lunes, 24 de marzo de 2014

Cantantes africanas que rompen moldes

Ellas han abierto caminos, han ido a contracorriente a la hora de contar historias cotidianas, describir la sociedad que les rodea, criticarla, analizarla y proponer un nuevo rol de la mujer

Muchas son ejemplo de lo que predican, y se han convertido en iconos y referentes para las generaciones actuales y futuras del continente

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Bi Kidude, el alma del festival Sauti za Busara de Zanzíbar. / BUSARA MUSIC
Son pioneras, activistas y feministas africanas que aspiran a cambiar su entorno con la música. Luchan contra las tradiciones, los roles y costumbres, la pobreza y aquellas formas de racismo que las castigan. Así son las grandes referentes de la música africana; mujeres que abren caminos, rompen moldes y deciden ir a contracorriente para contar historias cotidianas, describir la sociedad que les rodea, criticarla, analizarla y proponer una mujer más valiente y luchadora. Muchas son ejemplo de lo que predican, y se han convertido en iconos y referentes para las generaciones actuales y futuras de mujeres del continente. Aquí hacemos un repaso por estas grandes damas de la música, algunas ya se fueron, otras siguen “al pie del cañón”.
Fatuma binti Baraka, Bi Kidude (Tanzania, 1910 –sin confirmar–, 2013)
Cuando a principios del siglo pasado las mujeres cantaban con velo en Zanzíbar, ella se atrevió a quitárselo y cuestionó la sociedad donde vivía. Su vehículo de expresión fue la música taarab y unyago, los sonidos tradicionales de la isla que tanto le apasionaba. Su música fue merecedora de premios internacionales y considerada Patrimonio Nacional, y con el tiempo llegó a convertirse en toda una leyenda en Tanzania. Los que la conocieron destacan su ingenio, fortaleza y extravagancia, tanto dentro como fuera del escenario, así como su fuerte personalidad que la llevaría abandonar a dos maridos, fumar "como un carretero" y beber "como una esponja".
Alfride M'Pongo Landu, M'Pongo Love (República Democrática del Congo 1956-1990)
Aunque hayan pasado más de 20 años de su muerte sigue siendo considerada la representante del soukous y la música congoleña moderna, junto a su compatriota Abeti Masikini. Destacó por ser una mujer con espíritu empresarial que vivió a contracorriente en una industria musical dominada por los hombres. Su belleza y voz portentosa se impusieron a su discapacidad parcial en las piernas, y le permitieron cosechar grandes éxitos en su corta vida. Hoy es toda una leyenda cuyo trabajo ha sonado por todos los rincones de África, y continúa siendo un referente para los amantes del soukous del mundo entero.
Cheikha Remitti (Argelia, 1923-2006)
Su talento y personalidad excéntrica empezaron a despuntar en su primera adolescencia. Ya para entonces cantaba raï, bailaba y componía canciones que describían la lucha de los argelinos pobres para sobrevivir, el amor, la amistad, los placeres del sexo o las experiencias de la guerra. Canciones que solo eran interpretadas de forma privada en bodas, ya que se consideraban demasiado crudas para los eventos formales. Años más tarde, Remitti se atrevió a cantarlas públicamente y durante la Segunda Guerra Mundial llegaría a ser muy conocida a través del boca a boca. Tras la independencia de Argelia (1962) el gobierno prohibió que su música fuera reproducida en radio y televisión, lo que hizo que aumentara su popularidad entre la clase trabajadora, hasta el día de su muerte.
Miriam Makeba (Sudáfrica, 1932-2008)
Aunque su canción Pata pata figure entre los grandes éxitos de la música africana de la segunda mitad del siglo pasado, pocos saben que esta Mama África llegó a ser una figura clave en el desarrollo musical y social del continente. Además de ser una precursora en la mezcla del jazz con ritmos sudafricanos tradicionales, se erigió como una de las principales figuras en la lucha contra el apartheid y en la defensa de los derechos civiles, por lo que tuvo que vivir en el exilio durante más de tres décadas. Su trayectoria vital merece sin duda un sitio de honor entre las pioneras y activistas de la música africana.
Hasna El Becharia (Argelia, 1950)
La rockera del desierto o la poeta del gnawa, así llaman a esta luchadora que se atrevió a aprender a tocar el guembri a escondidas, un instrumento de cuerda reservado en Argelia solo para los hombres. Hasna es una de esas mujeres con una necesidad innata de nadar a contracorriente, y defiende con su música y actitud valiente los derechos de las mujeres, lo que la ha convertido en un símbolo de liberación para la población femenina en su país. Su música de influencia gnawi es definida a menudo como un viaje hipnótico por los ritmos del desierto.
Malouma (Mauritania,1960)
Pocas mujeres pueden presumir de tener una herencia griot, de haber desarrollado un estilo propio mezclando guitarras eléctricas con instrumentos ancestrales como la guitarra tidinit, y de ser pioneras en la introducción de la música moderna en su país. Malouma puede hacerlo, pero no se conforma con eso. También milita políticamente utilizando su música, es portavoz de los derechos de las mujeres y no se corta un pelo cuando tiene que criticar las políticas del gobierno de su país o el orden social tradicional. Por este compromiso, el de promover la justicia e igualdad en Mauritania, es considerada como “la cantante del pueblo” y un ejemplo a seguir para muchos conciudadanos.
Oumou Sangaré (Mali, 1968)
Cuando canta, inspira. Esta peculiar característica que todos reconocen al Ruiseñor de Malí la ha llevado a estar considerada como una las divas de la canción africana contemporánea. Su música es una combinación de lírica moderna y ritmos tradicionales de la región sureña de Wassoulou. Sus letras son un canto a la libertad de las mujeres y hablan de matrimonios impuestos a las jóvenes, de migraciones, pobreza y los distintos recorridos de la vida misma. Ella apunta que canta sobre la mujer negra para demostrar a los hombres que ellas también están capacitadas. Compagina su faceta creativa con la de empresaria y la de activista feminista africana. Por todo ello se ha convertido en un modelo para las mujeres malienses.
Stella Chiweshe (Zimbabwe, 1946)
Chiweshe aprendió a tocar el instrumento tradicional del pueblo Shona, la mbira dzavadzimu, cuando muy pocas personas lo tocaban, menos aún una mujer. Tuvo que enfrentarse a su propia comunidad por ello, pero con los años se convertiría en La reina de la música mbirareconocida internacionalmente. Stella ha utilizado también su música para hablar de los Derechos Humanos y del empoderamiento de la mujer. Fue además la primera dama en dirigir su propia banda, participó en la creación de Unión de Músicos de su país y coordina la Red de Mujeres Artistas de Zimbabwe.


viernes, 21 de marzo de 2014

Corto de Coixet

Ayer que no termina nunca

Ayer no termina nunca (2013)
Directora: Isabel Coixet
Guión: Isabel Coixet
Reparto: Javier Cámara, Candela Peña
Música: Alfonso Vilallonga
Fotografía: Jordi Azategui
Productora: A Contracorriente Films / Miss W


FESTIVAL DE MÁLAGA

"Ayer no termina nunca" inauguró la Sección Oficial de la 16 edición delFestival de Málaga de Cine Español (20-27 de abril).

FESTIVAL DE BERLÍN

"Ayer no termina nunca", la nueva película de Isabel Coixet, tendrá su presentación mundial en la 63ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlin. La película se proyectará el domingo 10 de febrero en la sección Panorama. Isabel Coixet ya presentó anteriormente en el prestigioso festival alemán: "Cosas que nunca te dije" (1996), “Mi vida sin mí” (2003),"Invisibles" (2007), "Elegy" (2009) y “Escuchando al juez Garzón” (2011).
La coproducción de Miss Wasabi Films y A Contracorriente Films está protagonizada por Javier Cámara y Candela Peña.
Gaumont se encarga de las ventas internacionales y A Contracorriente Films estrenará la película en nuestro país el próximo 26 de abril.
 



¡ACCIÓN!
El 18 de septiembre Isabel Coixet empezó a rodar su nueva película 
“Ayer no termina nunca”
 con guión propio. El rodaje se prolongará hasta mediados de octubre en Igualada y los alrededores de Barcelona.
Es una coproducción entre Miss Wasabi Films y A Contracorriente Films. Los actores principales son Javier Cámara y Candela Peña. La banda sonora es de Alfonso Vilallonga.
Todos los participantes en la película , tanto del equipo técnico , como artístico, han firmado una cláusula de confidencialidad, porque la directora no desea desvelar de momento la trama de la película. Los actores tienen prohibido revelar detalles del guión, del que sólo se sabe que pasa en el futuro próximo, en el año 2017.
“Últimamente, el espectador llega a las películas, sabiendo demasiadas cosas de ellas. A veces , viendo el tráiler ya te haces una idea del film…. Y cuanto más sabes de éste, menos ganas tienes de verlo. Hay una saturación enfermiza de información. Ya sé que será casi imposible, pero me gustaría que los espectadores llegaran a “Ayer no termina nunca” sabiendo muy poco de la historia. Lo único que puedo decir es que para mí es una especie de retorno al mundo de “Mi vida sin mí” mezclado con aspectos del ahora y aquí de la situación que estamos viviendo como país.Por mi parte, lo único que sé es que esta película no sería posible sin la dedicación absoluta de Javier y Candela. Me siento afortunada de tenerlos conmigo en esta aventura. Cada minuto de los que hemos ensayado ha sido precioso. Y sé que en la pantalla van a sorprender, emocionar y golpear al espectador” 

ISABEL COIXET

Chimamanda Ngozi



Chimamanda Ngozi Adichie nació en Nigeria en 1977. Pasó su infancia en la ciudad de Nsukka, sede de la Universidad de Nigeria, en una casa que anteriormente había sido habitada por el célebre escritor nigeriano Chinua Achebe. A la edad de diecinueve años se trasladó a Estados Unidos con una beca de dos años para estudiar Comunicación y Ciencias Políticas en la Universidad de Drexel, en Filadelfia. Posteriormente continuó sus estudios en la Universidad Estatal del Este de Connecticut, donde se graduó en 2001. Más adelante ha llevado a cabo estudios de escritura creativa en la Universidad John Hopkins de Baltimore, y un máster de estudios africanos en la Universidad de Yale. En 2003, mientras se encontraba estudiando en Connecticut, publicó su primera novela, La flor púrpura (2005), que fue muy bien recibida por la crítica y recibió el Commonwealth Writers' Prize for Best First Book. Su segunda novela, Medio sol amarillo (2007), alabada, entre otros, por el escritor nigeriano Chinua Achebe, fue galardonada con el Orange Prize for Fiction. También es autora del libro de relatos Algo alrededor de tu cuello(2011). Su nueva novela, Americanah , ha recibido el elogio de la crítica y ha sido galardonada con el
Chicago Tribune Heartland Prize 2013.




Género
Precio
Fecha de publicación
Americanah
Novela
12,99 €
03/2014
AMERICANAH
Novela
24,90 €
03/2014
Medio sol amarillo
Novela
11,99 €
01/2014
Algo alrededor de tu cuello
Novela
12,99 €
10/2011
Algo alrededor de tu cuello
Novela
17,90 €
06/2010
Medio sol amarillo
Novela
22,90 €
06/2007

martes, 18 de marzo de 2014

El hombre que grita




SENTIR EL CINE : ‘Un hombre que grita’ (Un homme qui crie) de Mahamat-Saleh Haroun (2010 - 92 min)



Ex campeón de natación, Adam es el encargado de la piscina de un hotel de lujo de la capital de Chad, Yamena. También trabaja allí su hijo, quien es monitor de natación. Cuando unos chinos compran el hotel, despiden a varias personas. Adam debe cambiar de puesto y dejar el suyo a su hijo Abdel, lo cual se asemeja a una pérdida de identidad y una humillación terribles para él. Además, la guerra civil se extiende por el país, y las autoridades le piden a la población que dé dinero o luche por sostener el esfuerzo bélico en contra de los rebeldes. Pero Adam no tiene dinero y es demasiado viejo para luchar.

La película de Mahamet-Saleh Haroun recibió el premio del jurado en el festival de Cannes de 2010. Tan sobrio y fuerte como Abouna (2002), Un hombre que grita da a ver a otra figura paterna irresponsable. La ligereza cede el lugar a la tragedia, desde imágenes magníficas en las que la guerra no se ve, hasta que se trague todo el espacio.




Mooladé

Hagamos visible el cine africano

Las hermanas Kamya

Lola Huete Machado

Las hermanas Kamya

Por:  28 de noviembre de 2012
Caroline siguió la tradición familiar y estudió arquitectura, como su padre, pero desde el primer año de universidad se dio cuenta de que lo suyo era el cine. Así que terminada la licenciatura cursó un Máster en Televisión y documentales en el Goldsmiths College de la Universidad de Londres. Después trabajó en televisión en Londres hasta que en 2004 regresó a su país natal, Uganda, con la intención de rodar su primera película.
Al terminar sus estudios de ingeniería, Agnes decidió tomar algunos cursos de escritura creativa, para poder realizar uno de sus grandes deseos: contar historias. Luego, continuó estudiando y, como su hermana, cambió de ramo obteniendo un Doctorado en Antropología, tras lo cual también volvió a su país. Ella sabía escribir y tenía una visión de Uganda forjada a partir de un buen conocimiento de la cultura y sociedad contemporánea. Por eso era la persona ideal para escribir el guión de la película.
Esta no es otra que Imani (fe), una historia de historias que describe a la perfección la cotidianeidad de la sociedad ugandesa a través de un día en la vida de tres personajes y las personas que les rodean: una sirvienta en una casa rica de Kampala, un bailarín de breakdance que tiene un programa social con niños de la calle en los suburbios de la ciudad y un menor soldado que regresa a su aldea cerca de Gulu, en el norte del país.
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Agnes y Caroline Kamya. Foto FCAT.

En 2007, participaron en el  Berlinale Talent Camp, un evento que reúne cada año a personas que están interesadas en dedicarse al mundo del cine. Un par de años más tarde, en 2010, regresaron a Berlín por la puerta grande a presentar su cinta en el Festival internacional de Cine de Berlín. Desde entonces, las hermanas Kamya no han dejado de recibir alabanzas y premios por el trabajo realizado.
Tuve la suerte de encontrarlas en la Sala Berlanga de Madrid, donde la Fundación Mujeres por África, en colaboración con el Instituto Buñuel y el Instituto de Cine y Televisión de Madrid, organizó un pase de la cinta y un coloquio con Caroline y Agnes, moderado por la experta en cine africano Guadalupe Arensburg. Descubrí, con gran agrado, que la Fundación Mujeres por África ha optado por el cine africano como uno de sus campos de trabajo, como dejó bien claro su presidenta,María Teresa Fernández de la Vega, en la presentación del acto. Por eso está muy presentes en el Festival de Cine africano de Córdoba u organizan actos como al que asístí, entre otras muchas cosas.
Como mi conocimiento es muy limitado, me cuesta mucho encajar esta película en la categoría de cine africano, primero porque no sé si existe tal cosa y segundo porque me parece muy distinta a cualquier otra cinta producida en África subsahariana a las que yo he tenido acceso hasta ahora. Nada que ver con las que salen de las factorías de Nollywood, en NIgeria, o el cine que se hace en otras partes; es algo nuevo y muy fresco.
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Cartel de la película. Foto Arteria.
El nudo de la película está en el hecho de que toda persona tiene que tomar decisiones y para ello nunca puede prescindir de su pasado. Al mismo tiempo, todos los personajes se trascienden, tienen fe en que las cosas pueden ser distintas. El guión plantea situaciones que no terminan. Una primera mirada podría dar la impresión de que dos de las historias finalizan en fracaso y que solo la del bailarín concluye bien, sin embargo no creo que sea así; la vida de los personajes continúa, no se detiene con el final de la película.
Esto es lo que le remarca Agnes al hablar de la obra, la fe que tienen todos los personajes, lo cual les que les permite superar su situación. No se refiere a la fe religiosa, a pesar de la iconografía cristiana o musulmana que pueda aparecer en pantalla. Esta no es más que un reflejo de la realidad de muchos ugandeses a los que les gusta rodearse de cuadros y escritos religiosos, aclara la guionista, ante una de las preguntas del público.
Los personajes, Armstrong, el bailarín, Mary, la sirvienta, y Olweny el menor soldado, son muy diferentes entre sí y a través de ellos se refleja la heterogeneidad de Uganda, que al mismo tiempo es igual a la que se experimenta en cualquier lugar del mundo. Podemos conocer a los protagonistas en este tráiler de la película (personalmente pienso que consigue transmitir el poder de la obra).

IEs impresionante descubrir en la película la fuerza de las mujeres, que en tantas partes del África  más tradicional tienen que asumir el rol de liderazgo y de sacar adelante a sus familias, mientras la figura masculina se debilita (en el caso de Olweny) o está ausente (en la historia de Mary), pero esta realidad parece cambiar cuando llegamos a los jóvenes; Armstrong toma la iniciativa, como una señal de que las cosas están cambiando en el continente, quizás gracias a la educación y al trabajo de sensibilización. Este fue otro de los puntos que puso de relieve María Teresa Fernández de la Vega, una vez visionada la cinta.
Agnes dice que ella crea personajes a través de los cuales intenta ver qué elementos les mueven y dan sentido a sus acciones. La línea de base es que a pesar de los diferentes contextos sociales, culturales o políticos en los que vivimos, todos somos humanos, por lo que perfectamente podemos identificarnos con los actores que vemos en la pantalla.
Caroline, por su parte, habla de lo difícil que es hacer una película en un país en el que no existen estructuras para rodar un largometraje. Todo lo que encontró, cuando regresó a Kampala en 2004, fue personas que hacían publicidad o videos musicales. Por eso decidió montar su propia productora, iVAD, para poder rodar la película. Esta también organiza cursos de formación para jóvenes que quieren iniciarse en la industria audiovisual o en el cine.
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Agnes, María Teresa Fernández de la Vega y Caroline Kamya. Foto Fundación Mujeres por África.
Hacer una obra como esta en Uganda supuso todo un reto, no solo por la falta de medios, sino también porque la mayoría del equipo que la acompañó no tenía experiencia en rodar largometrajes. Este fue bastante internacional, comenta Caroline, porque según ella el cine gana con el intercambio de experiencias, así que participaron personas de Uganda, Kenia, Canadá o Reino Unido, que ella había conocido en sus distintos viajes y a las que invitó a ser parte del proyecto.
Cuando se le pregunta por la forma de trabajar con los actores, Caroline, comenta que eligió a personas que no eran profesionales. Hizo un largo casting hasta que dio con lo que buscaba. Piensa que los no-actores pueden dar una actuación más honesta, que te pueden emocionar o tocar de una forma más cercana. Otra curiosidad, tuvo que rodar en algunas lenguas habladas en Uganda, que ella no conoce, para hacer las historias más verosímiles, como el acholi del norte del país. A pesar de ello, logra un buen resultado.
El producto es bueno y ha obtenido muchos premios en distintos festivales. En Uganda tuvo una gran acogida por parte del público y el estreno fue digno de las grandes superproducciones, al tratarse de la primera película ugandesa. Sin embargo, comenta Caroline, que le sorprendió que la gente la tomase como una comedia, que se riese durante la proyección, lo cual contrasta con la reacción del público que la ve en festivales europeos, que suele ser la de quedarse en silencio.
Desgraciadamente, Imani no tiene distribuidora en España y por eso es difícil acceder a la película.
Carolina ha rodado una película en China, Fire Fly, pero parece que lo que más le gusta es trabajar con Agnes, por eso, al preguntarles por sus planes de futuro, las dos hermanas Kamya se muestran muy ilusionadas. La guionista dice que en este momento están trabajando en dos proyectos, uno sobre la vida en un internado de chicas justo en el momento en que Uganda alcanza la independencia y el otro sobre el flamenco. Este último posiblemente se llamará En busca del duende africano. Cuenta Agnes que cuando estaba preparando su doctorado en Londres una amiga la invitó a aprender flamenco para aliviar la tensión. Sin saber muy bien dónde se metía, siguió a su amiga y ya en la primera clase se enamoró de ese arte. Actualmente está viviendo en Sevilla para profundizar en el flamenco y escribir el guión de la película.

Cinematografçias, África

Cinematografías, África

CINEMATOGRAFÍAS, ÁFRICA

EDITORIAL
Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid
MATERIA
Películas, cine
ENCUADERNACIÓN
Tapa blanda o Bolsillo
Nº PÁGINAS
152
ISBN
978-84-95321-99-2
EAN
9788495321992
DIMENSIONES
240 x 170 mm.
FECHA PUBLICACIÓN
01-06-2007
PRECIO
12.00€ (11.54€ sin IVA)

CINE EN AFRICA



domingo, 9 de marzo de 2014

LA PERLA DE CHINA

La Perla de China, de Anchee Min




Sinopsis:


China, principios del s. XX. La historia de dos mujeres, una occidental y una oriental, cuya amistad inquebrantable superó pasiones, tragedias y la separación; inspirada en la vida de la premio Nobel de literatura Pearl S.Buck.

«En esta ambiciosa y emotiva novela, la aclamada autora de La última emperatriz y La azalea roja, Anchee Min, retrata la vida de Pearl S. Buck, una mujer que amó apasionadamente el país de su infancia y que es considerada en China, una moderna heroína.» The Washington Post. 

A finales del siglo XIX, en una pequeña ciudad del sur de China, la vida de la pequeña Sauce, hija única de una familia pobre, está a punto de cambiar. Con la llegada de Pearl, hija de estadounidenses, nacerá entre ellas una amistad que las unirá el resto de su vida. Compartirán confidencias, penas de amores y una época de cambios en la tumultuosa China.

Opinión personal:

Pearl S. Buck es una autora de la que guardo gratos recuerdos. Aún tengo en mi biblioteca tres sus novelas: La madre, Viento del Este, Viento del Oeste y Orgullo de Corazón. Es una pena que, siendo la primera escritora estadounidense galardonada con el Premio Pulizter y Premio Nobel de Literatura en 1938, su obra se esté sumiendo en el ostracismo y no haya editoriales que recuperen el gran legado que nos dejó.

Cuando vi que Anchee Min había escrito una biografía novelada sobre la autora de La madre tierra, no me lo pensé. Me dije que tenía que leerla pero me llevé una cierta desilusión pues, aunque nos aporta datos sobre su estancia de algo más de cuarenta años en China, me encontré con la sorpresa de que apenas hablaba de su obra, más bien la mencionaba de paso y de que era un personaje secundario.  

Aunque, una vez leída la nota de la autora, comprendí el porqué de presentarnos de esta forma la biografía de esta gran escritora. En ella nos relata cómo es obligada a denunciar a Pearl Buck en China y también nos habla de su reacción después de leer La madre tierra, lo que originó el que escribiera La Perla de China

La Perla de China es la historia de Pearl S. Buck narrada desde el punto de vista chino, es una relación de amistad imperecedera entre Sauce y la escritora, entre el pueblo de China y la Premio Nobel estadounidense pues el personaje de ficción, Sauce, es el resultado de combinar en ella varios amigos reales de Pearl en distintas fases de su vida.  

En la sinopsis se nos presenta esta novela como ambiciosa y emotiva, pues con emoción y tintes intimistas está escrita y nos ofrece una visión muy afectiva de la escritora con el pueblo chino, un pueblo que la acoge entre ellos como una más, pues ve que su integración es sincera y, aunque su aspecto externo es el de una mujer blanca y rubia, su interior es totalmente chino, piensa y habla mandarín como ellos y se adapta fácilmente a sus costumbres.  

Anchee Min  reivindica la figura de Pearl S. Buck tras ver cómo en sus novelas trataba al campesinado chino con admiración, cariño y humanidad. Los veía como a sus semejantes. Ellos la habían acogido como una más pero las circunstancias políticas que le tocó vivir en ese turbulento siglo actuaron en su contra y los dirigentes del país hicieron ver a su pueblo que esta mujer era una «imperialista cultural americana». 

Pearl S. Buck llega a China con pocos meses de vida, acompañando a sus padres, Absalom y Carie, misioneros presbiterianos. Su historia es narrada por Sauce en primera persona. La autora nos ofrecerá retazos de la vida de la escritora estadounidense durante su permanencia en China, como la labor misionera de sus padres que lograron la conversión de muchos chinos a la fe cristiana, sus principios como escritora y el fracaso de su matrimonio con Lossing Buck. Como telón de fondo, seremos partícipes de un período tan turbulento en la historia de ese país como lo fue el siglo XX, hechos que pusieron en peligro, en más de una ocasión, la vida de la escritora estadounidense y su familia por su condición de extranjeros pero quienes se vieron ayudados por ellos, no dudaron en ofrecerles su protección en los momentos más difíciles. 

Pearl y Sauce se verán unidas por unos lazos fuertes de amistad, pese a que en algunas ocasiones tendrán sus diferencias y pasarán algún tiempo alejadas una de otra, pues Sauce se verá cada vez más implicada con el régimen comunista de Mao. El final de la novela me encantó, es el final que se merecía, porque en él queda reflejado ese lazo fraternal entre las dos amigas.  

La Perla de China es una novela que, aunque en algún momento se hace un tanto espesa su lectura, merece la pena adentrarse en sus páginas por el gran documento que nos deja Anchee Min sobre la vida en China de esta gran escritora estadounidense. 

La autora:

Anchee Min (1957) nació en Shanghai. A los diecisiete años fue enviada a un campo de trabajos de «reeducación», pero gracias a su talento artístico fue rescatada por una productora cinematográfica para trabajar en sus estudios de Shanghai, donde conoció a la esposa de Mao Zedong. En 1984 se trasladó a vivir a Estados Unidos y empezó su carrera como escritora con el libro de memorias La azalea roja (1994), que fue publicado en más de veinte países y situó firmemente a su autora en el panorama internacional. Años más tarde publicó una biografía novelada tituladaMadame Mao (2000), fruto de una minuciosa investigación sobre la fascinante esposa del dirigente chino. La Ciudad Prohibida (2004), su novela anterior, tuvo de nuevo como protagonista a una mujer de gran personalidad, la emperatriz Tzu Hsi, y la corte imperial en el siglo XIX. La última emperatriz (2007) es su última novela.

Datos técnicos:
Título: La Perla de China
Título original: Pearl of China
Autora: Anchee Min
Editorial: Grijalbo (PHM)
Primera edición: septiembre 2012
ISBN: 978-84-253-4603-3
Nº Páginas: 345

Fuentes: portada, sinopsis y fotografía autora, tomada de megustaleer; fotografías de Pearl S. Buck y Chinkiang, de google imágenes. 

3052

Mamadou Dia: "Me encantaría presentar mi libro '3052' en Canarias"

Un joven senegalés, que llegó a La Gomera en cayuco en 2006, reedita el libro en el que cuenta su aventura para poder volver a casa

BEGOÑA ÁVILA   20-02-2014 - 19:12 CET
Mamadou Dia tenía 22 años cuando, el 11 de mayo de 2006, emprendió la aventura de su vida. No tenía dinero, pero consiguió reclutar a otros pasajeros para un cayuco. Así los patrones le permitieron viajar. Fue un trayecto de ocho días, muy duro, hasta el punto de que uno de sus compañeros falleció antes de llegar. Y "eso marca muchísimo", reconoce. Mamadou no había contado a sus amigos sus intenciones. Optó por otra vía:"Les escribí una carta y les prometí que si salía vivo de ésta escribiría un libro".
Mamadou Dia
Mamadou Dia- (FACEBOOK)
Hoy las ventas del libro se han transformado en una ONG, Hahatay Son Risas De Gandiol, que realiza acciones de cooperación con su país: Senegal. El origen y el fin de una aventura, que tuvo como nexo las Islas Canarias, donde permaneció 12 días. Un lugar sobre el que Mamadou guarda un grato recuerdo: "Tengo muchos amigos allí. Volví a realizar una acción de cooperación hace unos años, pero me encantaría ir a presentar mi libro".

Picoverde

Picoverde, una mirada ingenua sobre la emigración en Suiza y sobre cómo las palabras son la mejor arma para aprender a vivir

Picoverde Monica Cantieni Picoverde, sobre la emigración en Suiza
Picoverde, un libro de Monica Cantieni
Mi padre me compró en la ciudad por 365 francos.
Así empieza la historia de Picoverde, una niña adoptada por una familia de trabajadores emigrantes italianos en Suiza, en los años 1970. Recién llegada desde el orfanato a un mundo del que desconoce todo, incluso el lenguaje, la niña –que es también la narradora- intenta hacerse un hueco es esa minisociedad ayudada por las palabras nuevas que va coleccionado en cajas de fósforos.
Segunda novela de la autora –Monica Cantieni, periodista que trabaja en la televisión suiza-, centrada en la importancia del idioma en el desarrollo de la personalidad y la identidad individual, así como en la imposibilidad de definir completamente la realidad: las palabras a veces contienen todo el significado, pero otras solo nos explican parcialmente lo que pretendemos especificar. Aun así, las palabras son la mejor arma de que disponemos para salir airosos en la importante aventura de vivir.
A mitad de camino entre realidad y ficción (gran parte de las anécdotas son historias reales, y si no podrían serlo), la historia transcurre durante varios años y sigue no solo a la familia donde ha ido a parar la pequeña, sino también a los demás habitantes del inmueble y a un abuelo que reside en otro lugar, durante un tiempo en el que Suiza – un país con un enorme porcentaje de trabajadores extranjeros, procedentes en su mayoría de los países del sur de Europa, Italia, Portugal y España fundamentalmente- conoció un inaudito crecimiento de la xenofobia y vivió inmersa en un clima social y político complicado .
Inmersa en esa sociedad complicada, la mirada de la niña sobre su entorno es, como la de todo los niños, a la vez ingenua y aguda. Con mucho y excelente humor en ocasiones, nos va contando su descubrimiento de ese país, “multicultural y abigarrado”, donde muchos de los trabajadores emigrantes son clandestinos que viven el día a día intentando pasar desapercibidos.
En mi ignorancia no he conseguido establecer la relación que existe entre el título alemán original (Grünschnabel) y su traducción francesa (Blanc-bec), ambas lenguas son oficiales en Suiza, junto con el italiano –que en los dos casos significa joven sin experiencia, novato, y se adecua perfectamente con el contenido de la novela- y el título elegido para esta edición en castellano, Picoverde, que ni siquiera figura en el diccionario de la RAE.
Editorial Minúscula
Colección Tour de force
Traducción del alemán de Carles Andreu
ISBN: 978-84-95587-94-7
232 páginas, 18€