sábado, 15 de noviembre de 2008

Los girasoles ciegos. Una película y un libro


Los girasoles ciegos
Alberto Méndez
Anagrama, Barcelona, 2004

"El silencio es un espacio, una oquedad donde nos refugiamos pero en el que no estamos nunca a salvo. El silencio no se termina, se rompe; su cualidad fundamental es la fragilidad y el epitelio sutil que lo ircunda es transparente: deja pasar todas las miradas." ( pág 27)


"Supo que había aprendido a catalogar las tristezas a distinguir una desesperacion de otra, a reconocer el miedo con odio, el odio a secas y e miedo químicamente puro. Sabia incluso diferenciar al que se arrepinete por no haner hecho algo del que se arrepiente por haberlo hecho. Pero aquel muchacho tenía en la mirada la cicatriz de un sentimiento que ya casi había olvidado: la anoranza." ( pág 95)


http://www.losgirasolesciegos.com/

Los Girasoles Ciegos, el nuevo film de José Luis Cuerda. El último guión escrito por Rafael Azcona es la adaptación de la novela homónima de Alberto Méndez, en concreto del última de los cuatro cuentos que conforman la novela
Notas de José Luis Cuerda. La historia y el guión
Ésta es una historia que transcurre en la podredumbre de la moral y de lo político, y como consecuencia de lo mismo también en la podredumbre de lo estrictamente personal. En estas circunstancias la tentación más grande es la de pasar al anonimato, y la de mantenerse descolorido para que nadie vea las aristas que puedes mostrar ante el poder. Es la historia de unos personajes cautivos de ideas, de sentimientos y de una moral diseñados por decreto. Luchar contra semejante situación sólo era posible desde la clandestinidad; pero esta película no trata de eso; sino de la muerte en vida de Ricardo, el personaje que interpreta Javier Cámara y del duelo que ello ocasiona a quienes comparten su agonía, unos personajes heridos, zarandeados, pero inevitablemente vivos.
Los Girasoles Ciegos es una película hecha con los mimbres de la narrativa clásica del xix, en la que se mimaba la construcción de los personajes. Se estudiaban muy a fondo las situaciones en las que convenía colocarlos para que pudiesen lanzar su peripecia vital con mayor profundidad y con mayor expresividad.
La mayor dificultad en la adaptación de un texto como el de Alberto Méndez es que se trata de una obra muy literaria. Yo no me pongo a buscar equivalencias en imágenes de lo que es la literatura de la obra. Lo más adecuado en este caso es quedarte con el argumento, con los personajes, y hacer los diálogos que creas más adecuados para que respondan al espíritu del texto. Se trata de estudiarlo al máximo, de conocerlo al máximo, y diferenciar lo que puede o no puede ser trasladado a una película. La otra dificultad es saber que estás obligado a responder a unas expectativas que son muy altas.

José Luis Cuerda habla de los actores

Maribel Verdú
posee una vitalidad enorme, vitalidad que le ha servido para interpretar el personaje de Elena, porque es algo que le bulle por dentro al personaje: esos deseos de vivir una vida completa. Me parece una actriz portentosa. Todos los espectadores la conocen bien, y pasará a la historia del cine español como uno de sus hitos. Elena es una superviviente que saca heroicamente su casa adelante. Es un personaje conmovedor y emocionante. Y todo eso Maribel lo interpreta, creo yo, como uno de los trabajos actorales más importantes que he visto en muchos años. No me extraña que la llame Ford Coppola para trabajar con él.
Me parece muy bien que Javier Cámara haya reivindicado el derecho a la cobardía con este personaje, porque es algo que yo he defendido siempre. Creo que la cobardía la dicta el instinto de conservación, mientras que la heroicidad es fruto de la pérdida del mismo. Lo que tengo muy claro es que nadie está legitimado para ponerme en las circunstancias en las que tenga que convertirme en un cobarde. Ricardo sólo tiene para sobrevivir su propia dignidad. Es lo único sobre lo que puede posar sus pies con la certeza de que pisa terreno seguro. Que su dignidad como ser humano no puede ponerla nadie en tela de juicio; y que nadie puede juzgarlo y hasta condenarlo a muerte por lo que piensa o dice. Ricardo está encerrado física, mental y psicológicamente, y Javier hace una interpretación heroica de esta circunstancia. Tiene muy pocos elementos con los que jugar y tiene que salvarlos a base de una compostura física e interpretativa que me parece admirable.
Conocía a Raúl Arévalo por dos películas: AzulOscuroCasiNegro y El Camino de los Ingleses. En ambos casos hacía una interpretación matizadísima, expresiva, que subía y bajaba con facilidad y sabiduría. Pero al no conocerlo personalmente no tenía la certeza de su capacidad para interpretar un personaje tan complejo, tan lleno de matices y motivos internos como el de Salvador. Raúl ha hecho una composición magistral. Es muy difícil encontrar a un actor en el universo mundo que sea capaz de poner en la pantalla la cantidad de cosas físicas aportadas por él. Detalles de dicción, de pausas en lo que dice, de miradas; de expresión, con los ojos, con la boca. O cómo usa el movimiento de los brazos: dejarlos quietos, llevarlos hacia adelante o hacia atrás, o separarlos del cuerpo. Ha hecho tal cantidad de cosas y tan bien hechas, que indican tal conocimiento del personaje, que me ha dejado perplejo.
La naturaleza amorosa de esta historia es difícil de explicar. Hay unos dardos que van de unos personajes hacia otros; unos saben por qué les llegan, otros no lo saben, otros no quieren admitir que les están llegando. Es un lujo que discurre entre tres personajes, y el efecto que tiene sobre ellos es hiriente, castrador, destructor.
Éstos son personajes a los que la luz de la vida no les llega directamente. Les llega a través de muchas curvas y de muchos rincones. La vida para ellos no es algo a lo que se pueden adherir, sino de lo que se tienen que cuidar muy mucho debido a las circunstancias. Por lo tanto, la luz les llega sesgada. Viven entre contraluces y acceden a la luz sólo en muy contados momentos.
José Ángel Egido compone un personaje que te deja sentado. Es un cura. Se trata de un material que conozco porque estuve tres años en un seminario. Fui católico fervoroso cuando me correspondía y, provisionalmente, muy practicante. Conozco muy bien qué cosas dicen, para qué las dicen y por qué las dicen. Y José Ángel lo clava. Lo hace a través de la inmediatez, la cercanía, el conocimiento de la vida. Sabe cómo un cura debe incidir en esa vida desde el conocimiento de la juventud y de lo que implica esa juventud. Creo que con su interpretación se gana la simpatía, el afecto y al mismo tiempo el odio de cualquier espectador, porque es un manipulador magnífico.
Cuando terminé la película, de las primeras cosas que hice fue enviarle un mensaje a Rafael Azcona diciéndole: ‘No sabes el regalo que nos han hecho los actores en esta película’.


Fuente:http://www.cineando.com/estrenos-de-la-semana/estreno-del-29-de-agosto-los-girasoles-ciegos/

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