domingo, 2 de noviembre de 2008

DEL MONTÓN


DEL MONTÓN

Soy la que soy,

casualidad inconcebible

como todas las casualidades.

Otros antepasados

podrían haber sido los míos

y yo habría abandonado otro nido,

o me habría arrastrado

cubierta de escamas

de debajo de algún árbol.

En el vestuario de la naturaleza

hay muchos trajes.

Traje de araña, de gaviota,

de ratón de monte.

Cada uno, como hecho a medida,

se lleva dócilmente

hasta que se hace tiras.

Yo tampoco he elegido,

pero no me quejo.

Pude haber sido alguien

mucho menos personal.

Parte de un banco de peces,

de un hormiguero,

de un enjambre,

partícula del paisaje sacudido por el viento.

Alguien mucho menos feliz

criado para un abrigo de piel

eso para una mesa navideña,

algo que se mueve

bajo un cristal de microscopio.

Árbol clavado en la tierra,

al que se aproxima un incendio.

Hierba arrollada

por el correr de incomprensibles sucesos.

Un tipo de mala estrella

que para algunos brilla.

¿Y si despertara miedo en la gente,

o solo asco,

o sólo compasión?

¿Y si hubiera nacido

no en la tribu debida

y se cerraran ante mí los caminos?

El destino hasta ahora ,

ha sido benévolo conmigo.

Pudo no haberme sido dado

recordar buenos momentos.

Se me pudo haber privado de la tendencia a comparar.

Pude haber sido yo misma,

pero sin que me sorprendiera,

lo que habría significado

ser alguien totalmente diferente.


Wislawa Szymborska

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