Escribí 'Condiciones nerviosas' para ver mujeres como yo en la literatura”
Editamos una de las novelas revelación de la literatura africana, 'Condiciones nerviosas', que trata sobre la lucha de una niña por acceder a la educación en la Rodesia rural (hoy Zimbabwe) de los años '60. Conoce a Tsitsi Dangarembga, su autora, quien reflexiona sobre la discriminación que deben sortear las mujeres en África.
¿Qué le hizo escribir esta su primera novela?
Editamos una de las novelas revelación de la literatura africana, 'Condiciones nerviosas', que trata sobre la lucha de una niña por acceder a la educación en la Rodesia rural (hoy Zimbabwe) de los años '60. Conoce a Tsitsi Dangarembga, su autora, quien reflexiona sobre la discriminación que deben sortear las mujeres en África.
¿Qué le hizo escribir esta su primera novela?
Quería ver mujeres como yo en la literatura. En esa época no había apenas mujeres, en todo caso no había ninguna mujer de Zimbabwe en la literatura con la que yo pudiera identificarme. Así que cuando crecí, todo lo que pude absorber de la literatura y de la narrativa era una representación hecha por alguien diferente y a menudo sobre alguien también diferente a mí. Tuve acceso a la literatura afroamericana, donde sí hay mujeres de color, cuando ya fui una mujer joven.
¿Por qué dejó de escribir si “Condiciones nerviosas”, su primera novela, tuvo tanto éxito?
Cuando acabé de escribir 'Condiciones nerviosas' no pude publicarla porque las editoriales de Zimbabwe, que están dirigidas por hombres, se aseguraron, hace ya 25 años, de que no se oyera mi voz. Aún hoy en día la gente implicada lo niega. Nadie tiene el coraje de confesar ni de pedir perdón. Así que por culpa de la represión silenciosa de mi obra, que sufrí por el hecho de ser mujer, me di cuenta de que tenía que dedicarme a otra cosa. Años después de que hubiera escrito la novela, finalmente fue publicada por Women’s Press. Por aquel entonces yo estaba ya de camino hacia Alemania, donde estudié cine y tuve que conformarme con este otro medio de vida. Sin embargo, hoy en día, 25 años después, vuelvo a enfrentar los mismos retos en Zimbabwe. Hace poco que justamente un colega, un hombre, ha presidido una junta que decidió bloquear la publicación de mi segunda novela, 'The Book of Not', en Zimbabwe.
¿Quiénes son sus escritores de cabecera, aquellos a los que siempre vuelve y con los que le gustaría ser comparada?
Alice Walker es una gran inspiración en mi vida. Recuerdo que una vez escribió sobre ser el novelista como el modelo y el escultor a la vez. Esto hace la tarea doblemente difícil. Tuve el privilegio de conocerla en persona. Fue durante una cena con cientos de personas. Yo presentaba una película en la Costa Oeste de los EEUU. Ella dejó su mesa y vino a saludarme y darme ánimos. Cuando veo cada día lo que pasa en el mundo, crece aún más mi admiración por la gracia que Alice Walker muestra en todas sus gestas. También admiro a Toni Morrison como escritora, a Chinua Achebe y Dambudzo Marechera. De entre los autores universales, Jorge Amado, García Márquez, Balzac, por decir unos pocos. La verdad es que cada vez leo más ensayo, y esto es horroroso.
Al acabar de leer la novela, una se queda con la impresión de que la educación y la cultura tienen poco (o nada) que ver con la libertad. ¿Es así?
¿Por qué dejó de escribir si “Condiciones nerviosas”, su primera novela, tuvo tanto éxito?
Cuando acabé de escribir 'Condiciones nerviosas' no pude publicarla porque las editoriales de Zimbabwe, que están dirigidas por hombres, se aseguraron, hace ya 25 años, de que no se oyera mi voz. Aún hoy en día la gente implicada lo niega. Nadie tiene el coraje de confesar ni de pedir perdón. Así que por culpa de la represión silenciosa de mi obra, que sufrí por el hecho de ser mujer, me di cuenta de que tenía que dedicarme a otra cosa. Años después de que hubiera escrito la novela, finalmente fue publicada por Women’s Press. Por aquel entonces yo estaba ya de camino hacia Alemania, donde estudié cine y tuve que conformarme con este otro medio de vida. Sin embargo, hoy en día, 25 años después, vuelvo a enfrentar los mismos retos en Zimbabwe. Hace poco que justamente un colega, un hombre, ha presidido una junta que decidió bloquear la publicación de mi segunda novela, 'The Book of Not', en Zimbabwe.
¿Quiénes son sus escritores de cabecera, aquellos a los que siempre vuelve y con los que le gustaría ser comparada?
Alice Walker es una gran inspiración en mi vida. Recuerdo que una vez escribió sobre ser el novelista como el modelo y el escultor a la vez. Esto hace la tarea doblemente difícil. Tuve el privilegio de conocerla en persona. Fue durante una cena con cientos de personas. Yo presentaba una película en la Costa Oeste de los EEUU. Ella dejó su mesa y vino a saludarme y darme ánimos. Cuando veo cada día lo que pasa en el mundo, crece aún más mi admiración por la gracia que Alice Walker muestra en todas sus gestas. También admiro a Toni Morrison como escritora, a Chinua Achebe y Dambudzo Marechera. De entre los autores universales, Jorge Amado, García Márquez, Balzac, por decir unos pocos. La verdad es que cada vez leo más ensayo, y esto es horroroso.
Al acabar de leer la novela, una se queda con la impresión de que la educación y la cultura tienen poco (o nada) que ver con la libertad. ¿Es así?
Sí, del todo. La educación y la cultura a menudo son cuerdas que nos atan para que actuemos y pensemos de una determinada manera. Por ello las grandes religiones del mundo ofrecen una noción diferente de la libertad.
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