Mi Marruecos – Abdelá Taia
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Pero Mi Marruecos es, principalmente, un lamento nostálgico que apunta no sólo a la infancia perdida, sino también al país abandonado. Taia, que escribe desde Francia, se sirve de esta narración para recorrer de nuevo su barrio, su casa, la imagen de su madre e incluso sus comidas preferidas. La añoranza marca las páginas de la novela, de cada historia que seCUENTA
, y es fácil adivinar que ponerlas en palabras es la manera de la que se sirve el autor para fijarlas en su memoria.
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De esta manera, asistimos a un desfile de parientes, amigos, compañeros de clase… cada uno de ellos ligado a una historia que se entrelaza con la del escritor: un niño fascinado por Bruce Lee y, más tarde, por Paul Bowles. Y es que la literatura, los libros ENTRE
los que su padre, funcionario de la Biblioteca General de Rabat, le paseaba cuando sólo era un bebé), se presentan como la gran pasión de Abdelá Taia. Una pasión que se describe con el mismo gozo con el que se habla del primer amor, si éste además durase para siempre.
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Como la de cualquier niño, la infancia del niño Abdelá giró alrededor de su madre: M’Barka, una mujer enérgica, abnegada, imbuida de una gran religiosidad; pero a la vez, algo anacrónica, aferrada a un modo de vida que noPUEDE
ser ya el del tiempo de su hijo. Y, en el fondo, esa relación con M’Barka no es sino un trasunto de la relación de Taia con el propio Marruecos. El vínculo que lo une a su madre, pero también a su país, es puramente emocional —y, desde ese punto de vista, muy vigoroso—; pero, intelectualmente, Taia y M’Barka, Taia y Marruecos, se encuentran a siglos de distancia, en posiciones casi siempre opuestas, aunque no irreconciliables.
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Mi Marruecos es un libro que destila honradez y sinceridad;PARA
el lector resulta evidente que el autor se ha volcado en él tal y como es. Es en consecuencia un libro que rebosa sentimiento, e incluso fuerza. Sin embargo, se reconoce también en él la candidez balbuceante de una primera obra. El apasionamiento, la sensibilidad de Abdulá Taia se muestran en bruto, sin ningún tipo de refinamiento literario, de manera que a veces seTIENE
la sensación de estar leyendo las páginas de un diario escolar. Encauzar esa pasión, distanciarse para que la escritura sea más madura es, supongo, una cuestión deTRABAJO
y tiempo. Mi Marruecos no es un mal punto dePARTIDA
.
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