Libros, poemas, imágenes, miradas, leemos en los objetos cotidianos, nos apropiamos de herramientas con las que construir una realidad más apacible, cómplice y alegre. Te escucho....cuéntame. Leer es partir, es emigrar, una ventana, un aire nuevo en el que envolverse y cubrir lo que nos rodea. Gracias por tus comentarios.
jueves, 29 de diciembre de 2016
domingo, 18 de diciembre de 2016
Señora de Almortao
Sebastiâo empieza esta canción del folklore de Beira Baixa así:
"Señora do Almortao, mi linda fronteriza, vuelve la espalda a Castilla, no quieras ser castellana." El tono melancólico lo mantiene a lo largo de sus estrofas.
Mariem se mete en el ritmo que marca Sebastiâo con su adufe, pandero cuadrado portugués de origen árabe, y desde Beira Baixa nos traslada al desierto:
"Basta, Sahara no llores.
Tu firmeza en la desolación nos ha unido.
A pesar de las circunstancias,
la distancia, el tiempo y las heridas nos han fortalecido."
"Agradecemos a nuestros mártires su sacrificio por nosotros.
Fuisteis lágrimas en nuestros ojos,
cumplisteis con el compromiso, buscando la paz."
"La lágrima que angustia los corazones,
querida Sahara, hizo gemir a nuestros difuntos.
Del gran dolor de los daños,
se colmaron nuestros ojos de lágrimas."
Dos historias de dos pueblos que quieren vivir en libertad. Y, mira por dónde, España de por medio.
https://www.youtube.com/watch?v=fDInl5mFQN0
"Señora do Almortao, mi linda fronteriza, vuelve la espalda a Castilla, no quieras ser castellana." El tono melancólico lo mantiene a lo largo de sus estrofas.
Mariem se mete en el ritmo que marca Sebastiâo con su adufe, pandero cuadrado portugués de origen árabe, y desde Beira Baixa nos traslada al desierto:
"Basta, Sahara no llores.
Tu firmeza en la desolación nos ha unido.
A pesar de las circunstancias,
la distancia, el tiempo y las heridas nos han fortalecido."
"Agradecemos a nuestros mártires su sacrificio por nosotros.
Fuisteis lágrimas en nuestros ojos,
cumplisteis con el compromiso, buscando la paz."
"La lágrima que angustia los corazones,
querida Sahara, hizo gemir a nuestros difuntos.
Del gran dolor de los daños,
se colmaron nuestros ojos de lágrimas."
Dos historias de dos pueblos que quieren vivir en libertad. Y, mira por dónde, España de por medio.
https://www.youtube.com/watch?v=fDInl5mFQN0
sábado, 19 de noviembre de 2016
Mujeres griot
Buenos tiempos para las mujeres griot
Nada ha podido con la tradición oral y musical de los griots en el oeste de África; ni la televisión, ni la revolución digital ni el hip hop. Es una luz que no se apaga. Gracias a la importancia que tiene la oralidad en Mali, Senegal, Guinea, Gambia, Mauritania, Burkina Fasso y Níger contamos hoy con grandes sagas de hombres griots músicos de reconocido prestigio universal: los Keitas, los Traorés, los Diabatés…He escrito hombres griots porque aún habiendo mujeres griots tradicionales o modernas, urbanas o rurales, desde siempre se les ha aconsejado continuar su rol de sumisión al hombre.
La impresionante Yandé Codou Sène fue la griot oficial del poeta y ex-presidente de Senegal, Léopold Sèdar Senghor. Ami Koita y Bako Dagnon son voces muy queridas ya consagradas de la cultura africana. Actualmente Ngoni Ba, Kine Lam o Khady Seck (que ejerce desde Madrid) son algunas de las griots que continúan el arte de relatar historias. Y por lo general, lo hacen con letras comprometidas y bastante críticas con la realidad social que les rodea. La griot Bintou Garba de Bamako, reivindica este arte “como medio para dignificar el papel de la mujer en la sociedad maliense y poder transformarla, ya que los hombres son incapaces de sacar adelante nuestra sociedad”. Las mujeres griots han convertido lo que antes eran los pregoneros en las cortes reales, en voces que reclaman justicia social, y eso, al menos, es algo que da mucha satisfacción saber.
Os presentamos a cinco mujeres griots actuales de lo más comprometidas:
Hawa Kasse Mady Diabaté
Es hija de Kasse Mady Diabaté, perteneciente a una de las prestigiosas familias de griots de Mali. Es la vocalista y compositora del “Trío Da Kali” que ha colaborado con el cuarteto norteamericano “Kronos”.
Fatou Guewel
Cantante de estilo tradicional mbalakh de Senegal y Gambia . Es una de las artistas más populares de Senegal junto a su grupo “Sope Noreyni”.
Khaira Arby
Artista muy combativa, tuvo que divorciarse para poder seguir cantando. Las demandas políticas de sus canciones las canta en todas las lenguas posibles de su Mali natal, desde Songhay hasta Tamasheq, para que todo el mundo se entere de lo que denuncia y critica. Ante la prohibición de poder hacer música impuesta en el norte del país, Arby no se conforma: “quitarnos la música es como impedirnos respirar. Continuaremos luchando, y todo irá bien”
Hadja Kouyaté
Nacida hace aproximadamente treinta años en Guinea Konakry, aprendió a cantar junto a su madre, Diéfadima Kanté, viajando por los pueblos y las aldeas y cantando en las ceremonias tradicionales. Actualmente está modernizando el mundo griot de su país y pasa mucho tiempo en Francia donde tiene su grupo “les Guinéens”.
Rokia Traoré
Pertenece a la nobleza de Mali, que tiene tradicionalmente prohibido dedicarse a la música. Aún así Rokia es guitarrista, compone y canta, siendo actualmente la más conocida de todas las griots fuera de África.
Futuro líquido
IDEAS ANTE LA CRISIS
|
Entrevista al sociólogo Zygmunt Bauman
'¿Qué futuro estamos construyendo?'
El sociólogo Zygmunt Bauman. | Ione Saizar
- La austeridad es 'pobreza para la mayoría y riqueza para unos pocos'
- El sociólogo admite que hoy no hay alternativa viable al capitalismo
- 'La falta de confianza en los políticos es un fenómeno a nivel mundial'
Todo se diluye a nuestro alrededor. Cualquiera diría que la
"modernidad líquida" que vislumbró Zygmunt Bauman se ha convertido en un
torrente que todo lo arrastra. No va quedando nada sólido a lo que
agarrarse. Y lo que es peor: cualquiera diría que hemos pasado de la
fase "ultralíquida" a la gaseosa. Todo se está haciendo cada vez más
etéreo.
"Lo que ocurre es que no tenemos un destino claro hacia el que movernos", certifica el sociólogo y pensador polaco, que sigue trotando infatigablemente por el mundo a sus 87 años. "Deberíamos tener un modelo de sociedad global, de economía global, de política global... En vez de eso, lo único que hacemos es reaccionar ante la última tormenta de los mercados, buscar soluciones a corto plazo, dar manotazos en la oscuridad".
Acudimos al reclamo del maestro en su terruño adoptivo de Leeds, donde lleva media vida afincado y desde donde observa el mundo con sus ojillos ávidos, entregado al ritual diario de la escritura y del tabaco en pipa. Aspira Bauman el humo por la boquilla, y ya pueden fluir sus largos y ponderados pensamientos sobre la vida líquida.
"Cuando usé la metáfora de la "modernidad líquida", me refería en
concreto al período que arrancó hace algo más de tres décadas. Líquido
significa, literalmente, "aquello que no puede mantener su forma". Y en
esa etapa seguimos: todas las instituciones de la etapa "sólida" anterior están haciendo aguas,
de los Estados a las familias, pasando por los partidos políticos, las
empresas, los puestos de trabajo que antes nos daban seguridad y que
ahora no sabemos si durarán hasta mañana. Es cierto, hay una sensación
de liquidez total. Pero esto no es nuevo, en todo caso se ha acelerado".
Sostiene Bauman que el mundo sólido surgido de los rescoldos de la Segunda Guerra Mundial ya no es viable. Admite que a él nunca le gustó el término de "estado del bienestar", que se ha acabado convirtiendo en un caballo de batalla ideológico.
"Yo siempre he preferido hablar del "estado social". Se trataba de crear una especie de "seguro colectivo" a la población tras la devastación causada por la guerra, y en esto estaban de acuerdo la derecha y la izquierda. Lo que ocurre es que el "estado social" fue creado para un mundo sólido como el que teníamos y es muy difícil hacerlo viable en este mundo líquido, en el que cualquier institución que creemos tiene seguramente los días contados".
La esperanza es inmortal, sostiene Bauman, que nos invita a defender la sanidad pública, la educación pública o las pensiones mientras podamos. Pero poco a poco habrá que hacerse a la idea de que el "estado social" se irá disolviendo y acabará dejando paso a otra cosa.
Eso sí, el maestro quiere dejar claro que hay una diferencia entre
"lo inevitable" en este mundo líquido y lo que está ocurriendo en la
vieja Europa desde que arrancó la crisis: "La relación de dependencia
mutua entre el Estado y los ciudadanos ha sido cancelada
unilateralmente. A los ciudadanos no se les ha pedido su opinión, por
eso ha habido manifestaciones en las calles. Se ha roto el pacto social, no es extraño que la gente mire cada vez con más recelo a los políticos".
Una cosa es la dosis necesaria de austeridad tras "la orgía consumista" de las tres últimas décadas, y otra muy distinta es "la austeridad de doble rasero" que están imponiendo los Gobiernos en Europa. El autor de 'Tiempos líquidos' le ha dedicado al tema uno de sus últimos libros: 'Daños colaterales: desigualdades sociales en la era global'.
"La austeridad que están haciendo lo Gobiernos puede resumirse así: pobreza para la mayoría y riqueza para unos pocos (los banqueros, los accionistas y los inversores). O lo que es lo mismo: austeridad para España, Grecia, Portugal e Italia, mientras Alemania hace y deshace a sus anchas. Como dice mi colega, el sociólogo alemán Ulrich Beck, Madame Merkiavelo (resultante de la fusión de Merkel y Maquiavelo) consulta todas las mañanas el oráculo de los mercados y luego decide".
Pese a todos sus envites contra el sistema, Bauman reconoce que hoy por hoy no hay alternativa viable al capitalismo, que ha demostrado la capacidad de las anguilas para adaptarse a los tiempos líquidos.
"El capitalismo se lleva trasformando desde su invención y ha sobrevivido a las situaciones más difíciles.
Su naturaleza es esencialmente la de un parásito: se apropia de un
organismo, se alimenta de él, lo deja enfermo o exhausto y salta a otro.
Eso es lo que está ocurriendo desde que arrancó esta forma de
capitalismo en la era de la globalización".
La última gran preocupación de Bauman es en todo caso la juventud. A la generación de la incertidumbre le dedica su último libro ('Sobre la educación en un mundo líquido'), con especial hincapié en el desfase del sistema educativo y la precariedad económica en estos tiempos ultralíquidos.
"Soy muy consciente del tremendo problema del paro juvenil, que es algo ya común a todos los países occidentales, pero que se manifiesta muy cruelmente en España. Cuando más de la mitad de los jóvenes no tienen trabajo, cuando a muchos de ellos no les queda más salida que salir al extranjero o ganarse la vida en trabajos 'basura', después de haber sacado títulos que no les sirven para nada, la gran pregunta es: "¿Qué futuro estamos construyendo?".
"Lo que ocurre es que no tenemos un destino claro hacia el que movernos", certifica el sociólogo y pensador polaco, que sigue trotando infatigablemente por el mundo a sus 87 años. "Deberíamos tener un modelo de sociedad global, de economía global, de política global... En vez de eso, lo único que hacemos es reaccionar ante la última tormenta de los mercados, buscar soluciones a corto plazo, dar manotazos en la oscuridad".
Acudimos al reclamo del maestro en su terruño adoptivo de Leeds, donde lleva media vida afincado y desde donde observa el mundo con sus ojillos ávidos, entregado al ritual diario de la escritura y del tabaco en pipa. Aspira Bauman el humo por la boquilla, y ya pueden fluir sus largos y ponderados pensamientos sobre la vida líquida.
"La relación de dependencia mutua entre el Estado y los ciudadanos ha sido cancelada unilateralmente. A los ciudadanos no se les ha pedido su opinión".
Sostiene Bauman que el mundo sólido surgido de los rescoldos de la Segunda Guerra Mundial ya no es viable. Admite que a él nunca le gustó el término de "estado del bienestar", que se ha acabado convirtiendo en un caballo de batalla ideológico.
"Yo siempre he preferido hablar del "estado social". Se trataba de crear una especie de "seguro colectivo" a la población tras la devastación causada por la guerra, y en esto estaban de acuerdo la derecha y la izquierda. Lo que ocurre es que el "estado social" fue creado para un mundo sólido como el que teníamos y es muy difícil hacerlo viable en este mundo líquido, en el que cualquier institución que creemos tiene seguramente los días contados".
La esperanza es inmortal, sostiene Bauman, que nos invita a defender la sanidad pública, la educación pública o las pensiones mientras podamos. Pero poco a poco habrá que hacerse a la idea de que el "estado social" se irá disolviendo y acabará dejando paso a otra cosa.
Un planeta social
"En este 'espacio de los flujos' del que habla Manuel Castells, tal vez tiene más sentido hablar de un "estado en red" o de "un planeta social", con organizaciones no gubernamentales que cubran los huecos que va dejando el estado. Yo creo sobre todo en la posibilidad de crear una realidad distinta dentro de nuestro radio de alcance. De hecho, los grupos locales que están creando lazos globales como Slow Food, son para mí la mayor esperanza de cambio"."El gran reto del siglo XXI va a ser precisamente acabar con el divorcio entre poder y política".
Una cosa es la dosis necesaria de austeridad tras "la orgía consumista" de las tres últimas décadas, y otra muy distinta es "la austeridad de doble rasero" que están imponiendo los Gobiernos en Europa. El autor de 'Tiempos líquidos' le ha dedicado al tema uno de sus últimos libros: 'Daños colaterales: desigualdades sociales en la era global'.
"La austeridad que están haciendo lo Gobiernos puede resumirse así: pobreza para la mayoría y riqueza para unos pocos (los banqueros, los accionistas y los inversores). O lo que es lo mismo: austeridad para España, Grecia, Portugal e Italia, mientras Alemania hace y deshace a sus anchas. Como dice mi colega, el sociólogo alemán Ulrich Beck, Madame Merkiavelo (resultante de la fusión de Merkel y Maquiavelo) consulta todas las mañanas el oráculo de los mercados y luego decide".
Al albur de los mercados
¿Qué hacemos pues con los políticos? "Ése es el gran problema. La falta de confianza en los políticos es un fenómeno a nivel mundial. Y la razón de fondo es que los políticos no tienen ningún poder, el estado no tiene poder. En el mundo globalizado en el que vivimos, las decisiones las toman los poderes económicos que no entienden de fronteras. El gran reto del siglo XXI va a ser precisamente acabar con el divorcio entre poder y política".Pese a todos sus envites contra el sistema, Bauman reconoce que hoy por hoy no hay alternativa viable al capitalismo, que ha demostrado la capacidad de las anguilas para adaptarse a los tiempos líquidos.
"La naturaleza del capitalismo es la de un parásito: se apropia de un organismo, se alimenta de él, lo deja enfermo o exhausto y salta a otro".
La generación de la incertidumbre
"Recordemos el famoso 'corralito' en Argentina", advierte Bauman. "Luego vino el colapso de Malasia, y la crisis del rublo, y finalmente la burbuja que estalló en Irlanda, luego en Islandia, y en Grecia, y ahora en España. Hasta que no revuelvan el país y lo dejen en una situación límite no dejarán de dar la lata. Mire lo que ha ocurrido en Chipre. El capitalismo necesita de tierras vírgenes, que puedan ser persuadidas y seducidas. Ya llegará el momento en que se les obligue a pagar las deudas".La última gran preocupación de Bauman es en todo caso la juventud. A la generación de la incertidumbre le dedica su último libro ('Sobre la educación en un mundo líquido'), con especial hincapié en el desfase del sistema educativo y la precariedad económica en estos tiempos ultralíquidos.
"Soy muy consciente del tremendo problema del paro juvenil, que es algo ya común a todos los países occidentales, pero que se manifiesta muy cruelmente en España. Cuando más de la mitad de los jóvenes no tienen trabajo, cuando a muchos de ellos no les queda más salida que salir al extranjero o ganarse la vida en trabajos 'basura', después de haber sacado títulos que no les sirven para nada, la gran pregunta es: "¿Qué futuro estamos construyendo?".
La kora desde Gambia, y la mujer griot
Sona Jobarteh, la mujer griot
/1 Comentario/en Música, Música y artes escénicas /por Javier DomínguezEn la cultura griot la poesía, el canto o la música llevan siglos transfiriéndose de padre a hijo pero en la familia Jobarteh, que tiene el derecho hereditario para la práctica de la kora, Sona tenía decidido su medio de expresión. “Mi cultura no hace distinción de género pero es cierto que no es algo común que las mujeres toquen”, explica la músico que siempre tuvo el apoyo de sus más cercanos. Sona Jobarteh aprendió a tocar la kora gracias a su hermano, Tunde Jegede, que actualmente dirige el African Classical Music Ensemble. A pesar de cursar estudios de cello y piano regresó a sus orígenes. Estaba expuesta a una tradición musical familiar que incluye a su abuelo, Amadu Bausang Jobarteh, su padre, Dawda Jobarteh, y a su primo, Toumani Diabaté.
“La música era algo natural para mí. Nunca pensé en componer pero tampoco tuve que luchar por ello. Estaba en mis manos dedicarme a ello. Cuando crecí llegó un momento en el que tuve que abordar el hecho de que estaba tomando la kora como algo a lo que quería dedicarme profesionalmente. No como un pasatiempo”, dice.
Sus inicios estuvieron marcados por el ángulo feminista de su música. Al principio no lo tomó bien. “Yo no quería que se me viese sólo por una cuestión de género. Yo quería ser simplemente una persona que tocaba la kora”. Sin embargo, abanderó temáticas relativas a las mujeres cuando se dio cuenta de “cómo la música afecta e inspira a otras. Cada vez me siento más cómoda con esa etiqueta”.
Jobarteh cree que el hecho de que toque la kora siendo mujer siempre impactará al público, sobre todo en África, acostumbrado al virtuoso masculino. “No fallará la presunción de que no sonará igual que si la tocara un hombre. Pero lo impactante es que la audiencia sea testigo de que no hay diferencia y olviden las ideas preconcebidas”, puntualiza.
Al subirse al escenario en un mundo predominantemente masculino, la músico lanza un mensaje para cambiar el discurso de que la mujer sólo puede llegar a conseguir un éxito específico. Sus composiciones, envueltas de sonidos occidentalizados hace que su música cuenten con un ritmo más arrimado al jazz, al funk. Una fórmula que estira los límites de la cultura griot.
Su primer álbum, Fasiya (African Guild Records, 2011) es una muestra de la polaridad certificada de una Sona que equilibra costumbre e innovación. Un ejemplo es el tema de apertura, Jarabi. “Es una tarea difícil porque a veces no sabes cuánto has innovado pero hay que confiar en los instintos y aproximarse a la música con un oído exterior”, cuenta la músico. Fasiya se convertió en uno de los discos de kora preferidos de la revista Songlines junto a discos como Musique de Nuit de Ballaké Sissoko y Vincent Segal o 22 Strings de Seckou Keita. Sona Jobarteh ya trabaja en un nuevo álbum que saldrá a finales de año y del que ya se ha adelantado el single: Gambia. Un tema para celebrar los 50 años de la independencia del país del oeste africano.
“Con este nuevo proyecto busco un nuevo sonido dentro de la música mandé. Es una nueva forma de tocar la kora que hará que la gente mandinga reconozca su cultura pero también acerque a los que no están familiarizados con ella”, explica. Pero su nuevo trabajo no es el único proyecto que la gambiana tiene en su mente. En enero, y junto con la ayuda de su padre, decidió abrir una escuela de música en Gambia. The Amadou Bansang Jobarteh School of Music “se ha convertido en una obsesión para crear una institución que sea el reflejo de las universidades occidentales pero estudiando allí donde la música procede. Es impresionante ver que el nivel de especialización en mandinga o en mbira en estas universidades es más alto que en Gambia, por ejemplo“, apunta Sona quien invita a todos aquellos a visitar su país. “Estudiantes de música de todas partes pueden acudir a Gambia a prepararse manteniendo los estándares académicos a los que están acostumbrados“, apunta Sona sobre unos programas ideados para occidentales y africanos.
sábado, 5 de noviembre de 2016
martes, 1 de noviembre de 2016
la lealtad
Florence Foster Jenkins
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Críticas de Medios
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Sinopsis
Nueva
York, años 40. Florence Foster Jenkins (Meryl Streep) es una madura
millonaria neoyorquina que desea a toda costa dar el salto a la ópera.
Solo hay un pequeño problema: sus habilidades para el canto son
totalmente nefastas. Pero a su socio y mánager, St. Clair Bayfiled (Hugh
Grant) no le interesa ese detalle en absoluto, mientras que haya un
cheque que compense la tortura.
Bayfiled convencerá a Florence de su grandeza, y gracias a la herencia millonaria que recibe tras el fallecimiento de su padre, la peculiar cantante se financiará su carrera musical. Pese a no tener ningún talento para ello, esto no será problema para mantener su éxito y que la gente acuda a sus recitales, aunque sólo sea para comprobar si realmente es tan mala como se dice.
Biopic de la excéntrica soprano estadounidense Florence Foster Jenkins, famosa por su falta de habilidad musical, el film lo dirige Stephen Frears (The Program (El ídolo), Philomena, The Queen (La Reina)) y el guión está escrito por Nicholas Martin (Absolutamente fabulosas). El reparto lo encabezan Meryl Streep (Ricki, Sufragistas, Agosto) y Hugh Grant (Operación U.N.C.L.E., El atlas de las nubes, ¿Qué fue de los Morgan?), y lo completan los actores Simon Helberg (Big Bang, Un tipo serio) y Rebecca Ferguson (Cuando cae la nieve, Misión Imposible: Nación secreta).
Bayfiled convencerá a Florence de su grandeza, y gracias a la herencia millonaria que recibe tras el fallecimiento de su padre, la peculiar cantante se financiará su carrera musical. Pese a no tener ningún talento para ello, esto no será problema para mantener su éxito y que la gente acuda a sus recitales, aunque sólo sea para comprobar si realmente es tan mala como se dice.
Biopic de la excéntrica soprano estadounidense Florence Foster Jenkins, famosa por su falta de habilidad musical, el film lo dirige Stephen Frears (The Program (El ídolo), Philomena, The Queen (La Reina)) y el guión está escrito por Nicholas Martin (Absolutamente fabulosas). El reparto lo encabezan Meryl Streep (Ricki, Sufragistas, Agosto) y Hugh Grant (Operación U.N.C.L.E., El atlas de las nubes, ¿Qué fue de los Morgan?), y lo completan los actores Simon Helberg (Big Bang, Un tipo serio) y Rebecca Ferguson (Cuando cae la nieve, Misión Imposible: Nación secreta).
Kurma LA SEGUNDA ESPOSA
- Título original
- Kuma
- Año
- 2012
- Duración
- 93 min.
- País
- Austria
- Director
- Umut Dag
- Guión
- Petra Ladinigg (Historia: Umut Dag)
- Música
- Iva Zabkar
- Fotografía
- Carsten Thiele
- Reparto
- Nihal G. Koldas, Begüm Akkaya, Vedat Erincin, Murathan Muslu
- Productora
- Wega Film / ORF
- Género
- Drama
- Sinopsis
- Cuando Ayse celebra su boda en el pueblo en el que vive, todos creen que se ha casado con Hasan, un joven poco mayor que ella. Pero, en realidad, Ayse abandona Turquía para convertirse en la segunda esposa de Mustafá, el padre de Hasan. Al llegar a su nuevo hogar en Viena algunos de los hijos mayores le dan la espalda; en cambio Fatma, la primera esposa de Mustafá la acoge afectuosamente porque ve en ella a su sucesora, la mujer que cuidará a la familia cuando ella ya no esté. Entre las dos mujeres surge una amistad muy especial basada en una confianza total. Pero esta relación se verá cuestionada cuando la familia tenga que enfrentarse a un duro golpe del destino. (FILMAFFINITY)
La insólita vendedora de lencería
La insólita pasión del vendedor de lencería, de Asako Hiruta
Todos
tenemos un gran amor. Algunos tienen un par de ellos, tres o cuatro
incluso, o son tan enamoradizos que encuentran a la persona de sus
sueños cada mes. Pasa igual con los libros: los que nos atraviesan el
corazón de manera definitiva son unos pocos, que recordamos toda la vida
y a los que intentamos regresar siempre que las circunstancias lo
permiten.
Pero eso no impide que muchos, entre cada gran amor, entretengan la espera con amores pequeños, con aventuras de fin de semana que en muchos casos dejan como resultado el lunes una sonrisa en la boca y un teléfono que borrar la semana siguiente. Lo mismo con los libros, con las lecturas, más que nada porque si uno pasara la existencia leyendo los libros de su vida, entonces la estaría leyendo más que vivirla.
La insólita pasión del vendedor de lencería, de Asako Hiruta, ha sido mi rollo de fin de semana. Se lo he confesado a mi novia ya, que me lo ha perdonado, así que puedo escribirlo aquí tranquilamente. Lo he leído en ratos extraños, a las ocho de la mañana de un día de diario, a las doce de la noche de otro, mientras mi novia dormía la siesta y en Madrid comenzaba el infierno del verano. Ahora que lo he terminado sé que no sentiré ansiedad por volver a verlo, que quizá no regrese nunca a él para releer con avidez alguno de los pasajes y que lo mismo dentro de un par de años o tres ni siquiera pueda citarlo entre los libros memorables de dos mil dieciséis.
Pero eso no impide que muchos, entre cada gran amor, entretengan la espera con amores pequeños, con aventuras de fin de semana que en muchos casos dejan como resultado el lunes una sonrisa en la boca y un teléfono que borrar la semana siguiente. Lo mismo con los libros, con las lecturas, más que nada porque si uno pasara la existencia leyendo los libros de su vida, entonces la estaría leyendo más que vivirla.
La insólita pasión del vendedor de lencería, de Asako Hiruta, ha sido mi rollo de fin de semana. Se lo he confesado a mi novia ya, que me lo ha perdonado, así que puedo escribirlo aquí tranquilamente. Lo he leído en ratos extraños, a las ocho de la mañana de un día de diario, a las doce de la noche de otro, mientras mi novia dormía la siesta y en Madrid comenzaba el infierno del verano. Ahora que lo he terminado sé que no sentiré ansiedad por volver a verlo, que quizá no regrese nunca a él para releer con avidez alguno de los pasajes y que lo mismo dentro de un par de años o tres ni siquiera pueda citarlo entre los libros memorables de dos mil dieciséis.
Y sin embargo no lo recordaré con un regusto amargo, al contrario. Ha sido una historia bonita la nuestra. Fue un flechazo por mi parte, me enamoré de la portada nada más verla. Y cuando lo tuve en mis manos… qué maravilla. Vaya tacto, qué encuadernación. Estaba seguro de que si salía con él y me sentaba en un café a leerlo a solas, ligaría. No lo hice, por supuesto, pero siempre que lo sacaba en público sentía miradas de envidia hacia ese objeto con tan buen gusto que sostenía en mis manos.
Es verdad que al profundizar en nuestra relación me di cuenta rápidamente de que no estábamos hechos el uno para el otro. La insólita pasión del vendedor de lencería es una comedia romántica (bueno, eso dice el editor, yo lo veo un chick-lit de manual) y yo soy un chico serio y adusto. Asako Hiruta maneja un lenguaje correcto pero sin aristas, y el desarrollo de la trama es un poco lineal, con lo dado que soy yo a los giros inesperados y a los problemas léxicos. Aun así me vi sin darme cuenta en la página 50, y luego en la 100, y luego fui incapaz de dejarlo hasta que él me dejó a mí con un punto final. ¿Les suena eso de algo?
En cualquier género son siempre bienvenidos los soplos de aire fresco. La insólita pasión del vendedor de lencería lo es para el suyo. Acostumbrados a París, a Londres o a Nueva York, Tokio se nos ofrece como un territorio casi virgen para un libro como este. Eso, una trama desdramatizada con personajes extravagantes y cierto humor japonés lo convierten un poco en rara avis pero a la vez le dan un punto interesante.
¿Y de qué va? Tampoco quiero contar demasiado, no soy de esos que nada más ligar corren a contárselo a los amigos… Diré simplemente que el libro gira alrededor de Satsuko, que trabaja en una agencia de publicidad. Tiene 32 años, una mala edad para estar soltera en el Japón de nuestros días, todavía bastante chapado a la antigua en ese sentido (esto es algo que aprendemos en el libro). Además Satsuko tampoco se cuida demasiado, come fideos de sobre y no hace nada de ejercicio. Pero su existencia cambiará al toparse por casualidad con Tojours Ensemble, una tienda de lencería muy particular, en la que le enseñarán no solo a sacarle partido a su físico sino también a tomarse la vida con una filosofía distinta.
Entre sostenes y braguitas La insólita pasión del vendedor de lencería desliza unas cuantas lecciones sobre nuestra relación con nuestros propios cuerpos (sobre todo para las mujeres) y también nos ofrece una buena zambullida en la realidad de aquellas que parece que están obligadas a ser perfectas esposas, madres, amantes y, encima, trabajadoras.
Un libro dulce y elegante, que además, como ya he dicho, tiene una presentación muy cuidada, en tapa dura de las que merecen la pena, y algunos otros detalles destacados como la faja. Si salen por ahí de libros y al final de la noche no tienen pareja, ya saben.
Para no sufrir más
PARA NO SUFRIR MAS: EL BUDA EN EL MUNDO
ANAGRAMA, 2007
Resumen del libro
En
1992, Pankaj Mishra se traslado a un pueblo del Himalaya para proseguir
su educacion. Ahi comenzo a escribir este libro sobre el budismo. Desde
el inicio comprendio que el entorno social en el que se habia criado
era muy parecido al del joven Siddharta Gautama, posteriormente conocido
como el Buda. Siddharta alcanzo la mayoria
de edad en una epoca en que las ciudades-estado daban paso a imperios
centralizados, lo que engendro el caos social y un traumatico cambio
cultural. Gautama fue, en muchos sentidos, el primer hombre moderno,
pues atino a expresar la perdida de valores y la angustia que ahora
acompaña al hombre contemporaneo. Mishra intenta ubicar al Buda en el
pensamiento occidental, desde Platon a Borges, relatandonos tambien su
propio viaje por la historia y los lugares donde el Buda nacio, vivio y
predico. Una elegia al cosmopolitismo de una personalidad que quiso
liberar al ser humano de la carga del dolo
Los románticos
LOS ROMANTICOS (En papel)
ISBN 9788433969255
PANKAJ MISHRA
,
ANAGRAMA, 2000
(2
valoraciones
)
Datos del libro
Samar,
un joven indio de diecinueve años, hijo de una familia de escasos
recursos pero de la casta superior, alquila una pequeña habitación en
Benarés, a orillas del Ganges. Su madre ha muerto dos años antes y su
padre se ha retirado a un asram, después de confesarle a su hijo su
desinterés por la vida familiar, y el error que cometió al casarse y
fundar una familia, cuando lo que él realmente deseaba era ser un
viajero muy ligero de equipaje. El joven Samar vive sin más compañía que
la literatura que ama: Schopenhauer, Turgéniev, Flaubert y su
melancólica mirada, tan cercana al fatalismo de la filosofía hindú, y
sobre todo los ensayos de Edmund Wilson, que pretende utilizar como hilo
conductor para comprender su caótico país y los confusos tiempos que le
ha tocado vivir.
Europa ignira a Asia
“Europa ignora a Asia, salvo si le puede enriquecer”
Pankaj Mishra, autor de 'De las ruinas de los imperios', debate con 200 estudiantes en un instituto de Barcelona
"Nací y viví mis primeros años en una pequeña ciudad al norte de la
India donde nunca pasaba nada. No tenía televisión, los diarios llegaban
cuando llegaban, no había cine, tampoco teléfonos”. La explicación era
del pensador y escritor indio Pankaj Mishra (1969), autor De las ruinas de los imperios
(Galaxia Gutenberg) ante un auditorio especial: doscientos alumnos de
secundaria y bachillerato del Instituto Miquel Tarradell, de Barcelona.
El centro está en el corazón del barrio del Raval y es uno de los institutos con mayoría abrumadora –más del 90%- de inmigración, especialmente de Pakistán, India y Bangladés. Una proporción que refleja la realidad social de esa parte de Ciutat Vella, con un alto índice de población de origen extranjero. La risa casi se escapaba entre el joven público –generación tecnológica por definición- cuando Mishra dijo que cuando tenía la edad de ellos si quería ver a un amigo “no me quedaba otro remedio que ir a su casa”.
“El nuevo desorden mundial” es la conferencia que esta tarde impartirá el escritor indio en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Un debate en el que abordará algunas de las cuestiones de las que trata en el ensayo De las ruinas de los imperios, recientemente publicado en castellano, y ganador de varios premios, entre ellos el Crossword Award for Best Nonfiction y el alemán Leipzig Book Award for European Understanding. Mishra En De las ruinas de los imperios el escritor aborda la evolución del pensamiento de Asia hasta llegar a algunas de las expresiones actuales, como Al Qaeda o el Partido Comunista chino.
Un ensayo que invita a la reflexión sobre las relaciones oriente y occidente. “En Asia hay un conocimiento general de las principales figuras y tendencias de la cultura de occidente. En cambio, Occidente no sabe nada de los pensadores o gentes de las artes de Asia. Y eso que en los últimos diez años, las grandes potencias, como China y la India, se han desarrollado mucho. Europa sigue ignorando todo lo asiático, salvo la industria y la producción de bienes porque con ello puede hacer dinero y tener mano de obra barata. Se podría decir que, salvo en lo económico, se ignora a Asia”, comentaba el autor ante el auditorio estudiantil. ¿Por qué esa ignorancia? “Por lo de siempre, si eres el poderoso y te crees el centro del universo, no tienes curiosidad por saber lo que ocurre fuera. Es algo que sigue pasando y que explica como muchos norteamericanos creen que África es un país. En cambio, si vienes de fuera, no puedes permitirte el lujo de ser ignorante”, añadía.
Mejorar ese conocimiento de la cultura asiática pasa, en su opinión, por un cambio de mentalidad desde Occidente: “De entrada en las escuelas, la historia debe ser global y debería estudiar la cultura de Asia. Estamos en un mundo globalizado, no solo económicamente”. ¿La religión puede llegar a ser un problema para la convivencia?, preguntó un joven. “ Las religiones suelen reflejar el contexto geográfico, cultural e histórico. Si no se entiende el contexto, es difícil”, contestó.
A los alumnos les interesaba conocer su trayectoria vital y si, en alguna ocasión, había sufrido actitudes racistas. Mishra salió de la India por primera vez a los 26 años. Dejó atrás un mundo tranquilo, explicó, en el que tenía mucho tiempo para leer y escribir desde un pueblo del Himalaya. “Cuando llegué a Londres descubrí una gran colonia de inmigrantes asiáticos, muchos de ellos desde las décadas de los cincuenta y sesenta. Fueron esas generaciones las que sufrieron más las actitudes racistas aunque tengo que reconocer que después de los atentados a mí a veces también me miraban mal por las barbas y el color de mi piel”, comentó Mishra, con unas facciones bastante reveladoras de su origen.
Pasado el primer momento de nervios, los estudiantes se animaron a hacer más preguntas. Uno de ellos, interesado por la cosa práctica, le preguntó, sin rodeos, si ser escritor le permitía vivir bien económicamente. Y al final de la charla/debate, unos cuantos jóvenes se quedaron conversando con el escritor en urdu. Porque esa es la lengua dominante en el patio del instituto, mientras que en clase es el catalán.
Fuera del debate, Mishra explicaba que tenía varios proyectos entre manos, con el trasfondo de las relaciones Oriente / Occidente, a los que no sabía que forma les daría finalmente: ”ahora no estoy en condiciones de saber si será un nuevo ensayo o novela”. Fue una novela, Los románticos (Anagrama, 2000), la que le dio a conocer en todo el mundo. Mishra publicó luego Para no sufrir más: el Buda en el mundo (Anagrama, 2007) en la que mezclaba memoria, historia y filosofía. El escritor es autor, además, de una extensa bibliografía de reportajes, ensayos y libros de viajes.
El centro está en el corazón del barrio del Raval y es uno de los institutos con mayoría abrumadora –más del 90%- de inmigración, especialmente de Pakistán, India y Bangladés. Una proporción que refleja la realidad social de esa parte de Ciutat Vella, con un alto índice de población de origen extranjero. La risa casi se escapaba entre el joven público –generación tecnológica por definición- cuando Mishra dijo que cuando tenía la edad de ellos si quería ver a un amigo “no me quedaba otro remedio que ir a su casa”.
“El nuevo desorden mundial” es la conferencia que esta tarde impartirá el escritor indio en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Un debate en el que abordará algunas de las cuestiones de las que trata en el ensayo De las ruinas de los imperios, recientemente publicado en castellano, y ganador de varios premios, entre ellos el Crossword Award for Best Nonfiction y el alemán Leipzig Book Award for European Understanding. Mishra En De las ruinas de los imperios el escritor aborda la evolución del pensamiento de Asia hasta llegar a algunas de las expresiones actuales, como Al Qaeda o el Partido Comunista chino.
Un ensayo que invita a la reflexión sobre las relaciones oriente y occidente. “En Asia hay un conocimiento general de las principales figuras y tendencias de la cultura de occidente. En cambio, Occidente no sabe nada de los pensadores o gentes de las artes de Asia. Y eso que en los últimos diez años, las grandes potencias, como China y la India, se han desarrollado mucho. Europa sigue ignorando todo lo asiático, salvo la industria y la producción de bienes porque con ello puede hacer dinero y tener mano de obra barata. Se podría decir que, salvo en lo económico, se ignora a Asia”, comentaba el autor ante el auditorio estudiantil. ¿Por qué esa ignorancia? “Por lo de siempre, si eres el poderoso y te crees el centro del universo, no tienes curiosidad por saber lo que ocurre fuera. Es algo que sigue pasando y que explica como muchos norteamericanos creen que África es un país. En cambio, si vienes de fuera, no puedes permitirte el lujo de ser ignorante”, añadía.
Mejorar ese conocimiento de la cultura asiática pasa, en su opinión, por un cambio de mentalidad desde Occidente: “De entrada en las escuelas, la historia debe ser global y debería estudiar la cultura de Asia. Estamos en un mundo globalizado, no solo económicamente”. ¿La religión puede llegar a ser un problema para la convivencia?, preguntó un joven. “ Las religiones suelen reflejar el contexto geográfico, cultural e histórico. Si no se entiende el contexto, es difícil”, contestó.
A los alumnos les interesaba conocer su trayectoria vital y si, en alguna ocasión, había sufrido actitudes racistas. Mishra salió de la India por primera vez a los 26 años. Dejó atrás un mundo tranquilo, explicó, en el que tenía mucho tiempo para leer y escribir desde un pueblo del Himalaya. “Cuando llegué a Londres descubrí una gran colonia de inmigrantes asiáticos, muchos de ellos desde las décadas de los cincuenta y sesenta. Fueron esas generaciones las que sufrieron más las actitudes racistas aunque tengo que reconocer que después de los atentados a mí a veces también me miraban mal por las barbas y el color de mi piel”, comentó Mishra, con unas facciones bastante reveladoras de su origen.
Pasado el primer momento de nervios, los estudiantes se animaron a hacer más preguntas. Uno de ellos, interesado por la cosa práctica, le preguntó, sin rodeos, si ser escritor le permitía vivir bien económicamente. Y al final de la charla/debate, unos cuantos jóvenes se quedaron conversando con el escritor en urdu. Porque esa es la lengua dominante en el patio del instituto, mientras que en clase es el catalán.
Fuera del debate, Mishra explicaba que tenía varios proyectos entre manos, con el trasfondo de las relaciones Oriente / Occidente, a los que no sabía que forma les daría finalmente: ”ahora no estoy en condiciones de saber si será un nuevo ensayo o novela”. Fue una novela, Los románticos (Anagrama, 2000), la que le dio a conocer en todo el mundo. Mishra publicó luego Para no sufrir más: el Buda en el mundo (Anagrama, 2007) en la que mezclaba memoria, historia y filosofía. El escritor es autor, además, de una extensa bibliografía de reportajes, ensayos y libros de viajes.
Mishra, Pankaj
Mishra, Pankaj
Pankaj Mishra (Jhansi, Uttar Pradesh, India, 1969) es
ensayista y novelista. Se graduó en la Universidad de Allahabad y, más
adelante, se doctoró en Literatura Inglesa por la Universidad Jawaharlal
Nehru de Nueva Delhi. En 1992 se marchó a vivir a Mashobra, un pueblo
del Himalaya, donde empezó a colaborar en varias revistas indias, y
actualmente colabora en The New Yorker, The New York Review of Books, The New York Times Book Review, y The Guardian. Su primer libro Butter Chicken en Ludhiana; Viaje por la India provinciana
(Ediciones Barataria, 2002) se definía como un travelogue que describía
los cambios sociales y culturales de su país. Su primera novela, Los románticos (Anagrama, 2000), lo dio a conocer en todo el mundo. El libro Para no sufrir más: el Buda en el mundo
(Anagrama, 2007) mezcla memoria, historia y filosofía, en un ensayo que
trata de analizar la importancia de Buda en el mundo contemporáneo. Una
extensa bibliografía de reportajes, ensayos y libros de viajes le han
hecho convertirse en uno de los máximos expertos de las nuevas
realidades de los países asiáticos. De las ruinas de los imperios
ganó el premio Crossword Award for Best Nonfiction en 2013. En 2014, se
convirtió en el primer libro de un autor no occidental en ganar el
prestigioso premio alemán Leipzig Book Award for European Understanding.
También quedó finalista en los premios Lionel Gelber Prize, Orwell
Prize y el Asia Society’s Benad Schwartz Book Award.Orissa templos y tribus
ORISSA. TEMPLOS Y TRIBUS
- Ficha Técnica
- Editorial:
- LAERTES
- Año de edición:
- 2008
- Materia
- ANTROPOLOGIA SOCIAL Y CULTURAL
- ISBN:
- 978-84-7584-613-2
- EAN:
- 9788475846132
- Páginas:
- 218
- Disponibilidad:
- En stock
- Colección:
- Kin ik
- Idioma:
- CASTELLA
17,50 €
// ORISSA. TEMPLOS Y TRIBUS
Desconocido
todavía para muchos, este estado al este de la India, Orissa, destaca no
sólo por la exuberancia del medio natural, sino también por la
relevancia de la geografía sagrada, sus templos, y la diversidad del
paisaje humano, sus tribus. Ambos, los templos y las tribus de Orissa
son el objetivo principal de este estudio en el que convergen diferentes
perspectivas: histórica, arquitectónica, religiosa, etnológica y
literaria. El "triangulo sagrado" de Orissa compuesto por la capital,
Bhubaneshwar, y las ciudades de Puri y Konark, son espacios
privilegiados donde los dioses y las diosas han construido sus moradas.
Los innumerables templos, accidentes geográficos del pasado, se elevan
como escarpadas cordilleras en el bullicio de la ciudad. Entre estos
tesoros arquitectónicos destacan el templo Lingaraja, el Vaital Deul y
el Mukteswara. El dios Shiva está contento de habitar en ellos. Pero
también Parvati, y Ganesha, y Vishnu, y otras deidades más. La ciudad
sagrada de Puri, un centro de encuentro al lado del mar, reúne a miles
de peregrinos y visitantes que acuden a darse el baño de purificación en
la swargadwara o puerta del cielo. En este lugar el culto en torno al
Señor del Universo (Jagannath) ha generado una excelente literatura de
mitos y leyendas. (...) La escasez de textos en lengua castellana que se
centren en una civilización tan antigua como la India, y más
específicamente en esta región, Orissa, hace que este libro contribuya a
cubrir este vacío cultural de forma magistral.
Taj
Bestseller
TAJ
Temática:
Colección: ESPASA NARRATIVA
Sinopsis de TAJ:
Justo antes de que la bella emperatriz del Indostán, Mumtaz
Mahal, cerrara los ojos para siempre, su esposo le prometió honrar su
recuerdo con el monumento más hermoso jamás construido. Taj es la historia de esa obra magnífi ca y de sus veinte mil héroes: arquitectos, calígrafos, maestros artesanos y obreros que, encaramados al lomo de los elefantes, arrastraban los enormes bloques de mármol. Una narración épica vista a través de los ojos de Balu, un muchacho del desierto con unas dotes extraordinarias para el dibujo que se enfrentará a todos los convencionalismos para recuperar a su amada Aisha, recluida en el harén del soberano.
Con el esplendor y las traiciones de la corte del Gran Mogol como telón de fondo, esta apasionante novela nos sumerge en un tiempo de leyenda en el que todo un imperio trabajó al unísono para superar el mayor de los desafíos.
domingo, 23 de octubre de 2016
Rosa Montero LA CARNE
Rosa Montero: “Siempre ha habido mujeres mayores con amantes jóvenes, el sexismo lo ha hecho clandestino”
- Después de sus viajes literarios por tiempos y mundos distantes,
la escritora sitúa esta novela sobre "la tiranía del deseo" en el
Madrid de 2016
- Pilar Reyes, su editora en Alfaguara, le pregunta sobre este
cambio de registro y sus fijaciones temáticas, que no varían: el miedo
ante la vejez y la muerte
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- Noticias A la vejez, ‘gigolós’
La escritora Rosa Montero.
EP
Uno de los momentos más emocionantes para un editor es leer un
manuscrito en el que su autor está en total dominio de su oficio,
disfrutando de cada instante de escritura. Esa sensación tuve cuando leí
La carne de Rosa Montero. Una novela que,
como su protagonista, no da tregua. Estamos ante una escritura muy
personal, ácida y conmovedora a la vez, capaz de situarnos ante los
grandes temas —el amor, la locura, la vejez—
a través de las peripecias y los trances de una mujer tan de carne y
hueso que olvidamos que está construida con palabras. Es, sin embargo,
un libro atípico en la obra de su autora y quisiera empezar la
entrevista por ahí.
Pregunta. ¿Cómo surgió esta novela? ¿Hubo alguna idea matriz, algún acicate o disparador de toda esta historia?
Respuesta. Hubo la conjunción de un deseo y de una anécdota. Yo no soy muy amante de la literatura autobiográfica y por lo general he escrito novelas sobre realidades en principio muy distantes a la mía: mis protagonistas son una cantante de boleros semianalfabeta, un taxista recién viudo, una sierva de la gleba que se traviste de guerrero en el siglo XII, una androide de combate del siglo XXII.... Sin embargo, llevaba siete u ocho años sintiendo crecer en mi interior el deseo de regresar narrativamente a un mundo cercano al mío, de escribir una novela que sucediera ahora, en Madrid, con personajes de mi edad, más o menos intelectuales y relacionados con el mundo artístico, porque tenía y tengo la convicción de que ya soy lo suficientemente madura en mi literatura como para poder hablar de mi mundo sin hablar de mí, es decir, sin que mi vida empequeñeciera la novela. Y en esas estaba, con ese remusguillo, cuando hará unos tres años un amigo, Berrocal, me contó lo que le había sucedido a una conocida suya, que había contratado a un gigolo para que la acompañara a una cena multitudinaria con el fin de darle celos a un examante. Y ahí saltó la chispa.
P. Si algo llama poderosamente la atención es la naturalidad y la valentía con la que tratas dos temas espinosos: el sexo de pago en la variante cliente mujer y la marcada diferencia de edad en una pareja cuando la persona mucho más joven es el hombre. ¿Cómo encaraste este doble desafío?
R. La verdad es que tú no escoges las novelas que haces, sino que ellas te escogen a ti, de alguna manera te las encuentras, y también te encuentras a los personajes. Quiero decir que yo no me propuse intelectualmente hablar del sexo de pago en la variante mujer ni de las mujeres mayores con chicos jóvenes, ambas cosas salieron con toda naturalidad. En cuanto a lo primero, mi personaje, Soledad, contrata al gigolo solo como acompañante, no desea acostarse con él, pero un suceso violento e inesperado lo desbarata todo y entonces empiezan una relación quizá peligrosa que desde luego ella en principio no quería. O sea, que digamos que lo del sexo nos lo trajeron las casualidades de la vida [ríe]. En cuanto a la diferencia de edad entre ellos, también es algo muy natural. Siempre ha habido mujeres mayores con amantes jóvenes, recordemos a George Sand, o a la mismísima reina Victoria de Inglaterra, pese a su puritanismo; es algo muy habitual, repito, sólo que el sexismo dominante ha hecho que se tratara de una realidad clandestina, oculta. Hoy esa realidad empieza a emerger, pero aún sigue siendo objeto del machismo y la mayoría continúan ocultándolo, porque los amantes jóvenes temen que los tachen de oportunistas o de anormales, cosa que desde luego no sucede cuando el mayor es el hombre (salvo en casos de decrepitud evidente, y ni aun así). Pero bueno, lo que quiero decir es que para mí es algo muy normal que salió naturalmente dentro de la novela.
P. ¿Por qué crees que estos dos temas espinosos han sido tan poco tratados en la narrativa española?
R. Primero porque ha habido muchas menos mujeres escritoras que hombres hasta recientemente, y después porque las mismas mujeres también tenemos prejuicios. Recordemos que se nos educa en el machismo a todos, a hombres y a mujeres. O sea, respondiendo a tu pregunta: por una cuestión de sexismo. Aunque por fortuna la realidad se va normalizando.
P. El amor es uno de tus temas recurrentes o uno de tus motivos narrativos de cabecera, pero aquí le das una nueva vuelta de tuerca. Te atreves a ir mucho más allá y a plantear cuestiones incómodas o difíciles para cualquier lector. ¿Cómo consideras a esta novela en el conjunto de tu obra? ¿Qué lugar dirías que ocupa?
R. Tengo la sensación de que desde hace un par de libros estoy en mi plenitud literaria. No tengo ni idea de adónde he llegado, tal vez no muy lejos, pero es un lugar fértil para mí. La ridícula idea de no volver a verte, El peso del corazón y La carne los he escrito bailando con las palabras, con una fluidez y una libertad antes no alcanzadas. Y, en concreto, La carne ha estallado en mis dedos, mi corazón y mi cabeza como una supernova. Más que haber escrito la novela, tengo la sensación de haber sido escrita por ella (de hecho aparezco como personaje). Es un libro más grande que yo.
P. La pasión carnal es el núcleo central de la trama. Pero la mirada del narrador en tercera persona no es nada inocente. Repasa las dos caras de la tiranía del deseo, la tiranía del sexo: tanto lo que tiene de gozo y libertad, como lo que tiene de peligro. ¿Coincides en esto con el narrador de tu novela?
R. Totalmente. Dentro de la enorme libertad con la que he redactado La carne se inscribe ese narrador cínico, burlón, que increpa alguna vez al lector y aparece y desaparece rompiendo normas. Yo soy menos cínica que él y creo que el amor no desemboca siempre en el daño, pero no cabe duda de que el peligro existe, porque el amor-pasión es un invento y el deseo carnal es un abismo que nos puede conducir a la parte más oscura y más herida de nosotros.
P. Leo un pasaje: “A cierta edad, plantearse hacer el amor con alguien exigía una planificación y una intendencia tan rigurosas como la campaña de África del general Montgomery”. ¿Qué función cumplen el humor y la ironía en esta novela? Porque son dos ingredientes deliciosos que abundan en todo el libro y eso no es casual. ¿Por qué?
R. Me encanta el humor, creo que es una vía de conocimiento y de expresión de la realidad maravillosa porque nos libra de la estupidez de la propia importancia. Uso mucho el humor tanto en mi vida real como en mi narrativa, y en concreto en esta novela es esencial, porque La carne habla de cosas tremendas, de cosas duras y hasta trágicas, pero lo hace con el correctivo, con el consuelo del humor. En cuanto a la ironía, es que la vida es irónica, es decir, contradictorias y paradójica. La vida es un gran chiste, aunque sea a menudo un chiste negro.
P. ¿Qué hay de Rosa Montero en esta voz narrativa tan irónica como aguda?
R. Está mi visión del mundo, claro, solo que llevada hasta el extremo. Solemos usar las novelas para explorar nuestros extremos del ser.
P. Pero además de humor en esta historia también hay mucha rabia y miedo a envejecer. Rabia y miedo de la protagonista Soledad Alegre. ¿Narrar este miedo y esta impotencia también es fue una forma exorcizarlos? ¿Aquí hubo alguna forma de catarsis?
R. Todos mis libros hablan del miedo a la muerte y al paso del tiempo. Mi narrativa es especialmente existencial. El horror a la vejez (como antesala de la muerte) está desde mi primera novela, La crónica del desamor, que publiqué con 28 años. Así que si escribir de estos temas es una catarsis, se ve que me ha servido de muy poco [ríe]. No creo en el efecto catártico de las novelas. Creo, eso sí, en el efecto estructurante. Sin novelas no podría vivir, son como un esqueleto exógeno que me permite sostenerme en pie. Si no hubiera estado echando palabras en el pozo del miedo a la muerte desde hace años, no sé cómo me las habría arreglado para soportar la existencia. Pero hay que estar alimentando constantemente esa hoguera. Es la guerra, más madera.
P. Sin revelar demasiado, el final de la novela es abierto, pero en cualquier caso está muy lejos de cualquier happy end al uso. Es más, se diría que deja un sabor agridulce. ¿Esto fue buscado adrede? ¿Por qué?
R. Yo creo que Soledad, mi protagonista, termina la novela en bastante mejor situación de la que estaba al comienzo. Hay un instante de redención y de liberación, y su futuro tiene bastante más luz que su pasado. Pero por supuesto que no es un final feliz de cuento de hadas, porque sería irreal. En la vida siempre hay incertidumbre, siempre hay inquietud. No obstante, me parece que es un final consolador y esperanzador.
P. La última es una pregunta obligada. ¿En qué estás trabajando ahora? ¿Qué será lo próximo de Rosa Montero?
R. Pues estoy desarrollando ya mi tercera novela de Bruna Husky, la detective androide de Madrid en el año 2109. Y hablando de finales, se me ha ocurrido uno para esta nueva novela de Bruna que me tiene entusiasmada. Estoy deseando escribir el libro para poder llegar a ese final.
Pregunta. ¿Cómo surgió esta novela? ¿Hubo alguna idea matriz, algún acicate o disparador de toda esta historia?
Respuesta. Hubo la conjunción de un deseo y de una anécdota. Yo no soy muy amante de la literatura autobiográfica y por lo general he escrito novelas sobre realidades en principio muy distantes a la mía: mis protagonistas son una cantante de boleros semianalfabeta, un taxista recién viudo, una sierva de la gleba que se traviste de guerrero en el siglo XII, una androide de combate del siglo XXII.... Sin embargo, llevaba siete u ocho años sintiendo crecer en mi interior el deseo de regresar narrativamente a un mundo cercano al mío, de escribir una novela que sucediera ahora, en Madrid, con personajes de mi edad, más o menos intelectuales y relacionados con el mundo artístico, porque tenía y tengo la convicción de que ya soy lo suficientemente madura en mi literatura como para poder hablar de mi mundo sin hablar de mí, es decir, sin que mi vida empequeñeciera la novela. Y en esas estaba, con ese remusguillo, cuando hará unos tres años un amigo, Berrocal, me contó lo que le había sucedido a una conocida suya, que había contratado a un gigolo para que la acompañara a una cena multitudinaria con el fin de darle celos a un examante. Y ahí saltó la chispa.
P. Si algo llama poderosamente la atención es la naturalidad y la valentía con la que tratas dos temas espinosos: el sexo de pago en la variante cliente mujer y la marcada diferencia de edad en una pareja cuando la persona mucho más joven es el hombre. ¿Cómo encaraste este doble desafío?
R. La verdad es que tú no escoges las novelas que haces, sino que ellas te escogen a ti, de alguna manera te las encuentras, y también te encuentras a los personajes. Quiero decir que yo no me propuse intelectualmente hablar del sexo de pago en la variante mujer ni de las mujeres mayores con chicos jóvenes, ambas cosas salieron con toda naturalidad. En cuanto a lo primero, mi personaje, Soledad, contrata al gigolo solo como acompañante, no desea acostarse con él, pero un suceso violento e inesperado lo desbarata todo y entonces empiezan una relación quizá peligrosa que desde luego ella en principio no quería. O sea, que digamos que lo del sexo nos lo trajeron las casualidades de la vida [ríe]. En cuanto a la diferencia de edad entre ellos, también es algo muy natural. Siempre ha habido mujeres mayores con amantes jóvenes, recordemos a George Sand, o a la mismísima reina Victoria de Inglaterra, pese a su puritanismo; es algo muy habitual, repito, sólo que el sexismo dominante ha hecho que se tratara de una realidad clandestina, oculta. Hoy esa realidad empieza a emerger, pero aún sigue siendo objeto del machismo y la mayoría continúan ocultándolo, porque los amantes jóvenes temen que los tachen de oportunistas o de anormales, cosa que desde luego no sucede cuando el mayor es el hombre (salvo en casos de decrepitud evidente, y ni aun así). Pero bueno, lo que quiero decir es que para mí es algo muy normal que salió naturalmente dentro de la novela.
R. Primero porque ha habido muchas menos mujeres escritoras que hombres hasta recientemente, y después porque las mismas mujeres también tenemos prejuicios. Recordemos que se nos educa en el machismo a todos, a hombres y a mujeres. O sea, respondiendo a tu pregunta: por una cuestión de sexismo. Aunque por fortuna la realidad se va normalizando.
P. El amor es uno de tus temas recurrentes o uno de tus motivos narrativos de cabecera, pero aquí le das una nueva vuelta de tuerca. Te atreves a ir mucho más allá y a plantear cuestiones incómodas o difíciles para cualquier lector. ¿Cómo consideras a esta novela en el conjunto de tu obra? ¿Qué lugar dirías que ocupa?
R. Tengo la sensación de que desde hace un par de libros estoy en mi plenitud literaria. No tengo ni idea de adónde he llegado, tal vez no muy lejos, pero es un lugar fértil para mí. La ridícula idea de no volver a verte, El peso del corazón y La carne los he escrito bailando con las palabras, con una fluidez y una libertad antes no alcanzadas. Y, en concreto, La carne ha estallado en mis dedos, mi corazón y mi cabeza como una supernova. Más que haber escrito la novela, tengo la sensación de haber sido escrita por ella (de hecho aparezco como personaje). Es un libro más grande que yo.
P. La pasión carnal es el núcleo central de la trama. Pero la mirada del narrador en tercera persona no es nada inocente. Repasa las dos caras de la tiranía del deseo, la tiranía del sexo: tanto lo que tiene de gozo y libertad, como lo que tiene de peligro. ¿Coincides en esto con el narrador de tu novela?
R. Totalmente. Dentro de la enorme libertad con la que he redactado La carne se inscribe ese narrador cínico, burlón, que increpa alguna vez al lector y aparece y desaparece rompiendo normas. Yo soy menos cínica que él y creo que el amor no desemboca siempre en el daño, pero no cabe duda de que el peligro existe, porque el amor-pasión es un invento y el deseo carnal es un abismo que nos puede conducir a la parte más oscura y más herida de nosotros.
P. Leo un pasaje: “A cierta edad, plantearse hacer el amor con alguien exigía una planificación y una intendencia tan rigurosas como la campaña de África del general Montgomery”. ¿Qué función cumplen el humor y la ironía en esta novela? Porque son dos ingredientes deliciosos que abundan en todo el libro y eso no es casual. ¿Por qué?
R. Me encanta el humor, creo que es una vía de conocimiento y de expresión de la realidad maravillosa porque nos libra de la estupidez de la propia importancia. Uso mucho el humor tanto en mi vida real como en mi narrativa, y en concreto en esta novela es esencial, porque La carne habla de cosas tremendas, de cosas duras y hasta trágicas, pero lo hace con el correctivo, con el consuelo del humor. En cuanto a la ironía, es que la vida es irónica, es decir, contradictorias y paradójica. La vida es un gran chiste, aunque sea a menudo un chiste negro.
P. ¿Qué hay de Rosa Montero en esta voz narrativa tan irónica como aguda?
R. Está mi visión del mundo, claro, solo que llevada hasta el extremo. Solemos usar las novelas para explorar nuestros extremos del ser.
P. Pero además de humor en esta historia también hay mucha rabia y miedo a envejecer. Rabia y miedo de la protagonista Soledad Alegre. ¿Narrar este miedo y esta impotencia también es fue una forma exorcizarlos? ¿Aquí hubo alguna forma de catarsis?
R. Todos mis libros hablan del miedo a la muerte y al paso del tiempo. Mi narrativa es especialmente existencial. El horror a la vejez (como antesala de la muerte) está desde mi primera novela, La crónica del desamor, que publiqué con 28 años. Así que si escribir de estos temas es una catarsis, se ve que me ha servido de muy poco [ríe]. No creo en el efecto catártico de las novelas. Creo, eso sí, en el efecto estructurante. Sin novelas no podría vivir, son como un esqueleto exógeno que me permite sostenerme en pie. Si no hubiera estado echando palabras en el pozo del miedo a la muerte desde hace años, no sé cómo me las habría arreglado para soportar la existencia. Pero hay que estar alimentando constantemente esa hoguera. Es la guerra, más madera.
P. Sin revelar demasiado, el final de la novela es abierto, pero en cualquier caso está muy lejos de cualquier happy end al uso. Es más, se diría que deja un sabor agridulce. ¿Esto fue buscado adrede? ¿Por qué?
R. Yo creo que Soledad, mi protagonista, termina la novela en bastante mejor situación de la que estaba al comienzo. Hay un instante de redención y de liberación, y su futuro tiene bastante más luz que su pasado. Pero por supuesto que no es un final feliz de cuento de hadas, porque sería irreal. En la vida siempre hay incertidumbre, siempre hay inquietud. No obstante, me parece que es un final consolador y esperanzador.
P. La última es una pregunta obligada. ¿En qué estás trabajando ahora? ¿Qué será lo próximo de Rosa Montero?
R. Pues estoy desarrollando ya mi tercera novela de Bruna Husky, la detective androide de Madrid en el año 2109. Y hablando de finales, se me ha ocurrido uno para esta nueva novela de Bruna que me tiene entusiasmada. Estoy deseando escribir el libro para poder llegar a ese final.
Botas de lluvia suecas
Temática:
Colección: Andanzas | Serie Volumen independiente
Una entrañable narración sobre las ganas de vivir, y de enamorarse, en el otoño de la vida.
Sinopsis de Botas de lluvia suecas:
Una noche de otoño, Fredrik Welin —el protagonista de la exitosa novela Zapatos italianos—
se despierta cuando un incendio arrasa su casa. A sus sesenta y nueve
años, este solitario médico jubilado sale penosamente de entre las
llamas, calzado con unas botas de lluvia (pero ambas pertenecen al pie
izquierdo). Sólo quedan, a la mañana siguiente, unas ruinas malolientes:
ha perdido su casa y todas sus pertenencias, y tiene que mudarse a un
remolque, una caravana que pertenece a su hija. Cuando por el
archipiélago se extiende el rumor de que él mismo ha provocado el fuego,
la policía lo interroga, sin llegar a acusarlo. De pronto, Louise, la
hija de Fredrik, viaja hasta la isla por motivos misteriosos. Todos esos
acontecimientos sumen en el desconcierto a Fredrik, que ese otoño ve
como se acerca a la vejez, también a la muerte, y desea saldar todas sus
cuentas con la vida. Sin embargo, al conocer a Lisa Modin, una
periodista que trabaja para el diario local y que investiga el incendio,
se despiertan en él sentimientos que llevaban mucho tiempo muertos.
Cuando en Nochevieja decide celebrar una fiesta a la que invita a sus
amigos, se desata un incendio en otra casa del archipiélago.
Adiós definitivo de Mankell
Mankell dice adiós con un viaje a la orilla entre la vida y la muerte
‘Botas de lluvia suecas’, última novela que el autor sueco escribió poco antes de morir en 2015 a causa de un cáncer, llega a las librerías la próxima semana en español
Henning Mankell (Estocolmo, 1948-2015) escribió esta obra en los días más oscuros de su vida, cuando combatía un cáncer que le llevó a la muerte un año y medio después de ser diagnosticado. Pero tuvo tiempo de verla editada en su país y el próximo martes, los lectores la encontrarán en español de la mano de Tusquets. No se trata de una de sus famosas novelas negras, ni aparece por ninguna parte el inspector Wallander para descubrir quién está detrás de un crimen, pero el texto también incorpora delitos, culpables y policías que mantienen la inquietud del “género nórdico”, como lo describe el editor Juan Cerezo, ese del que Mankell fue un adelantado y que lo convirtió casi “en un subgénero de la novela negra”.
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Y entre un viaje y otro, de la isla al continente, el autor va encendiendo algunas luces entre las brumosas reflexiones.
Lo que Henning decía sobre...
El mundo: "La mayor parte de la miseria se podría evitar”.
África: “Hace de mí una mejor persona, un mejor escritor y un mejor europeo”.
Las mujeres: “En un sentido profundo, soy feminista”.
La emigración: “¿Qué significa un niño ilegal?”.
Novela criminal: “Miente quien dice que no ha pensado en matar a alguien”.
África: “Hace de mí una mejor persona, un mejor escritor y un mejor europeo”.
Las mujeres: “En un sentido profundo, soy feminista”.
La emigración: “¿Qué significa un niño ilegal?”.
Novela criminal: “Miente quien dice que no ha pensado en matar a alguien”.
No, no es esta última novela de Mankell una lectura alegre, pero tampoco está sumida en brumas y nieblas, brilla aún el otoño cuando arranca la acción y la primavera buscará, más tarde, abrirse paso entre los hielos del archipiélago. No está el protagonista ahogado en los recuerdos, el presente le trae novedades de las que sacar provecho para seguir caminando.
Y tampoco echarán de menos los lectores los elementos más clásicos del universo que construyó el autor sueco: una crítica que se cuela entre líneas a la más desalmada sociedad europea contemporánea, la que no tiene miramientos con los migrantes, la que castiga con más rigor a un carterista de tercera regional que a un delincuente de guante blanco. Su disgusto por el destrozo medioambiental que caracteriza a esta época, “las toneladas de basura nuclear” debajo de las alfombras del siglo XXI. O que muestre sin pudor los resquicios de la miseria que también existen en sociedades idealizadas, como los países nórdicos, esas socialdemocracias que siempre se ponen de ejemplo.
Entrañable y querido
Todas esas características hacían del autor sueco un personaje entrañable y querido, sin gusto “por la pompa ni el protocolo, huidizo con las aglomeraciones”, opina Cerezo, y que tiraba de su dominio del teatro para combatir las escenas en las que tenía que sobreponerse a un público que, en ocasiones, le admiraba con demasiado calor. Pero toda esa humanidad, que también se atisba en sus personajes —y toda la crueldad con que caracterizó a los malos— rompieron las barreras de la comunicación y le hicieron universal. Sus obras, vendidas por millones en todo el mundo, calaron fuerte también entre lectores de latitudes más cálidas, donde no sobran detectives, comisarios ni inspectores de buen comer.Entre todos ellos dejó Mankell a su Kurt Wallander, desastrado y humano, del que se atisban rasgos también en el protagonista que calza ahora las botas de agua.
Y el amor, también aparece en esta última entrega (póstuma en español) del autor sueco; el amor como una palanca, como un remo para hacer un viaje, más de uno, entre la soledad y la compañía, entre la isla y el continente.
Fe de errores
Por un error de edición en esta web, en una versión anterior, ahora corregida, el título del libro decía botas secas, en lugar de suecas.
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