miércoles, 27 de mayo de 2015

Reformemos el islam


El Cultural
Miércoles, 27 de mayo de 2015 | Actualización continua

Reformemos el Islam

Ayaan Hirsi Alí

Traducción de Iván Montes, Irene Oliva y Gabriel Dols. Galaxia Gutenberg, 2015. 288 páginas, 19'90€ Ebook: 9'49€
MARÍA TERESA GIMÉNEZ BARBAT | 22/05/2015 |  Edición impresa

Ayaan Hirsi Alí. Foto: Rick Nederstigt
Un repetido tópico de nuestras sociedades occidentales es que pueden coexistir en paz y armonía distintas creencias. Básicamente porque se las considera como algo subjetivo, personal e inofensivo. Pero no es así. Sam Harris nos advirtió una vez con estas palabras: “las creencias son programas que nos predisponen a la acción”. Ahora, desactivados por el momento los terrorismos fruto de ideologías europeas, nos enfrentamos a la que viene de fuera. El terrorismo islamista nos golpea muy duramente, tenemos miedo y crece la desconfianza hacia ese colectivo. Por no haber realizado una auténtica reflexión sobre el papel de la creencia en nuestras vidas, por no querer despertarnos de esa ensoñación buenista no hemos apoyado suficientemente a quienes desde las comunidades de origen musulmán desafían al fanatismo arriesgando su vida. El paso de Ayaan Hirsi Alí por Europa ha sido ejemplo de una vergüenza que clama al cielo. Un testimonio más incómodo para “nosotros” que para “ellos”. El de quien pedía un auxilio que significaba el desmantelamiento de una idea “progresista” de la multiculturalidad. De quien tuvo que irse a vivir a EEUU porque su vida no estaba garantizada en Europa.

Ayaan Hirsi Alí es una escritora conocida por su postura feminista y atea frente al Islam. Nació en 1969 en el seno de una familia musulmana de Mogadiscio (Somalia) y, después de los peligrosos y novelescos avatares que cuenta magníficamente en varios de sus libros, acabó construyéndose una carrera política en Holanda, país donde fue diputada desde el 2003 al 2006. Afiliada al partido socialista y desengañada y alarmada por su tolerancia suicida con las costumbres de las que intentaba huir, acabó en las filas liberales que consideró más realistas con el significado del Islam. Entre sus iniciativas más polémicas destaca la de haber sido la guionista del cortometraje Submission, realizado por el controvertido cineasta Theo van Gogh. Esta película se emitió por televisión y provocó gran indignación entre los musulmanes holandeses, que la tacharon de “blasfema”. Van Gogh, que pese a las amenazas de muerte recibidas eludía la protección policial, fue asesinado poco después en plena calle por un islamista holandés de origen marroquí.

Ahora la que merecería ser reconocida como una heroína moderna presenta en España Reformemos el Islam, un considerable giro a su conocido escepticismo sobre el encaje del Islam en las sociedades modernas. Efectivamente, en su anterior libro, Nómada, llegaba a invitar a los musulmanes a “elegir otro dios” si no podían pasar sin él. Aquí modula sus convicciones para proponer un marco que los musulmanes moderados puedan comprender y aceptar. Se hace cargo del desgarro de la ruptura radical con la tradición y exhorta al mundo musulmán a abrirse a una reforma del mismo tipo que vivió el cristianismo en su día. Una que no les obligue a elegir entre el desarraigo o el regreso al mundo del siglo VII como pretenden Al Qaeda o el EI.

Hirsi Alí admite con sencillez que no es un ningún Lutero, pero que la única manera de convencer a quienes fueron los suyos es con consignas claras y precisas. No va a ofrecer 95 tesis, nos dice; cree que con 5 puede bastar. Sabe que se enfrenta a una tarea difícil pero indispensable para que los musulmanes que se consideran creyentes puedan prosperar y contribuir a mejorar las sociedades occidentales en las que viven. También para que los estados que aún se declaran islámicos sean capaces de convivir con otros con mayorías secularizadas, con creyentes de otras religiones o para terminar con la sangría que desencadenan los conflictos que enfrentan a las comunidades islamistas entre ellas.

Hirsi Alí se muestra optimista y considera que esto no provocará un “derrumbe” del Islam sino un fortalecimiento de sus mejores pilares. Y para ello presenta sus cinco tesis, que no clava en las puertas de la Iglesia del Palacio de Witenberg sino en un libro que ha de recorrer las redes de comunicación del mundo:

1. Garantizar que Mahoma y el Corán se prestan a la interpretación y a las críticas. 2. Dar prioridad a esta vida, no a la vida después de la muerte. 3. Limitar la Sharia y poner fin a su preponderancia con respecto a la ley seglar. 4. Poner fin a la práctica “ordenar lo que está bien, prohibir lo que está mal”. 5. Abandonar el llamamiento a la Yihad.

Estos principios, como la autora no se cansa de insistir, pueden reunirse en un concepto fundamental: asegurar la preeminencia de la ley secular por encima de la Sharia. El camino que queda por delante será duro y todo hace predecir que manchado de sangre. Pero la atea de cultura islámica considera que no es demasiado tarde para que millones de musulmanes concilien su fe con el siglo XXI. Un gran y desesperado envite.

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