El problema de la inmigración en Canarias
El Hadji Amadou Ndoye, profesor de Literatura de la
Universidad de Dakar: "Una vaca europea recibe dos euros
al día; un africano vive con menos de uno"
DANIEL MILLET / SANTA CRUZ DE TENERIFE
Nacido en Senegal en 1947, presentó su tesis doctoral en 1998 con el título La
novela canaria de los años 70 (1970-1985). Ha hecho otros trabajos sobre los
autores isleños, conoce a la perfección la literatura canaria y viaja con regularidad a las Islas.
Recién llegado de Dakar para participar en el ciclo Fetasianos, de CajaCanarias,
El Hadji Amadou Ndoye viene con recortes de periódicos de su país bajo el
brazo relacionados con la inmigración.
- ¿Está llegando información a Senegal de lo que sucede con los cayucos?
- Lo vivimos en directo. De allí están saliendo nuestro hermanos, nuestros sobrinos, nuestros amigos... La prensa se hace eco. Aquí tenemos titulares de periódicos senegaleses [muestra algunos recortes]: "Apresados más de doscientos candidatos, entre ellos 74 senegaleses", "Diez días de prisión para los clandestinos", "Los pescadores se ven obligados a meterse en el negocio de la inmigración"... Son personas a las que no se les da esperanza y que piensan que la solución es salir cómo sea. Es un problema complejo. ¿Qué le puede llevar a una persona a arriesgar el pellejo? Fíjese este otro periódico , que titula en primera página que 1.500 clandestinos murieron ahogados en la ruta a Canarias y que España despliega buques de guerra para vigilar sus costas.
- ¿Qué se habla en Senegal?
- Esto no es nuevo. Nos dolió mucho lo que hizo Marruecos. Tenemos una idea de
la unidad africana y no nos gustó que compatriotas fueran esposados y expulsados
al desierto. Hay que ver cómo está evolucionando el fenómeno. ¿Qué pasa? La
juventud, que es la inmensa mayoría de la población de estos países y de los
vecinos, no encuentra trabajo, porque los políticos no siempre consiguen las
soluciones para encontrar salida. Pero el mal no se queda ahí; es muchísimo más
profundo.
- ¿Con qué tiene que ver?
- Tiene que ver con la historia o con la estructura de la economía, que es
dependiente y desarticulada. África es un continente que todavía no pertenece a
los africanos. Le voy a dar ejemplos: Costa de Marfil es el primer productor del
mundo de cacao, pero no fija el precio de su cacao; Nigeria es el sexto productor
del mundo de petróleo, pero los mismos nigerianos tienen que romper los tubos y
robar su parte. En la cumbre de la OMC de diciembre, uno de los problemas que se
planteó fue el del algodón. Senegal o Mali producen algodón de buena calidad y
estos productores se unieron para plantear sus demandas en el foro. ¿Qué sucede?
Unos 55.000 algodoneros norteamericanos reciben subvenciones; 14 millones de
africanos no reciben nada. ¿Cómo pueden competir? Cuando no se venden los
productos o cuando se venden a precio de desesperación, ¿cómo hace esta gente
para subsistir? ¿Quién gana? ¿Quién pierde? Está todo bastante claro.
- ¿Cuánto tardó el avión de Dakar?
- Una hora y cincuenta minutos.
- Entonces, ¿por qué en Canarias se desconoce tanto lo que pasa en África?
- Le voy a leer algunas frases de este libro: "La situación política estaba fatal;
recibí leña por todos lados. Era necesario irme", "Me embarqué por el hambre; me
fui porque no tenía trabajo", "Embarqué para ayudar a mis padres; allí se pasaban
muchos trabajos y no ganaba uno lo suficiente", "Yo tenía dieciséis años cuando
me embarqué y me lo pagó mi padre"... Estas son palabras de los canarios que se
embarcaron en el Telémaco hacia Venezuela a mitad del siglo pasado, como
tantos en otros barcos clandestinos. Exactamente lo mismo dicen ahora los
senegaleses, los marfileños y toda la gente que se está yendo. Las personas
parecen olvidadizas. En la historia de la Humanidad, ¿quién emigra? Emigra el que
tiene hambre. Lo hicieron los canarios en el siglo XVI cuando se hundió la caña de
azúcar, en el siglo XVII cuando se hundió el vino, en el XIX cuando se hundió el
cultivo de la cochinilla y emigraron hasta los setenta, hace muy poco.
- Los inmigrantes cuentan desde España maravillas de su vida, pero no parece ser
esa la realidad. ¿Qué opina?
- Muchos se equivocan porque Europa tiene sus propios problemas. Pero debemos
recordar que el mundo es nuestro y que si siguen reinando estas leyes leoninas del
comercio y estas leyes por las que nosotros no fijamos el precio de nuestros
productos, ¿qué va a hacer la gente? Producimos café, algodón, cacao, petróleo,
diamantes, minerales, madera, pesca, etc; es decir, no somos pobres, pero no
dominamos los mecanismos. Los africanos somos 780 millones. El comercio de
África sólo representa el dos por ciento en el mundo. Mire el caso de mi país.
Senegal tiene 700 kilómetros de playa y tenemos pescado. Hay acuerdos con la
comunidad europea que fijan que los barcos pesqueros de Europa pueden venir a
pescar a nuestras aguas, pero nosotros no tenemos el derecho de ir a las suyas.
Los pescadores artesanales senegaleses se negaron a aceptar las condiciones y
denunciaron el expolio de los recursos. En el acuerdo 2002-2006, la contrapartida
de Europa fue de 18 millones de euros, sumas que los pescadores no han visto.
Todo va al gobierno. Algunos de esos pescadores se están haciendo pasadores
clandestinos porque conocen el mar. Ahí es donde todo se relaciona. Una cosa
lleva a la otra.
- ¿Por qué no lo queremos ver?
- Porque no interesa. Aquí se habla mucho del cómo y del cuándo, pero nunca del
porqué. Ahí está la corrupción y el hecho de que muchos de esos gobiernos
africanos no son libres, porque las líneas las ponen el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional. Tú haces esto y lo otro porque si no, no te doy dinero. El
esquema colonial no se ha roto. Las estructuras coloniales siguen ahí y vienen de
la época en la que, por ejemplo, todo el Congo belga -con minerales, diamantes,
petróleo... todo lo que se pueda imaginar- pertenecía a un sólo hombre, Leopoldo
II, y de los tiempos en que aquel que se opusiera al poder era torturado,
marginado, aniquilado. Lo colonial se ha embellecido, se ha hecho más balsámico
con discursos sobre derechos humanos, pero ¿dónde están los derechos humanos
cuando la gente no tiene ni siquiera para comer? Un ciudadano medio de Senegal,
Mauritania o Mali vive con menos de un euro al día. Una vaca europea recibe más
de dos euros de subvención al día.
- El presidente del Gobierno senegalés, Abdoulaye Wade, ha pedido inversión para
pantanos. ¿Por qué?
- En Senegal, el gobierno está tratando de detener a la gente con represión y con
penas de cárcel condicional. Funcionará un mes, dos meses, tres meses, pero los
problemas de fondo, el desempleo y la desesperación de la juventud, seguirán ahí.
Wade pidió pantanos porque quiere desarrollar la agricultura. Es un país que sólo
tiene lluvia tres meses al año. El 70 por ciento de la población viene del campo,
pero sólo cuenta con las lluvias. Y si no llueve no hay dinero. Pero aún si
lográramos pantanos y consiguiéramos desarrollar la agricultura, seguiríamos sin
fijar los precios. Donde más problemas hay es donde más materias primas hay.
Hay infinidad de casos de multinacionales y gobiernos que financian los
enfrentamientos internos en África para expoliar con más facilidad.
"Canarias no puede olvidar que es África"
L os primeros canarios vinieron del norte de África y vivimos en África, pero la
despreciamos bastante. ¿Por qué?
- Es fundamental el conocimiento recíproco. Yo llevo muchos años, desde el 85,
yendo y viniendo para decir a los canarios que tienen un mundo al lado. Nosotros
hemos hecho el esfuerzo de traducir a sus escritores Agustín Millares, Pedro
Lezcano o Pedro García Cabrera, entre otros. Pero los canarios se deberían
interesar por nosotros para saber quiénes somos, cuáles son nuestras etnias, cuál
es nuestra historia Los canarios saben que ya no sólo sus aborígenes eran
africanos, sino que siempre hubo africanos entre ellos. Ha habido esclavos aquí
hasta el siglo XIX. Canarias era un centro de almacenamiento y de reexportación
de esclavos. Y la Cámara de Comercio de entonces no quiso que terminara la
esclavitud porque no le interesaba. Había en Adeje un sitio, la Casa Fuerte,
destruida en 1902. Ahí eran almacenados los esclavos. En el siglo XVII, de cada
tres canarios uno era esclavo. Canarias no puede olvidarse que es África por una
doble razón: el origen de los aborígenes y la geografía. Hay canarios que tienen
sangre negra sin saberlo, porque estuvieron en Cuba o en Venezuela y se
mezclaron con negros. Dice Einstein que los prejuicios son más difíciles de romper
que el átomo.
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