“Europa ignora a Asia, salvo si le puede enriquecer”
Pankaj Mishra, autor de 'De las ruinas de los imperios', debate con 200 estudiantes en un instituto de Barcelona
"Nací y viví mis primeros años en una pequeña ciudad al norte de la
India donde nunca pasaba nada. No tenía televisión, los diarios llegaban
cuando llegaban, no había cine, tampoco teléfonos”. La explicación era
del pensador y escritor indio Pankaj Mishra (1969), autor De las ruinas de los imperios
(Galaxia Gutenberg) ante un auditorio especial: doscientos alumnos de
secundaria y bachillerato del Instituto Miquel Tarradell, de Barcelona.
El centro está en el corazón del barrio del Raval y es uno de los institutos con mayoría abrumadora –más del 90%- de inmigración, especialmente de Pakistán, India y Bangladés. Una proporción que refleja la realidad social de esa parte de Ciutat Vella, con un alto índice de población de origen extranjero. La risa casi se escapaba entre el joven público –generación tecnológica por definición- cuando Mishra dijo que cuando tenía la edad de ellos si quería ver a un amigo “no me quedaba otro remedio que ir a su casa”.
“El nuevo desorden mundial” es la conferencia que esta tarde impartirá el escritor indio en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Un debate en el que abordará algunas de las cuestiones de las que trata en el ensayo De las ruinas de los imperios, recientemente publicado en castellano, y ganador de varios premios, entre ellos el Crossword Award for Best Nonfiction y el alemán Leipzig Book Award for European Understanding. Mishra En De las ruinas de los imperios el escritor aborda la evolución del pensamiento de Asia hasta llegar a algunas de las expresiones actuales, como Al Qaeda o el Partido Comunista chino.
Un ensayo que invita a la reflexión sobre las relaciones oriente y occidente. “En Asia hay un conocimiento general de las principales figuras y tendencias de la cultura de occidente. En cambio, Occidente no sabe nada de los pensadores o gentes de las artes de Asia. Y eso que en los últimos diez años, las grandes potencias, como China y la India, se han desarrollado mucho. Europa sigue ignorando todo lo asiático, salvo la industria y la producción de bienes porque con ello puede hacer dinero y tener mano de obra barata. Se podría decir que, salvo en lo económico, se ignora a Asia”, comentaba el autor ante el auditorio estudiantil. ¿Por qué esa ignorancia? “Por lo de siempre, si eres el poderoso y te crees el centro del universo, no tienes curiosidad por saber lo que ocurre fuera. Es algo que sigue pasando y que explica como muchos norteamericanos creen que África es un país. En cambio, si vienes de fuera, no puedes permitirte el lujo de ser ignorante”, añadía.
Mejorar ese conocimiento de la cultura asiática pasa, en su opinión, por un cambio de mentalidad desde Occidente: “De entrada en las escuelas, la historia debe ser global y debería estudiar la cultura de Asia. Estamos en un mundo globalizado, no solo económicamente”. ¿La religión puede llegar a ser un problema para la convivencia?, preguntó un joven. “ Las religiones suelen reflejar el contexto geográfico, cultural e histórico. Si no se entiende el contexto, es difícil”, contestó.
A los alumnos les interesaba conocer su trayectoria vital y si, en alguna ocasión, había sufrido actitudes racistas. Mishra salió de la India por primera vez a los 26 años. Dejó atrás un mundo tranquilo, explicó, en el que tenía mucho tiempo para leer y escribir desde un pueblo del Himalaya. “Cuando llegué a Londres descubrí una gran colonia de inmigrantes asiáticos, muchos de ellos desde las décadas de los cincuenta y sesenta. Fueron esas generaciones las que sufrieron más las actitudes racistas aunque tengo que reconocer que después de los atentados a mí a veces también me miraban mal por las barbas y el color de mi piel”, comentó Mishra, con unas facciones bastante reveladoras de su origen.
Pasado el primer momento de nervios, los estudiantes se animaron a hacer más preguntas. Uno de ellos, interesado por la cosa práctica, le preguntó, sin rodeos, si ser escritor le permitía vivir bien económicamente. Y al final de la charla/debate, unos cuantos jóvenes se quedaron conversando con el escritor en urdu. Porque esa es la lengua dominante en el patio del instituto, mientras que en clase es el catalán.
Fuera del debate, Mishra explicaba que tenía varios proyectos entre manos, con el trasfondo de las relaciones Oriente / Occidente, a los que no sabía que forma les daría finalmente: ”ahora no estoy en condiciones de saber si será un nuevo ensayo o novela”. Fue una novela, Los románticos (Anagrama, 2000), la que le dio a conocer en todo el mundo. Mishra publicó luego Para no sufrir más: el Buda en el mundo (Anagrama, 2007) en la que mezclaba memoria, historia y filosofía. El escritor es autor, además, de una extensa bibliografía de reportajes, ensayos y libros de viajes.
El centro está en el corazón del barrio del Raval y es uno de los institutos con mayoría abrumadora –más del 90%- de inmigración, especialmente de Pakistán, India y Bangladés. Una proporción que refleja la realidad social de esa parte de Ciutat Vella, con un alto índice de población de origen extranjero. La risa casi se escapaba entre el joven público –generación tecnológica por definición- cuando Mishra dijo que cuando tenía la edad de ellos si quería ver a un amigo “no me quedaba otro remedio que ir a su casa”.
“El nuevo desorden mundial” es la conferencia que esta tarde impartirá el escritor indio en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Un debate en el que abordará algunas de las cuestiones de las que trata en el ensayo De las ruinas de los imperios, recientemente publicado en castellano, y ganador de varios premios, entre ellos el Crossword Award for Best Nonfiction y el alemán Leipzig Book Award for European Understanding. Mishra En De las ruinas de los imperios el escritor aborda la evolución del pensamiento de Asia hasta llegar a algunas de las expresiones actuales, como Al Qaeda o el Partido Comunista chino.
Un ensayo que invita a la reflexión sobre las relaciones oriente y occidente. “En Asia hay un conocimiento general de las principales figuras y tendencias de la cultura de occidente. En cambio, Occidente no sabe nada de los pensadores o gentes de las artes de Asia. Y eso que en los últimos diez años, las grandes potencias, como China y la India, se han desarrollado mucho. Europa sigue ignorando todo lo asiático, salvo la industria y la producción de bienes porque con ello puede hacer dinero y tener mano de obra barata. Se podría decir que, salvo en lo económico, se ignora a Asia”, comentaba el autor ante el auditorio estudiantil. ¿Por qué esa ignorancia? “Por lo de siempre, si eres el poderoso y te crees el centro del universo, no tienes curiosidad por saber lo que ocurre fuera. Es algo que sigue pasando y que explica como muchos norteamericanos creen que África es un país. En cambio, si vienes de fuera, no puedes permitirte el lujo de ser ignorante”, añadía.
Mejorar ese conocimiento de la cultura asiática pasa, en su opinión, por un cambio de mentalidad desde Occidente: “De entrada en las escuelas, la historia debe ser global y debería estudiar la cultura de Asia. Estamos en un mundo globalizado, no solo económicamente”. ¿La religión puede llegar a ser un problema para la convivencia?, preguntó un joven. “ Las religiones suelen reflejar el contexto geográfico, cultural e histórico. Si no se entiende el contexto, es difícil”, contestó.
A los alumnos les interesaba conocer su trayectoria vital y si, en alguna ocasión, había sufrido actitudes racistas. Mishra salió de la India por primera vez a los 26 años. Dejó atrás un mundo tranquilo, explicó, en el que tenía mucho tiempo para leer y escribir desde un pueblo del Himalaya. “Cuando llegué a Londres descubrí una gran colonia de inmigrantes asiáticos, muchos de ellos desde las décadas de los cincuenta y sesenta. Fueron esas generaciones las que sufrieron más las actitudes racistas aunque tengo que reconocer que después de los atentados a mí a veces también me miraban mal por las barbas y el color de mi piel”, comentó Mishra, con unas facciones bastante reveladoras de su origen.
Pasado el primer momento de nervios, los estudiantes se animaron a hacer más preguntas. Uno de ellos, interesado por la cosa práctica, le preguntó, sin rodeos, si ser escritor le permitía vivir bien económicamente. Y al final de la charla/debate, unos cuantos jóvenes se quedaron conversando con el escritor en urdu. Porque esa es la lengua dominante en el patio del instituto, mientras que en clase es el catalán.
Fuera del debate, Mishra explicaba que tenía varios proyectos entre manos, con el trasfondo de las relaciones Oriente / Occidente, a los que no sabía que forma les daría finalmente: ”ahora no estoy en condiciones de saber si será un nuevo ensayo o novela”. Fue una novela, Los románticos (Anagrama, 2000), la que le dio a conocer en todo el mundo. Mishra publicó luego Para no sufrir más: el Buda en el mundo (Anagrama, 2007) en la que mezclaba memoria, historia y filosofía. El escritor es autor, además, de una extensa bibliografía de reportajes, ensayos y libros de viajes.
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