sábado, 10 de septiembre de 2016

Marcel Marceau

Frases de Marcel Marceau

Soy un artista muy sensible.

Lo que enseño es la aventura del silencio.

Nunca hagas hablar a un mimo. No se detendrá.

La música transmite estados de ánimo e imágenes.

El mimo hace visible lo invisible e invisible lo visible.

El camino más corto que separa al sueño de la realidad es el arte.
El silencio es infinito como el movimiento, no tiene límites. Para mí, los límites los pone la palabra.

El mimo es el arte de la actitud, en eso se parece a la escultura, ambas revelan al hombre en su actitud.

El hombre moderno se rodea de infinitas posibilidades de comunicación y, paradójicamente, es lo que siempre le falta.

Música y silencio... Combinan fuertemente porque la música se hace con el silencio, y el silencio está lleno de música.

Si las palabras crean una imagen en nuestra mente, nuestro objetivo es recrear y, mejor aún, sugerir con nuestro cuerpo esa imagen.

Uno tiene derecho a ser integrista, a creer profundamente en sus ideas. Pero el fanatismo es peligroso, porque elimina al disidente.

Para mí la política no es un partido, sino una forma de revelación de la vida social, de la miseria, de la riqueza, la felicidad, la tristeza.

El silencio no existe... En el escenario habla mi alma, y ese respeto al silencio es capaz de tocar a la gente, más profundamente que cualquier palabra.

[Sobre la Segunda Guerra Mundial] La devastadora historia del intento por destruir a un pueblo entero, por una nación, Alemania, que se pretendía civilizada.

En el gesto hay la misma intensidad poética y simbólica que en el poema. La percepción del gesto puede dar un lirismo parecido a la música o parecido a la resonancia del verso.

Quiero enseñar a las nuevas generaciones que vienen a verme por primera vez en qué consiste el arte de la pantomima. A los jóvenes hay que hacerles comprender qué es el silencio.

El mimo requiere saber algo de Einstein, de física. Pero también tiene de metafísica: llego a sentir que me transformo en pájaro y que paso de la vejez a la juventud al interpretarlas.

[¿Con el silencio se dicen menos tonterías?] Se dicen sólo las esenciales.

Los actores, igual que los periodistas, somos los historiadores del ahora.

¿Acaso los momentos más conmovedores de nuestra vida no nos encuentran sin palabras?

Desafortunadamente nunca podremos destruir al mal, pero el bien existe y debe madurar.

Nada es concebible en el mundo sin el amor, que es verdaderamente el comienzo de la razón.

Ningún arte es superior a otra, sino que cada arte indaga en la experiencia y la perfección.

Una vez le pregunté a un bailarín famoso: " ¿Cómo me puedes llegar a emocionar tanto con ese zapateo y esas palmas? ". Me respondió: "Y tú, ¿Cómo me puedes emocionar tanto con tu silencio? ".

El mimo es teatro profundo responsabilizando al cuerpo y al movimiento a una máxima dificultad para hacer visible lo invisible. El mimodrama es gramática y lenguaje en el silencio de los mimos.

Sin el amor, el ser humano no puede sentir la necesidad de crear. La base de la creación parte del amor, de la necesidad de amar, de compartir, de comunicar, y es por el amor que hemos creado el teatro.

La gente que volvía de los campos de concentración no podía hablar, no sabía cómo contar. Yo me llamo Mangel y tengo origen judío. Tal vez eso haya influido inconscientemente en mi elección del silencio.

Hay de los que poseen una pasión por matar, por delinquir, hay pasiones negativas por la guerra y una pasión de hacer la guerra para obtener la paz. La mía es traducir los sentimientos del hombre; es decir, hacer arte.

La juventud es apariencia. Cuando se es joven se es bello, pero el alma se construye con la experiencia de una vida. Se puede envejecer mal estando harto de todo, y se puede envejecer bien aprovechando al máximo esa experiencia.

Muchos me preguntan si he pensado en retirarme. Me pregunto si estarían contentos si desapareciera. Continúo porque sigo teniendo energía, pero, cuando sienta que ella declina, haré mi última representación. Prefiero morir de pie que de rodillas.

La palabra es necesaria también, porque crea la comprensión. Al principio me preguntaban si era bailarín, y cuando decía que hacía mimo con mi cuerpo no sabían qué era eso. Hoy el público entiende muy bien el silencio, y se integra en él como en la música o en la palabra.

La mayor parte de la vieja tradición del mimo se había perdido y yo tuve que reinventarla. (...) Mi aportación ha sido crear un arte nuevo de un arte antiguo. Piense que Decroux ideó 30 posiciones para las manos -en comparación, los mudra, los gestos de la danza india, son 40- y yo añadí 200 más.

En un mimodrama no podemos tener un tren pero podemos imitar el paso de un tren; es un juego constante entre lo visible y lo no visible. Y cuando estoy solo en escena hay una especie de magia porque el público ve aparecer a los personajes. Si no logramos transmitir esta magia, el público no lo puede ver.




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