domingo, 6 de julio de 2014

A Lupita le gustaba planchar, LAURA ESQUIVEL



A Lupita le gustaba planchar - Laura Esquivel

Título: A Lupita le gustaba planchar
Autor: Laura Esquivel
Traductor:  --------
Editorial: Suma de Letras
Páginas: 198
Precio: $239.00

Gracias a Suma de letras por el libro para reseña.

Sinopsis: Lupita, la protagonista de esta novela, es una antiheroína fuera de serie. Es una policía poco agraciada físicamente, con problemas de alcoholismo, que ha padecido la violencia y sobrevive en un medio donde reinan las apariencias, el dinero y el poder.
En su búsqueda del amor, termina involucrada de forma azarosa en el asesinato de un político y debe desentrañar lo que hay detrás del crimen, pues su propia vida está en riesgo.
Con su característico lenguaje accesible y enganchador, un refrescante humor negro y una profunda mirada espiritual, Laura Esquivel traza un fascinante retrato de una sociedad que ha perdido el rumbo, donde casi todos somos un poco Lupita y buscamos algo que nos salve del desamor.


La historia: A Lupita le gustaba planchar, lavar, tejer, bordar, sembrar, correr, bailar, observar el cielo y hacer el amor. Cosas cotidianas, cosas que la mantienen atada a la tierra. También le gustaba la soledad, el silencio, chupar, tener la razón y chingar, la parte más oscura de ella misma. Pero también a Lupita le gustaba proteger, deducir y preguntar. Y tal vez por eso era policía. Le gustaba el orden, aunque por dentro, incluso ella misma tenga un oscuro pasado.
Pero el día que se vuelve la única testigo del asesinato de un delegado, su mundo se vuelve de cabeza, porque de pronto se ve más que envuelta en una lucha de poderes de una ciudad y un país adicto, corrupto y traicionero.
A pesar de todo, Lupita tiene la esperanza de un país mejor, uno en donde la gente piense más en los demás que en sí misma. Y mientras intenta resolver un crimen, ella misma debe cambiar, para lograr el cambio en todo lo que la rodea.

Mi opinión: No soy novata en las letras de Laura Esquivel. Ya con su novela más famosa, conquistó mi corazón. Y quería leer algo más de ella. Así que cuando vi en las novedades este libro, supe que era ideal para mi corazón ansioso de literatura nacional.

No sabía que esperar. Poco había leído de él más que la sinopsis, y tampoco había leído reseñas. Sí, era de Laura Esquivel, pero en un género totalmente distinto a aquel en el que la había conocido. Iba a ciegas con este libro y quizás por eso me ha gustado tanto.

En esta historia nos encontramos una narrativa contemporánea, con tintes de misterio y novela policíaca. Eso ya es un punto a favor para mí, porque suelo disfrutar este género. Que se lleve a cabo en lugares que me son conocidos, es aún mejor, porque me siento más parte de la historia. Que sea cotidiana, aún con todo lo que hay que resolver, la vuelve cercana al lector. 
Pero quizás su mayor logro, es esta protagonista que es la antiheroína de cualquier historia. Lupita es regordeta, baja de estatura, alcohólica y drogadicta en semi-recuperación y ex-convicta. Es una mujer que no se quiere a sí misma y que busca el cariño de los demás, aunque se presente en forma de fajes, de bailes pegados y de relaciones destructivas. 
Su historia se nos va contando a cuentagotas, al mismo tiempo que intenta resolver un asesinato del que es testigo y que la deja totalmente en shock y con los pantalones mojados. Por eso, poco a poco sabemos lo que le gusta a Lupita y poco a poco entendemos que cada una de esas cosas, tiene un gran significado, mucho más allá de lo cotidiano. Para ella, planchar no sólo es quitar arrugas de la ropa, es poner en orden su mundo. Lupita necesita de todas esas cosas para aclarar su mente, su cuerpo y su vida, porque si no las tuviera; su pasado, su culpa y su dolor, la seguirían reteniendo en lo más bajo, en aquello en lo que ya cayó y a lo que no quiere volver.

       "Planchar le aquietaba el pensamiento, le devolvía el sano juicio, como si el quitar arrugas fuera su manera de arreglar el mundo, de ejercer su autoridad. Para ella, desarrugar era una suerte de aniquilamiento mediante el cual la arruga moría para dar paso al orden, cosa que ese día requería más que nunca. Necesitaba llenar su ojos de blanco, de limpieza, de pureza y con ello confirmar que todo estaba bajo control, que no había cabos sueltos, que en la esquina de Aldama con Ayuntamiento, justo frente al Jardín Cuihtláhuac, no había manchas de sangre."

El misterio viene dado por este asesinato que hay que resolver. 

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