Domingos Xavier por oficiales portugueses. Le llevan a la cárcel de Sambizanga donde será torturado hasta la muerte si no delata a sus compañeros disidentes. La película sigue a María, la mujer de Domingos Xavier, que va de prisión en prisión en un intento por saber qué ha sido de su marido.

LA ZERDA OU LES CHANTS DE L’OUBLI, Assia Djébar, Argelia, 1982

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“La Nouba des femmes du Mont Chenoua” (1978) es una exploración del tiempo y de la memoria colectiva de las mujeres de las zonas rurales, guardianas de la tradición, estructurada como una “nuba”, esa forma musical arabo-andaluza, con el vaivén de las voces, de los gritos, los susurros y los cantos de las mujeres que se hacen eco en las calles árabes. Fue premiada como mejor película histórica en el festival de Berlín de 1983. Se trata de una reflexión sobre la representación visual del Magreb durante la colonización a través de un montaje realizado a partir de imágenes de archivo sobre el Magreb colonial, imágenes exóticas filmadas por las fuerzas coloniales que contrastan con la realidad vivida por las poblaciones autóctonas, evocada en la banda sonora.
Película completa: https://www.youtube.com/watch?v=aaQHF7GZHv8

LES OUBLIÉES, Anne-Laure Folly, Togo, 1996

LesOubliées_AnneLaureFolly
Este documental se ocupa de las víctimas de la guerra que durante 30 años sufrió Angola, primero como conflicto colonial y posteriormente como guerra civil. Con él se intenta explicar el impacto de todo ello tuvo en la sociedad de Luanda.

SATIN ROUGE, Raja Amari, Túnez, 2002

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Lilia es una viuda aún joven que vive con su hija adolescente Salma. Su existencia es enteramente normal, hasta el momento en que, al intentar proteger a su hija, quien mantiene un romance con un músico de cabaret, descubre la vida nocturna en dichos lugares. Allí, un atrayente e inquietante mundo nuevo, lleno de placeres desconocidos, se abre ante la protagonista, quien descubre en ese ámbito, además de la amistad, su gran talento para la danza, a través de la cual recupera su sexualidad reprimida ante la presión social. Así, Lilia pasa de madre ejemplar a deseada mujer de la noche, aunque eso signifique competir con Salma por el amor del mismo hombre.

L’ENFANT ENDORMI, Yamsine Kassari, Marruecos, 2004

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En un pueblecito del noreste de Marruecos, la boda de Zeinab se parece poco a una celebración ya que su esposo ha decidido marcharse, con unos cuantos más, el día siguiente para entrar clandestinamente en España. No les queda ninguna posibilidad en el pueblo. Unas semanas después, Zeinab se da cuenta de que está embarazada. Decidida a esperar a su marido y presionada por su suegra, decide adormecer al feto. Pero el tiempo pasa y la esperanza del regreso se hace más tenue…
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=g6hAj-gr62Q

LA NUIT DE LA VÉRITÉ, Fanta Régina Nacro, Burkina Faso, 2004

Edna
Un país imaginario en el África negra. Después de diez años de sangrientos enfrentamientos étnicos, los nayaks, etnia del presidente, y los bonandés, rebeldes liderados por el coronel Théo, están a punto de firmar la paz. El coronel organiza una fiesta de reconciliación a la que asistirán el presidente y su esposa, pero esta no olvida que su hijo mayor murió a manos de los rebeldes. Durante la noche, las heridas vuelven a abrirse, los conflictos renacen entre las sombras. Todo pende de un hilo. La tensión sube y la reconciliación parece abocada al fracaso. Sin embargo, en medio de la confusión, algunos consiguen detener la rueda del odio, dejando abierta la puerta a la esperanza de una paz duradera.
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=XPQtjq9eM4M

AFFAIRE DE NÈGRES, Osvalde Lewat, Camerún, 2006

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En marzo de 2000, el Presidente de la República de Camerún instituye un “comando operacional” para luchar contra el bandidaje en la región de Douala. El comando procede a hacer redadas que provocan la desaparición o la muerte de mil seiscientas personas. Un año más tarde, desaparecen nueve jóvenes. El caso llega a manos del alto comisario para los Derechos Humanos de Naciones Unidas. Los autores de las redadas son juzgados como responsables, pero los procedimientos legales no llegan a buen término. Las familias de las víctimas viven entre el deseo de justicia y la presión para que los crímenes no desaparezcan nunca de la memoria colectiva.

SUR LA PLANCHE, Leïla Kilani, Marruecos, 2011

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“No robo, me reembolso. No trafico, comercio. No miento, ya soy lo que seré. Me he adelantado a la verdad, a mi verdad”. En Tánger, Badia lucha para salir de la conservera de gambas donde trabaja. Con sus tres compañeras de infortunio, Imane, Nawal y Asma, vive a un ritmo desenfrenado: de día trabajan y de noche se buscan chanchullos con la libertad y la energía de quien no quiere rendirse.
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=uFSRZMNojqI

LOUBIA HAMRA, Narimane Mari, Argelia, 2013

9_-Loubia-HamraDiecisiete niños se hacen con todo lo que no se mueve entre gestos y gritos, magníficos héroes de una guerra que no se escribió. Mientras el ejército francés ametralla a la OAS, los niños saquean al ejército francés: aceite, chocolate, sémola, azúcar…

MILLE SOLEILS, Mati Diop, Senegal, 2013

10. MILLE SOLEILS,
En 1972, Djibril Diop Mambéty rodó Touki Bouki. Mory y Anta se aman. Los dos jóvenes amantes comparten el mismo sueño, dejar Dakar por París. Cuando llega el momento, Anta sube al barco, pero Mory se queda solo en el muelle, incapaz de abandonar su tierra. Han transcurrido 40 años y Mil soles investiga la herencia personal y universal que dejó Touki Bouki. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? Magaye Nang, el protagonista de la película, no ha salido de Dakar. El viejo vaquero se pregunta ahora qué fue de su amor de juventud.
Historias de familia, de exilio y de cine pasan de la esfera íntima a la del mito.
Trailer: https://vimeo.com/89437102

Difret

Difret


Difret
Interesante
6,1
283
votos
Título original
Difret
Año
Duración
99 min.
País
 Etiopía
Director
Guión
Zeresenay Mehari
Música
David Schommer, David Eggar
Fotografía
Monika Lenczewska
Reparto
Meron Getnet, Tizita Hagere, Haregewine Assefa, Brook Sheferaw, Mekonen Laeake, Meaza Tekle
Productora
Haile Addis Pictures
Género
Drama | Drama social. Drama judicial. Crimen. Basado en hechos reales
Sinopsis
En Addis Abeba, la abogada Meaza Ashenafi ha creado una red de ayuda a mujeres y niños pobres que necesiten la ayuda de un letrado. Se enfrenta a un hostigamiento constante por parte de la Policía y del Gobierno. Aun así, se atreve a defender a Hirut, una chica de 14 años a la que secuestraron y violaron cuando regresaba del colegio y que consiguió matar a sus raptores antes de escapar. A pesar de haber actuado en defensa propia, Hirut puede ser condenada a la pena de muerte. (FILMAFFINITY)
Premios
2014: Festival de Sundance: Premio del Público (Mejor film internacional)
2014: Festival de Berlín: Premio del Público (Sección Panorama)
Críticas

Difret

vete y vive


Etiopia


domingo, 6 de marzo de 2016

El abrazo de la serpiente


Cortos del festival francés Clemont Ferrand en Oviedo

Lab in Oviedo

Thursday 3rd March at 6p.m.
Teatro Filarmonica
Calle Mendizabal, 3
Saco - Oviedo (Spain)


Films

il Capo

Yuri Ancarani / Italy/ 2010/ Documentary/Experimental/ 15'00/ 35 mm
  Grand Prix (2012)


In a marble quarry, the chief coordinates and guides quarrymen and heavy-duty machines using a language consisting solely of gestures and signs.
Teaser

Habana

Edouard Salier / France/ 2013/ Fiction/ 22'00/ DCP
In a near future the city of Havana is occupied by foreign troops. A guided tour with Lazaro, a kid from the ghetto, reveals the chaos that reins within the capital.

Beauty

Rino Stefano Tagliafierro / Italy/ 2014/ Animation/Experimental/ 09'49/ AppleProRes422 HQ/LT
A short story on the most important emotions in life, from birth to death, love and sexuality through pain and fear. It is a tribute to art and life - and their disarming beauty.

The Pub

Joseph Pierce / United Kingdom, England/ 2012/ Animation/Fiction/ 06'50/ Digital Betacam
A day in the life of a North London pub.
Critique de Format court

Port Nasty

Rob Zywietz / United Kingdom, England/ 2014/ Animation/ 10'45/ AppleProRes422 HQ/LT
At the edge of the world, death lies in wait between every crack of ice and sheet of snow. In spite of this, a small, forgotten port town fights through the darkness to survive. In the midst of this world where every person and every action must be held accountable, a...
Interview vidéo du réalisateur / Interview (video) with the director (FR/EN)

Blood Brothers

Marco Espirito Santo , Miguel Coimbra / Portugal/ 2014/ Documentary/Experimental/ 06'21/ AppleProRes422 HQ/LT
One night in the life of the Forcados Amadores de Montemor, a bullfighting suicide squad in Portugal. Returning to the biggest arena for the first time without their fallen leader, they must channel his invincible spirit.

Symphony no. 42

Reka Bucsi / Hungary/ 2014/ Animation/ 09'33/ DCP
A film with an unconventional narrative presenting a subjective world in 47 scenes. Small events, interlaced by associations, express the irrational coherence of our surroundings. The surreal situations are based on the interactions of humans and nature.